jueves, diciembre 30, 2010

FÚTBOL SUDAMERICANO // Nuestra América en Movimiento II


Culminando con este breve repaso de los campeones de América del Sur, restaban consignar las incidencias y particularidades de cuatro ligas muy competitivas, jóvenes en algunos casos de acuerdo con las formas de disputa y el advenimiento de la etapa profesional, todas con desanlaces dramáticos este año. Nos referimos a Colombia, Perú, Venezuela y Bolivia, 4 Selecciones ausentes en Sudáfrica 2010, si bien no puede adjudicarse esas ausencias mundialistas al desarrollo de sus competencias domésticas ni al nivel futbolístico de esos campeonatos. Resulta oportuno, por tanto, recordar que en Sudámerica persiste un estilo, un modo de jugar emparentado con las tradiciones y la cultura de cada nación del continente, siempre atractivo para espectadores neutrales y capaz de reducir la brecha con otras selecciones de más jerarquía en base a lo que produce el torneo local, con sus pasiones a flor de piel y con jugadores promisorios curtidos en el linaje de países que, en su mayoría, son fútboleros en esencia. Una esencia distinta a la de Europa, por ejemplo.




Colombia

El campeonato colombiano entregó una final de primer nivel entre dos de los equipos no considerados grandes, pero de creciente protagonismo en los últimos años. Once Caldas, flamante campeón local 2010, y Deportes Tolima, de buena performance en la Copa Sudamericana, ofrecieron un duelo interesante en dos partidos parejos y bien jugados que terminaron coronando por 4º vez en la historia al cuadro de Manizales, un club que no deja de sorprender según sus números en la década que termina. Entre sus logros figuran la obtención de la Copa Libertadores (2004) y tres certámenes locales (Aperturas 2003 y 2009, y el Clausura 2010). Si se piensa que el anterior torneo doméstico ganado por Once Caldas data de 1950, no hay que ser muy sagaz para advertir el cambio de mentalidad en la entidad del departamento de Caldas, dueño del título que arañó tres veces el América de Cali (La Copa Libertadores), del triunfo que interrumpió la tremenda serie exitosa del Boca de Carlos Bianchi y del respeto que supo imponer en la región.
Pensando en lo que viene, el máximo torneo continental, los cuadros colombianos clasificados (Once Caldas, Tolima y Junior de Barranquilla) tuvieron distinta suerte en el sorteo. Mientras que los de Ibagué (Tolima) deberán jugar un repechaje -mal llamado 1º fase- ante el Corinthians, el cuadro de Manizales enfrentará en el grupo 1 a Libertad, de Paraguay; San Luis, de México; y Universidad de San Martín de Porres, de Perú.




Perú

Precisamente, la Universidad de San Martín de Porres consiguió su 3er título en 4 años luego de superar a León de Huánuco, con aportes sustantivos de dos argentinos, ex Rosario Central ambos: Pablo Vitti y Germán Alemanno. Un triunfo especial para un club que no cesa de crecer, en el marco de un certamen calificado por la Federación Internacional de Historia y Estadística de Fútbol como la 8ª liga del mundo que exhibió -además- a un digno subcampeón, León de Huánuco, dirigido por el ex Independiente Franco Navarro, equipo que estuvo a punto de conseguir un logro resonante: convertirse en el primer cuadro del interior del país que ganó el torneo nacional, también llamado "Descentralizado".
Pero fue nuevamente Universidad de San Martín el que volvió a hacer historia teniendo en cuenta algunos aspectos insoslayables, entre ellos su fecha de fundación (2004), su incipiente desembarco en los torneos continentales (con resultados soprendentes, por caso el 2-0 ante River en 2007) y por la proliferación de opiniones que comienzan a señalarlo como un nuevo grande del Perú. De hecho, en el diario El Comercio, un reconocido periodista sostiene: "¿Qué necesitan los santos para ser considerados uno de los equipos "grandes" del fútbol peruano. Quizás campañas internacionales exitosas, o figuras más mediáticas, que permitan que los jóvenes se prenden de ellos (sic), o más titulos. Lo cierto es que va por el buen camino para ser el "cuarto" grande junto a la 'U', Alianza y Cristal".
Como curiosidad, cabe mencionar que para 2011 perderá a una de sus figuras, Pedro García, quien firmó con Universitario tras un impensado conflicto. Apodado "el Romario de los pobres", y con 36 años, se sintió no muy bien tratado ante ciertas acusaciones que lo tildaban de veterano, propenso al retiro. Una situación que expresa el exitismo y las percepciones de este tiempo, en Perú también.




Bolivia

Se sabe que en el Departamento de Santa Cruz de la Sierra se concentra la mayor oposición al presidente Evo Morales, encargada de socavar su poder con episodios violentos y actitudes de racismo absolutamente repudiables cuyo sector radicalizado lo constituye la Juventud Cruceña. En esa ciudad, justamente, reside Oriente Petrolero, una entidad recordada por los argentinos tras un hecho confuso en la Libertadores de 1990, en la cual acordó un empate con Boca Juniors para dejar fuera de esa competencia a River, eterno rival de los xeneizes.
Pues bien, Oriente Petrolero obtuvo su  4ª estrella al ganar el torneo Clausura en la última jornada -nada menos que en el Hernando Siles de La Paz y ante el The Strongest- luego de 9 años sin éxitos. Victoria muy festejada para una institución tradicional de Bolivia, quinta en la clasificación de títulos ganados detrás de Bolívar (16), The Strongest (7), Wilstermann (5) y Blooming (5). Claro que vale la pena hacer una observación: en Bolivia la etapa profesional comenzó en 1977, 33 años apenas, lo cual sugiere que haber acreditado 4 títulos y 10 subcampeonatos (es el equipo que más veces lo consiguió) no son cifras para despreciar. En el plano estrictamente futbolístico, Gustavo Quinteros -el entrenador que dejó el cargo para asumir en la Selección de Bolivia- confeccionó un conjunto agresivo, bien estructurado y con resto suficiente para llevarse un certamen parejo, por momentos cambiante, que recién se definió en la jornada de cierre.
Dos apuntes llamativos que deja la temporada. En 2011 habrá 8 entrenadores argentinos, varios de ellos muy conocidos como Ariel Cuffaro Russo (reemplaza a Quinteros), Néstor Craviotto (sigue en The  Strongest), Julio Zamora (continúa en Aurora) y Miguel Ángel Hoyos (contratado a fines de 2010 para dirigir al Bolívar). La otra nota curiosa es que Wilstermann, campeón del Apertura en 2010, descendió a la B y disputará en la próxima temporada dos competencias simultáneas: el campeonato de la segunda categoría y la Copa Libertadores.




Venezuela

De a poco, muy de a poco, el fútbol venezolano comienza a mostrar un perfil interesante a nivel selecciones y, en menor medida, en el ámbito de los certámenes continentales. Incide en la lentitud del proceso, desde ya, que el fútbol no es el deporte más popular de ese país y otros datos importantes, por ejemplo la instauración del profesionalismo (1957) y la fecha de fundación de los clubes. Sin ir más lejos, de los actuales equipos participantes de la Primera División, el más viejo es el Carabobo Fútbol Club (1964) y el más nuevo Caroní Fútbol Club (2009).
No obstante, entre esas entidades "viejas", figura Deportivo Táchira -antes Unión Atlético Táchira- (1974), el club con más hinchas y el segundo en campeonatos obtenidos con 6 títulos, detrás de los 13 que registra el Caracas -su clásico rival-,  ganador del reciente Apertura en una definición cerrada y emocionante dado que fue la diferencia de goles sobre el Real Esppor lo que lo llevó a obtener el torneo. Para muchos, con fortuna, considerando que estuvo a un solo tanto de jugar el desempate. Un campeonato que recién se definirá a mediados de 2011 tras disputarse el Clausura aunque el logro de El Carrusel Aurinegro ratifica su continuo protagonismo en el certamen local, si bien no hizo grandes papeles, en la Copa Libertadores, torneo que volverá a disputar por 16ª vez. A lo que se agregan los conocimientos y también las mañas de su actual entrenador, el colombiano Jorge Luis Pinto, campeón en su país, Costa Rica y Perú, lo cual abre ilusiones en el equipo de San Cristobal en dos planos: obtener el 7º torneo local y superar la primera fase de la Libertadores.

Fin, entonces, a este repaso por las ligas sudamericanas, cuya particularidad en esta segunda entrega es la procedencia, el presente y el futuro de clubes no enrolados entre los más prestigiosos y ganadores de la región. Aunque uno de ellos, Once Caldas, exige no solo respetar a estos clubes, sino también al medio que los engendra y los puede proyectar, un día casual e impensado, a los paraísos milllonarios de Emiratos Árabes, sede del ponderado Mundial de Clubes.

P.P.

lunes, diciembre 27, 2010

MEDIOS // Fútbol para Todos, una bendición



Pasados tres campeonatos con el nuevo esquema de transmisiones televisivas por canales de aire, puede señalarse como un éxito la tardía decisión de los dirigentes del fútbol argentino de rescindir el contrato con la sociedad conformada entre TSC-Grupo Clarín. Éxito, cabe aclarar, no en términos de los viejos dueños del negocio, por el contrario se valoran en Fútbol para Todos otro tipo de resultados, lejos de las cuestiones del rating y de las recomendaciones del mercado sobre aquello que "vende" y, consecuentemente, reditúa para quienes comercializan el "producto". Ocurre que se ha dicho bastante y con enfásis sobre los alcances y las consecuencias positivas de la nueva etapa, aunque parece justo reiterar algunos datos debido a las injuriosas campañas mediáticas que postulan un campo semántico que funciona no solo en el fútbol, sino en todos los ámbitos de la vida social donde los afectados son poderosos actores. Esto es: Gobierno Nacional-corrupción-desidia-mala calidad-imprevisión-indisimulable afán de lucro-propaganda populista.

Lo concreto, sin embargo, lo entregan esos números y situaciones que ciertas mediciones y cierta prensa dependiente omite: más de 25 millones de argentinos ven fútbol gratis sin arancelamientos ni adicionales de ningún tipo, una bendición para muchos hogares pobres del país, imposibilitados anteriormente de acceder al fútbol, lo cual se explica por la firme decisión del Estado al ofrecer un servicio a la gente, de reconocerle un derecho a las personas independientemente del lugar donde vivan y de la condición social que sean. Como siempre, no faltarán voces que alerten sobre necesidades básicas que aún no están resueltas, pero la inversión del Estado en el fútbol, contra la doxa opositora que anuncia recurrentes desvíos de fondos en otros rubros para Fútbol para Todos, consagra un derecho sin desentenderse de otros, poniendo fin -además- a un estafa largamente consentida en torno de un hecho popular y cultural como el fútbol..






Estos tres campeonatos emitidos por señales abiertas presentan, asimismo, distintas aristas para confeccionar un balance provisorio aunque incompleto, desde ya, teniendo en cuenta la cantidad de factores intervinientes (auditorías sobre el dinero que reciben ahora los clubes,  posibles licitaciones en el futuro, eventual cambio de gobierno en 2011). En ese marco, y sobre dos de los aspectos más visibles, -el nivel periodístico y los estandares de calidad-, la evaluación deviene con grises tras el protagonismo desmedido de Marcelo Araujo, relator emblema de la vieja etapa, agravado por la solemnidad errante del longevo Julio Ricardo y las contrataciones de Miguel Fernández y Marcelo Benedetto, otros dos rostros conocidos de las transmisiones para pocos. A cargo del mejor partido de la fecha, los 4 se revelan ineficaces para cubrir los partidos con apuntes interesantes y rigurosos, al sucumbir al espectáculo periodístico propio fogoneado por TyC, expresado en editoriales interesadas, chanzas internas en clave de supuesto humor , gestos de maltrato entre colegas y nula capacidad para explicar el desarrollo de los partidos sin caer en obviedades, parcialidad en el análisis, zonceras de todos los colores y guaranguismos que obligan -en suma- a una única acción posible en un segmento de la audiencia: bajar el volumen. Lo curioso es que desde TyC y medios afines, se critica -luego de curioso silencio- a Araujo con inusitada virulencia, especialmente porque Araujo es un símbolo -grotesco y controvertido- del periodismo que instituyeron ellos, es su periodismo, el que los define, el que siguen haciendo en las otras pantallas.




Tampoco aportan a mejorar las transmisiones otros integrantes del staff de Fútbol para Todos, como Rodolfo De Paoli y Adrián De Blasi, dos que buscan impacto lejos de la orginalidad y el buen gusto; Marcelo Schinca, formateado en TyC con todo lo que ello implica; Oscar Martínez, éxegeta del sentido común; y hasta Roberto Perfumo, excesivamente centrado en narrar su epoca de jugador, una época que terminó y difiere bastante del presente. Excepciones, desde luego, muchas: Alejandro Apo, si bien cansa con su tono apesadrumbrado, rompe el tedio con alguna referencia musical o literaria; Javier Vicente nos recuerda que alguna vez existió otro relato en la Argentina, verdaderamente apasionado y sincero; Fernando Salceda analiza con criterio y mesura; en tanto Fernando Lingiardi y Marcelo Lewandowsky reúnen sobriedad, buen ojo y matizados comentarios que hacen agradable la transmisión.

Como se advierte, una parte del balance revela que existen aciertos, grietas y aspectos a mejorar, concluidos tres torneos. De hecho la cuestión estética, derivada de resabios del viejo modelo, parece no amoldarse a la programación de canal 7, cuyos contenidos y calidades produjeron una verdadera transformación en la televisión abierta. Finalmente, y como señalara Víctor Hugo Morales, sería interesante desligarse -lentamente- del desproporciornado Grondonismo que campea en cada transmisión. Las efémeridades políticas, sociales y culturales en el entretiempo, la historia de los clubes y el mensaje progresista que se intenta difundir, pierden efecto ni bien se cuela por detrás un Grondona constructor e impoluto.

Tareas pendientes, en definitiva, sobre un cambio de hábito que parece haber recibido positivamente el público, si bien falta decisión política para que el fútbol llegue -efectivamente- a todos lados. De cualquier manera, la reunión con amigos o en familia, las imágenes en vivo sobre algo que ocurre, en algunos casos, a miles de kilómetros de distancia y la apertura de goles anteriormente incautados por la arbitrariedad de un grupo de empresas cuya última prioridad son los hinchas, alientan a defender y mejorar este derecho nacido de una esperada bendición de los hombres justos. Futboleros desde siempre.

P.P

martes, diciembre 21, 2010

GIMNASIA // Los próximos pasados


¿Será Ángel Cappa la solución de Gimnasia? El equipo de la larga noche y los mil asedios, la entidad que resiste los golpes deportivos más fuertes, algunos de ellos fáciles de recordar: un campeonato que se evaporó de modo insólito en la última jornada, las luces encandilantes de un adversario capaz de adosarle una goleada histórica al orgullo herido del viejo Lobo, las extrañas formas de perder y de perderse en los torvos senderos de la derrota, una trayectoria extensa que no registra una sola estrella oficial.

Los interrogantes, ante este cuadro de situación, emergen con potencia. ¿Cómo será el día que Gimnasia salga campeón y olvide, por un tiempo, los sinsabores de cuatro o cinco generaciones de hinchas? ¿Se dmensionará la conquista frente a semejante suceso? ¿Existírá ese día? Y si finalmente ocurre, si el Lobo termina con el incordio de decorar el museo de los perdedores, ¿dará lo mismo que el técnico se llame Ángel Cappa? Respecto de esto último, definitivamente no. Por la identidad de su rival, y su identificación con Carlos Bilardo, y por los ecos de una disputa dialéctica agotada aunque ensañada en reaparecer con los más variados ropajes. A veces forzada, desembozada, obscenamente cuando se advierten los intereses en juego, no siempre plausibles de ubicarlos en dicotomías simplistas como buenos-malos, puros-impuros, éticos-tramposos, poder-contrapoder. Si algo se revela contundente  en los últimas décadas es que muchos -no todos- de los denominados menotismos y bilardismos, sus referentes futboleros y sus voceros, revisten complejidades, secretos, obstinaciones y un halo insoslayable de operación soterrada que los vincula con uno de los grandes poderes de la época: los medios de comunicación.



En ese escenario conflictivo, sobre Gimnasia recaerán en el próximo Clausura los ojos de buena parte del medio, pendiente del juego del equipo pero muchísimo más de los gestos y de los discursos de su entrenador, a esta altura un personaje que ha cedido en uno de los aspectos que lo hacían interesante: creer desmedidamente en el protagonismo de los entrenadores, aceptar que inciden en forma determinante antes, durante y después de los partidos, solazarse con argumentos atendibles como su rol preponderante al inculcarle conceptos futbolísticos a sus jugadores aunque sometiéndose -consciente o inconscientemente- a la maquinaria de un ambiente que demanda show y desmesura. Pese a ello, de todos modos, anida en Cappa una última esperanza ni bien se perciben, en el plano futbolístico, intentos de retomar la senda de un estilo que conecta con el gusto mayoritario de los hinchas y, en un plano más amplio teniendo en cuenta la visibilidad adquirida por los entrenadores, sugerencias de abrir espacios y mundos distintos a los que suelen frecuentar los futbolistas. Todavía se recuerda, por caso, la visita de algunos jugadores de Huracán al museo de Esma cuando el entrenador dirigía a ese club. Fueron apenas 3, idéntica cantidad a los ex mundialistas de 1978 que concurrieron al partido por la memoria al cumplirse los 30 años de la ominosa dictadura militar, lo cual no invalida la saludable de iniciativa de Cappa y el efecto conseguido: hay tres futbolistas que hoy seguramente piensan distinto. Y eso, indudablemente, vale más que cualquier triunfo deportivo.

Pero, además de la llegada de un técnico con pergaminos, está Gimnasia y sus padecimientos perpetuos, en este caso un descenso que deviene posible aunque no irremediable. Para evitarlo, justamente y a partir de la efervescencia generada tras la designación de Cappa, el objetivo principal consiste en repatriar a uno de los grandes ídolos, Guillmermo Barros Schelotto, quien sembró dudas de su posible retorno a la entidad después 13 años, si bien la chance no está descartada. Casualmente o no, Guillermo partió a Boca en 1997 luego de su debut con la camiseta azul y blanca en 1991, un tiempo contradictorio contemplando variables que exceden al deporte dado que los '90, para Gimnasia, fueron una etapa pródiga. Tiempo de pelear campeonatos, de sonrojarse de desdichas ajenas (descenso de Estudiantes en 1994), de creer que la gloria, siempre tan esquiva, siempre lejana, parecía estar cerca con equipos buenos, y hasta muy buenos en algunas temporadas, presentables en la mayoría de los casos.





De concretarse el regreso, esperadísimo por más de media ciudad de La Plata, no hay manera de que Gimnasia persista en esta letanía que duele en los hinchas propios y apena en los simpatizantes neutrales. Serán tres retornos con olor a pasado pero situados en un presente que podría augurar un cambio: un "nuevo" ex presidente de más de 80 años (Héctor Delmar), un técnico con ideas para muchos obsoletas (Cappa) y un jugador portador de imágenes congeladas entre las contigencias de dos épocas diametralmente opuestas (Barros Schelotto). Después de tanta  insistencia en vano, acaso una muy conocida reflexión de la teoría política encierre una moraleja en clave positiva. En Gimnasia, recortando una cita del filósofo y político italiano Antonio Gramsci alusiva al concepto de crisis del bloque hegemónico en el curso del siglo XX, "lo viejo no termina de morir (se resiste) y lo que está naciendo tampoco ha terminado de nacer". Dos caras de una misma moneda que hoy estalla rotunda en la atribulada, inexplicable y emocionante historia de un club que renace en los entusiamos de una hinchada curtida por las amarguras, pero confiada en que allá lejos, entre las blancas sábanas de lo desconocido y un deseo galopante por merodear la felicidad, no está escrito el final de nada sino que resurgen las especiales ansiedades de un nuevo tiempo. De un parto.´

P.P.

viernes, diciembre 17, 2010

FÚTBOL ECUATORIANO // Un grande del siglo


En este apurado repaso por el fútbol sudamericano que hemos iniciado en Tres por el Pozo, el torneo ecuatoriano ocupa un lugar central y protagónico, tanto en el continente como en Argentina. Como se dijo, y aunque suene reiterativo, no siempre los medios gráficos y audiovisuales de nuestro país le dedican el espacio, las imágenes y los reconocimientos que merecen los torneos de América del Sur. Y eso que el torneo ecuatoriano cobija a varios compatriotas, por ejemplo 3 fubolistas entre los primeros 4 que encabezan la tabla de goleadores y 6 entrenadores dirigiendo en Primera. En definitva, la referencia acotada y el desdén solapado son reflejos que conspiran contra incidencias que acercan a los futboleros argentinos con sus raíces y su cultura, con eventuales rivales en las copas de la región, con episodios en el campo y en las tribunas posiblemente más desprolijos e improvisados que en Europa, pero insertos en los pasadizos de una trama especial donde el cruce entre deporte, historia y política iluminan -o iluminarían- desarrollos no siempre visibles.

Ecuador, en ese sentido, presenta a un club que viene dejando su marca en la región tras conseguir valiosos logros internacionales (Libertadores 2008, Sudamericana 2009, Recopa 2009 y 2010), a lo que se añaden conquistas en el torneo local, como ocurrió este año al adjudicarse su 10º campeonato luego de superar en la final al Emelec de Guayaquil. Reviste, de acuerdo con algunos factores, mucha importancia este triunfo del cuadro dirigido por Edgardo Bauza. En el plano deportivo, lo obtuvo en el marco de un certamen maratónico dividido en tres etapas (Apertura y Clausura de 22 fechas cada uno, los ganadores disputan la  final), pese a que solo 12 equipos participaron del torneo, un dato que realza los méritos del ganador, fundido físicamente ante un calendario exigente que parecería priorizar lo propio, sus campeonatos, por sobre las copas internacionales. El cansancio y la superposición de fechas, de todos modos, no fueron óbice para que la Liga impusiera su predominio, esta vez con un esquema más cauteloso, a tono con las variantes que le posibilitaron acreditar títulos en el continente y con el incipiente crecimiento futbolístico de un país que disputó, en 2010, su segunda copa del mundo en 19 ediciones.




También vale la pena detenerse en un aspecto con distintas implicancias tras la coronación de Liga. Con excepción de Emelec, que realizó una gran campaña de la mano de otro argentino (Jorge Sampaoli), los otros dos representantes para la Libertadores 2011 serán de Quito, dado que Deportivo de esa localidad postergó al Barcelona de Guayaquil, el de más titulos locales (13) junto con El Nacional (13, también de Quito). Y aquí cabe una reflexión de otro tipo, acaso forzada, acerca de dos ciudades con trayectorias sociales distintas, enfrentadas seriamente en algunos casos, teniendo en cuenta el fluido vínculo entre el verdadero poder político y Guayaquil, cuna de la alta burguesía en Ecuador, y los levantamientos populares de Quito durante algunos tramos de los dos últimos siglos, reseñados recientemente por analistas de ese país y del propio presidente Rafael Correa en alusión al Bicentenario de las naciones del Continente.

Claro que el fútbol, como la historia, toma otros rumbos y otros cauces. La Liga, por caso, hoy es un club con un frondoso respaldo económico detrás, si bien Barcelona y Emelec, también tienen figuran entre los clubes poderosos. De hecho a Barcelona, hasta hace muy poco, se lo conocía como el más prestigioso de Ecuador, reconocible en la región por sus continuas participaciones en la Libertadores, sus logros en el medio local y un relato que lo consagró de ese modo. Habría que pensar, entonces, si este resurgimiento de Ecuador a nivel selecciones y a nivel clubes a través de un club de Quito coinciden con resignificatr retazos de una historia que expresa giros en distintos planos, como el político, el cultural, el deportivo. En todos los casos, y considerando las particularidades y las excepciones que correspondan, mirando al sur.

P.P.

miércoles, diciembre 15, 2010

FÚTBOL ARGENTINIO // Juego y negocio


La consagración de Estudiantes, inobjetable con solo revisar su campaña en el Clausura y el puntaje acumulado en la tabla general, se vio enriquecida por los desempeños de quien peleó el torneo hasta el final, Vélez Sarsfield, sólido y tenaz adversario que redondeó un torneo de campeón, como parte de un certamen con altibajos, levemente emotivo, aunque con varios condimentos para analizar.

El primero, y da la sensación que muy importante, fue el nivel futbolístico de los dos aspirantes principales al título y de otros equipos que ofrecieron buenos espectáculos (Racing, Godoy Cruz, All Boys), lo cual parecería marcar una tendencia. Luego del opaco Apertura 2009 que consagró a Banfield tras una discutida y brumosa diputa con Newell's, los dos torneos de este año exhibieron, si bien con intermitencias y siempre en un plano relativo, ganadores con interesantes atributos, definiciones menos pantanosas, partidos más disputados y no del todo mal jugados, aparición de juveniles con algún grado de proyección. No alcanza para lo que pretendemos, desde luego, pero una vez más conviene puntualizar de dónde venimos, de un ultraje mediático-dirigencial de largos 18 años que dejó inevitables secuelas. Por tanto resulta curioso escuchar a reconocidos periodistas esbozar muletillas sesgadas y cargadas de intencionalidad producto de intereses que ni se preocupan en ocultar. "Me aburre el torneo local" ,"Así está el fútbol argentino". Seguramente no está como antes, catalogado como el "certamen más apasionante del mundo", una mentira flagrante que, rescindido el contrato AFA-TSC,  se derrumbó igual de rápido que una denuncia de diputado de Valores para mi País.



Un segundo aspecto a tener en cuenta se vincula con la aparente superioridad de Estudiantes y Vélez sobre el resto, de acuerdo con la tabla del Apertura en la cual se observa que el cuadro de Liniers (2º) le sacó a River (4º) 14 unidades. No obstante, y si se toma como referencia la clasificación anual, también entre Estudiantes y Vélez hay una diferencia considerable de 15 puntos en favor del equipo platense. ¿Indican algo estos números? En principio sí, debido a que en este caso esos números corresponden a un ciclo plausible de mensurar: el trabajo a largo plazo, la solidez institucional y el cambio de mentalidad de pinchas y fortineros. Pero, además, sugieren que algo ha empezado a modificarse: la paridad de antes parecería ceder ante la coherencia de proyectos y la apuesta sensata de algunos clubes, casualmente o no los que terminan ganando los campeonatos.

 Es un dato, apenas, no muy confiable en este fútbol dominado por la urgencia y sectores del medio cuya función primera es desestabilizar y alimentar escenas de un show generoso en actores y episodios. Aunque sí encierra una moraleja para los encandilados con las luces de Europa: este circunstancial predomio de uno o dos clubes, en Argentina -donde el reparto de los ingresos por televisación es más equitativo- no obedece a la prepotencia del dinero ni al destino de una historia reservada a los grandes. Acá intervienen, además de contar con los inevitables recursos para gestionar, otros factores como la inteligencia en la planificación, la impronta de cada club, la ética y el compromiso de dirigentes y asociados con clubes que siguen siendo entidadades sin fines de lucro. Así, hoy son Estudiantes y Vélez los primeros en el reconocimiento. Mañana serán otros, posiblemente situados en el lugar por el cual trabajaron con esfuerzo y seriedad, fieles a su historia, sin sacarle nada a nadie. Y lo bien que le hace al  fútbol juego, atribulado muchas veces por los dictados del negocio.

P.P.

lunes, diciembre 13, 2010

ALL BOYS // Un Primer Amor


Terminó el 2010 para All Boys y el mosaico de imágenes del duelo con Godoy Cruz, último rival del fixture, eran la mejor postal de una temporada -un año en rigor- que indudablemente ingresa en la historia grande del club: lluvia copiosa, sol intermitente, fuegos artificiales, pasión desbordante, fondo negro detrás un cielo con tonos grises, blancos y celestes, garra y corazón en futbolistas que entendieron las características de este club expresadas en el esfuerzo que no se negocia, en superar los obstáculos propios y ajenos empecinados con esta camiseta, en el orgullo de saber que la Primera División es un lugar posible, una distinción honrosa para defender, un premio merecido.

No hubo, en las últimas dos décadas, la euforia que envuelve hoy a un barrio que se reconoce como nunca en su club, según algunos datos y hechos concretos. El retorno a Primera División después de 30 años, 4 victorias para atesorar en la memoria (Boca y River, Estudiantes e Independiente, estos dos últimos campeones del año a nivel local e internacional), 7º en la tabla de recaudaciones, 10.000 socios como horizonte del club que podría venir, un predio en Ezeiza destinado a los asociados próximo a inaugurarse; configuran apenas un muestrario de una institución reconvertida debido a la tenacidad de sus hinchas y a los aciertos de su dirigencia que, de todos modos, no esconden los encantos, los secretos y -sobre todo- los recuerdos del otro club. Aquel que evocaba el Gordo, un hincha experimentado de 38 años, cuando sus ojos y sus palabras se detenían en la actual tribuna de la calle Miranda, tiempo atrás de desparejos y escasos escalones, o repasaba su primer clásico con Nueva Chicago en 1981, la "traición" de Héctor Scotta, un número 3 llamado al olvido apellidado Befumo, o reclamaba con fruición a Agustín Torassa "inventá como en la B, Agustín, como en la B". No era una casualidad. El ascenso fue la valiosa escuela de aprendizaje de All Boys, territorio donde casi siempre se sufre, su sitio durante años, un sello reconocible enlazado con el derrotero de un barrio expectante y persistentemente enigmático, hoy feliz. Alborotadamente feliz.



El partido con Godoy Cruz, emotivo y disputado, fue el mejor cierre para dos equipos generosos en su propuesta, de interesantes campañas, aunque con matices en uno y otro caso de acuerdo con las últimas instantáneas, ya que All Boys resultó un inesperado protagonista del certamen, un actor de peso que impuso respeto e infundió temor en los adversarios, fundamentalmente en Floresta donde apenas resignó 7 unidades sobre 30 posibles. El desempeño de los mendocinos, clasificados por primera vez a la Libertadores, habla por sí mismo, pero cabe puntualizar aquí en el bagaje acumulado y las alternativas del duelo entre ambos, de alguna manera inevitable a la hora del balance. Sin exageraciones ni falsas modestias, All Boys terminó jugando con futbolistas que pasaron -en su mayoría- por 2 y 3 categorías del fútbol argentino en solo 2 años, no varió nombres ni sistema compulsivamente, asimiló los escollos de un calendario exigente, lo cual realzan los 26 puntos obtenidos y, al mismo tiempo, expone un hecho para destacar: con excepción de Vélez, el conjunto de Romero no fue superado por ninguno de los 8 clubes que lo anteceden en la tabla de posiciones. Más aún: mereció otra suerte ante varios de esos rivales.

Así, y al margen de algunas ausencias en Godoy Cruz, se sabía del potencial del cuadro de Omar Asad, de sus meritorios rendimientos asentados en un fútbol agresivo y, en muchos casos, bien jugado. Pergaminos que se expresaron, transcurridos menos de diez minutos del primer tiempo, en dos goles de gran factura que presagiaban una victoria mendocina, teniendo en cuenta la contundencia del conjunto visitante y cierto relajamiento en el cuadro de Romero tras alcanzar la meta de 25 puntos en el campeonato. No obstante, All Boys supo recuperarse a tiempo en esa primera etapa que debió terminar en empate tras el descuento de Matías Pérez García que tonificó al equipo. Distinta resultó la última mitad luego de la expulsión de Jonhatan Ferrari, inmediatamente posterior a un claro penal que le cometieron (no sancionado por Beligoy), que generó huecos en la defensa e impotencia en All Boys, de todos modos activo y dispuesto a lograr la igualdad, liderado por el histórico Carlos Madeo, ovacionado antes, durante y después del encuentro, quien tuvo una intervención determinante al impedir el tercer gol de los mendocinos en forma milagrosa.

Fue Madeo, precisamente, pero también el empuje y la fiesta desatada en las tribunas, agradecidas por un año de fecundas alegrías, las claves de un empate muy festejado cuando se terminaba el 2010 de All Boys. Una celebración entendible si bien transitoria a raíz de la preocupante campaña fuera de Floresta y los complejos desafíos del Clausura, entre ellos un calendario que anuncia visitas riesgosas, apremios de adversarios, equilibrios indispensables ante el rigor de los resultados, decisivos en las derrotas y en las victorias.

No son razones suficientes, así ocurra una debacle en la segunda rueda, para contener la emoción de estas horas. Los logros conseguidos, los recorridos recientes, los anhelos comprensibles. Acaso algún día, el menos esperado quizá, este club acredite su primera estrella en la A. O tal vez no: seguirá la historia en los mismos y trajinados paisajes del pasado, con los orgullos y las frustraciones conocidas, creyendo que habrá siempre un futuro de gloria esperando.
Algo oculto e indescifrable por lo que valga la pena escribir sobre el aliento y el amor.

Pablo Provitilo

jueves, diciembre 09, 2010

ALL BOYS // Objetivo cumplido, máximos desafíos


El 2010 comenzó para All Boys con mesurado optimismo un caluroso sábado de enero: 2 a 1 sobre la CAI, en Comodoro Rivadavia, que trajo respiro en los promedios y en el clima de Floresta, confianza al ganar de visitante y nuevos sueños de esos que nutren la especial trayectoria de esta institución. De cualquier manera, e instalada la ilusión de abandonar la B Nacional en un plazo razonable, no muchos hinchas imaginaban los acontecimientos futuros. En parte por la irregularidad mostrada en el inicio de aquel torneo que coronó a Olimpo y Quilmes como ganadores, otro tanto debido a los mencionados plazos de un club todavía eufórico tras el campañón de la temporada 2007/2008 en la B Metro, que demandaba defenderlo en la primera de la tablas para atender: la del descenso.

No obstante, como se apuntara en estas crónicas, a All Boys lo acompaña una hinchada seguidora y exigente que comenzó a entusiasmarse y a gritar por el ascenso, conforme se sucedían victorias y rendimientos propios de un equipo dispuesto a concretar el anhelo de un barrio, especialmente entre sus habitantes menores de 45 años, pendientes de una posibilidad única y esperada, definitivamente imborrable, acaso merecida después de tantos sinsabores acumulados, sazonados por un desproporcionado reconocimiento al eterno adversario, de presente exitoso por aquel entonces.




A raíz de estas razones, no sería justo ni adecuado detenerse excesivamente en otra fallida actuación del cuadro de José Romero en calidad de visitante. Muchísimo menos después de alcanzar la meta, el objetivo, ese desafío modesto de sumar 25 unidades que habrá que revalidar en el torneo Clausura, con las dificultades que conlleva teniendo en cuenta el nerviosismo y las urgencias de varios competidores directos o indirectos, amén de aspectos propios a corregir como la irregularidad entre partido y partido, cierta intemperancia, dificultad para cerrar los encuentros. Por eso la caída ante Gimnasia, si bien molesta desde luego, conviene ubicarla en un contexto más amplio en el cual inciden varias cosas que la trascienden, por ejemplo los logros mayúsculos de este equipo en un breve lapso, el orgullo de derrotar a poderosos rivales (uno de ellos, posible campeón) y un dato ya señalado que hacen distinto y notable este proceso: la mayoría de los hombres que integran el plantel actual atravesó distintas compleijidades en diferentes etapas.

Así, y como prueba de lo antedicho, All Boys podría ubicar, ante Godoy Cruz, a 9 de los 11 futbolistas que actuaron en la tarde de Comodoro si ingresan Madeo, Vieytes, Torassa y Panceri  en el once titular (Matos no cuenta aunque estaba en el plantel), algo posible dada la abundancia de lesionados y suspendidos. Se descuenta que lo harán con la misma pasión y el mismo compromiso, en el epílogo de un año que deparó emociones intensas y, al mismo tiempo, renovó las expectativas en torno de lo que pueda ocurrir en el futuro.

Pablo Provitilo

martes, diciembre 07, 2010

FÚTBOL SUDAMERICANO // Nuestra América en movimiento


Avalado por sus características especiales, sus componentes culturales y las múltiples incidencias de sus coloridos y disputados torneos, el fútbol sudamericano contiene variados elementos que lo hacen atrayente e impredecible. En tal sentido, y prosiguiendo con la intención de difundir a esas ligas muchas veces olvidadas, ofreceremos dos resumidas entregas dedicadas a los campeones del continente sudaca, cuyas consagraciones -en ciertos torneos-coincidieron el último fin de semana. De modo que, sin ánimo de jerarquizar la nómina de campeonatos y ganadores, la primera de esas entregas incluye a Brasil, Uruguay, Paraguay y Chile, certámenes con desenlaces abiertos hasta la última jornada, sorprendentes en algún caso, y con presencia de argentinos, o apellidos conocidos que pasaron por nuestro país, en la mayoría de las formaciones que terminaron coronándose en medio de algabarías y dedicatorias diversas.




Brasil

La historia del Brasileirao -el campeonato más importante del país- es relativamente nueva si se piensa que sus orígenes se remontan a 1971, un año después del recordado título mundial ganado por Brasil. Con el transcurso de los años, fue aumentando en emoción y competitividad, rivalidades y episodios curiosos, teniendo en cuenta ciertas definiciones y, sobre todo, la cantidad de clubes que se adjudicaron el torneo: 17. Uno de los campeones reside en el estado de Río Janeiro, eterno adversario de quien respetables encuestas lo consideran el club más popular del país (Flamengo), que acaba de acreditar su segunda estrella después de 26 años liderado por el fútbol exquisito del argentino Diego Conca, distinguido como balón de oro en 2010 (cuarto extranjero en Brasil), único jugador en participar en los 38 partidos del Brasileirao. Con Conca en un rol determinante, pero contenido y beneficiado a partir de la sobria estructura colectiva diseñada por Muricy Ramalho -el entrenador- el Flú no solo dejó atrás a portentosos oponentes como Cruzeiro,Corinthians y hasta el mismísimo Inter de Porto de Alegre, sino también produjo un suceso tras un recorrido reciente dominado por los altibajos. Repasando: derrota con Liga de Quito en la final de la Copa Libertadores en 2008, serios problemas con el descenso al año siguiente y consagración casi milagrosa este año.
El cierre feliz de un periplo que ingresa en la historia grande del fútbol en ese país, tanto como la marca dejada por Conca, el jugador que se fue de Argentina en silencio pese a sus enormes calidades y su condición de incipiente crack.



Chile

Casualmente o no, Conca fue protagonista fundamental del título que celebró en 2005 la institución empresa Universidad Católica, flamante campeón chileno por 10ª vez en su historia, luego de un certamen atípico -se decidió que fuera un torneo largo y no Apertura/Clausura tras el trágico terremoto del 27 de febrero-, en el cual el club afincado en la coqueta San Carlos de Apoquindo logró un hecho trascendente al descontarle 7 puntos al Colo Colo de Diego Cagna en las jornadas finales. Una conquista con connotados efectos debido al estigma que carga históricamente la UC -generalmente declina en las instancias claves- y algunos nombres pertenecientes a la entidad en distintos roles y con diferentes grados de influencia. Entre esos apellidos figuran los entrenadores Marco Antonio Figueroa, gloria del fútbol chileno, cesanteado promediando el certamen, y Juan Antonio Pizzi, muy cuestionado durante buena parte del campeonato; el ex arquero y ahora manager José María Buljubasich, encargado de reorientar el equipo tras la partida del Fantasma Figueroa; el jugador Jorge Ormeño, la gran figura del campeón con rendimientos superlativos, y futbolistas con pasado y presente en la Argentina como Juan Eluchans (clave en el 3 a 2 sobre Cobreloa en Calama al anotar un gol decisivo), Milovan Milosevic, emblema en las últimas fechas; Juan José Morales y Damian Díaz, quienes aportaron en su momento pese a su salida desprolija del club.
Todos contribuyeron a este logro que, en la última jornada, motivó el descenso de un club con historia  (Everton), puso entre paréntesis supuestas certezas y le devuelve a la Católica un lugar en la Libertadores 2011, la copa que estuvo a un paso de ganar en 1993.



Uruguay

A diferencia de Fluminense y Universidad Católica, el título obtenido por Defensor no acredita en la tabla final de campeonatos ganados, a raíz de un sistema de disputa del cual ya hemos hablado en otro post. Pero sí reviste importancia su coronación teniendo en cuenta la definición cerrada y dramática entre 5 equipos, el predominio sobre los grandes Nacional y Peñarol, reforzados con Marcelo Gallardo y Santiago Solari, y un dato extra que en cada consagración Violeta expresa el prestigio y la visibilidad que supo ganarse este club. Defensor, cabe recordar, fue el primero que interrumpió la hegemonía de Manyas y Bolsos al conseguir el campeonato de 1976.
Al margen de que falta el Clausura y las finales previstas para 2011, sobran razones para que el cuadro de Pablo Repetto, técnico que se reveló como sorpresa, inscriba por quinta vez su nombre en el uruguayo, dado la cantidad de puntos obtenidos (suma para la tabla anual), su capacidad goleadora (convirtió 31 goles, siempre anotó en un partido) y -especialmente- la continuidad de los proyectos y su recurrente protagonismo en las intancias finales.



Paraguay

También hay un club que viene terciando, desde hace varios años, frente al viejo dominio de Olimpia y Cerro Porteño. Por 15ª vez, el llamado equipo Gumarelo -denominación que responde a dos hinchas (!) de origen italiano que acompañaban "con pasión" al equipo en cada presentación- se coronó vencedor del torneo paraguayo, orientado por otro conocido en Argentina, Gregorio Pérez, y liderado por dos apellidos que dejaron su marca en el continente: Pedro Sarabia (ex River) y Vladimir Marín (ex Independiente).
Como ocurre con Arsenal en Argentina, cuesta disociar a Libertad de la figura de Nicolás Leóz, actual presidente de la Confederación Sudamericana de Fútbol, y presidente del club entre 1968 y 1977, a quien se homenajeó nombrando el estadio de Libertad con su nombre. Caso semejante al del cuadro de Sarandí.
Intereses o sospechas al margen, cabe reconocer los progresos de esta entidad que nuevamente participará de la Libertadores y Sudamericana 2011, ubicada en el puesto 13º del ranking de clubes según la IFFHS y en buena medida responsable de que Olimpia, un grande del fútbol guaraní nuevamente dirigido por Luis Cubilla, compute 10 años sin éxitos locales.

Hasta aquí, una pequeña reseña de los campeones. La segunda entrega abarcará otros equipos del resto de los países de Sudamérica, la región que también se mueve y disfruta con el fútbol.

Pablo Provitilo

sábado, diciembre 04, 2010

ALL BOYS // Romero y Sánchez, dos espejos


Con sufrimiento pero confiado en sus rendimientos en condición de local, All Boys consiguió la meta que se propuso entre modestias, altibajos y sensato realismo: sumar 25 unidades en la primera rueda. Logro significativo, desde ya, pero relativo ante las exigencias del promedio, los desempeños del cuadro de Romero fuera de Floresta y un fixture de alta complejidad, si se toma en cuenta los 3 encuentros iniciales de 2011: Racing (local), Vélez y Boca (visitante). Claro que falta mucho, razón por la cual conviene disfrutar hoy, de las cualidades de este equipo solidario y humilde que obtuvo conquistas impensadas, conformado por mayoría de jugadores que conocieron los rigores de la B Nacional y la B Metro, fiel a un estilo enraizado en los mandatos de sus hinchas y en el gusto general -en buena medida- del ambiente futbolero en Argentina.

Como se dijo en varias oportunidades, este presente de disfrute se basa, fundamentalmente, en las fortalezas que muestra All Boys en su escenario emplazado en las calles Miranda, Mercedes, Chivilcoy y Jonte, donde computó 20 de 24 puntos posibles (contra Boca se jugó en Huracán), afianzado en la saludable vocación ofensiva capaz de imponerse y desorientar a los adversarios, amén de no amedrentarse en algunos partidos que auguraban roce, mañas diversas, tendencia al pelotazo y pragmatismo extremo. Buen ejemplo de lo antedicho se observó en duelo con Banfield, posiblemente el peor campeón de los torneos cortos instaurados en 1990, afectado en su declamada grandeza ante la resurrección copera de Independiente y un entrenador-prócer que no ve la hora de irse a Boca, que llegó al Islas Malvinas con la premisa de revertir una racha de derrotas con su conocido plan: la reinvención permanente del centro, el especial encanto de detenerse a contemplar la pelota en las alturas, la intención de hacer prevalecer la experiencia.

No obstante, y al margen de una acción para atender -penal a Rubén Ramirez no sancionado en el incio del partido- y el empuje visitante en tramos del segundo tiempo, All Boys fue colectiva e individualmente superior, reafirmando la importancia del trío que conforman Pérez García-Ereros-Matos, determinante para sacar ventaja de dos goles, y un historial con nuevas modificaciones.Tras la victoria, All Boys sacó ventaja en los enfrentamientos en Floresta y también en la suma total, ya que ambos clubes disputaron un total de 58 encuentros, de los cuales apenas 14 fueron en Primera, lo cual habla de un largo recorrido del cuadro del sur bonaerense en categorías que, dicen, no los merece ni los representa.



Además de la alegría por la victoria y el objetivo cumplido, no puede quedar fuera del análisis la repudiable actitud de Hugo Barrientos al agredir con salvajismo a un colega, tema polémico en las tribunas, foros de internet y reuniones con hinchas de All Boys, dado que allí hay opiniones que matizan las conductas de Barrientos, especialmente tras el primer gol de Quilmes en la jornada 16. Cabe puntualizar una aclaración en este espacio: desde aquí se habló de "error compartido" entre Nicolás Cambiasso y Barrientos, pero conforme pasaban las horas y las imágenes, se hizo visible -al menos para este sitio- el despropósito del ex Huracán y Newell's no solo por lanzar un pelotazo hacia atrás desde una posición lejana, sino también por el mensaje que parecería cifrarse detrás de ese gesto, expresado en sabotear a un compañero -y al club- sin ninguna razón que los justifique. Del episodio con Banfield, no hay mucho para agregar, excepto condenar la agresión de un jugador que, de seguir en esta tendencia, podría generar -además de un sinnúmero de faltas evitablles- males mayores.

Este momento de All Boys, la fiesta de un barrio que celebra y se reencuentra con  una dicha siempre esquiva, demanda focalizar en el Cabezón Sánchez, un orgullo, y en Pepe Romero, el referente que moldeó este equipo noble, corajudo y vistoso. No debería ser tema de debate, por tanto, ni las veleidades de quienes provienen de las luminarias de la fama ni los exabruptos de los falsos guapos. Porque esas estrellas despistadas y ese malevaje mal concebido, no resolverán los problemas cuando haya que decir presente en el juego: el mejor lugar donde se desenvuelve hoy este equipo.

Pablo Provitilo

domingo, noviembre 28, 2010

ALL BOYS // Una pavorosa crueldad


La campaña de All Boys, pese a las 6 derrotas en el Apertura (5 en calidad de visitante), exige mesura en el análisis y respeto con este plantel que promovió un suceso capaz de seducir a la prensa gráfica masiva si se revisan recientes ediciones de los principales diarios de la Argentina. Pero lejos de los clásicos rótulos o esteorotipos que gustan a esa prensa, entre ellos "boom" o "fenómeno", nunca debe olvidarse que este es un club humilde y muy sufrido al que todo le costó y le cuesta mucho, incluso metabolizar el reconocimiento y los elogios que le dispensó el ambiente futbolero las últimas semanas.

Posiblemente, y asociado con lo anterior, el factor anímico jugó sus cartas en el encuentro ante Quilmes, duelo en el cual All Boys pagó carísimo su única desatención defensiva tras el error compartido entre Nicolás Cambiasso y Hugo Barrientos, inesperado a raíz del desarrollo del partido, demoledor para sostener las aspiraciones de llevarse alguna unidad del Estadio Centenario. No es original puntualizar cómo incide el aspecto emocional en este deporte, sí revista entre los hechos inéditos semejante ofrenda al rival, especialmente cuando escasean motivaciones para entregarse a una derrota que, como ocurrió en 4 de las 6 caídas del cuadro de Romero, no mereció. Para explicar la derrota, por tanto, acaso haya que focalizar en resabios de un trayecto largo que abarca episodios similares al del sábado y novedosos umbrales de visibilidad y bienestar.




Evaluar el rendimiento del cuadro de José Romero, está claro, implica detenerse obligadamente en la falla Cambiasso-Barrientos ya que, se insiste, fundamenta buena parte del resultado. Pero antes del olvidable minuto '75 hubo partido donde All Boys mostró sus mejor cara al dominar en todos los rubros a su adversario, asentado en el esfuerzo repartido de todos y en la convicción de que se trataba de un encuentro especial, ideal para cumplir con la meta de alcanzar las 25 unidades pautadas por dirigentes y cuerpo técnico. Fue tan abrumadora la superioridad de equipo de Floresta que, solo un imponderable o el exceso de confianza del vencedor circunstancial, podía modificar el score.

No obstante, ni un hecho desgraciado ni la disciplicencia ni la tranquilidad de saberse ganador, generaron que All Boys perdiera ante el conjunto del sur boanerense un partido increíble. El desenlace sorpresivo, da la sensación, obedecería a los problemas exhibidos por este equipo para cerrar los partidos, seguramente vinculados con la inexperiencia que plantea una divisional exigente e implacable (Quilmes viene de la misma divisional), pero también con posibles extrañamientos frente a un entorno que lo reconoce, lo celebra, le augura copas internacionales y hasta la posibilidad de ser campeón por primera vez. Parece mucho en poco tiempo y es casi inevitable no sentir las novedades, la fama repentina, teniendo en cuenta que hace apenas 2 años la mayoría de estos jugadores, orientados por Pepe Romero, batallaba en los sórdidos y desapacibles terrenos de la B Metropolitana.

Viene bien, en tal sentido, reponer ideas y principios de alguien muy citado en estos días como Marcelo Bielsa, enemigo de los aspectos "deformantes" del éxito, defensor de una ética distante de los laberintos de la impunidad y de la cháchara enmarañada. Este club del fútbol argentino y este equipo de Romero no esta acostumbrado a las tapas y a situarse en la soberbia de quienes creen que los logros se consiguen sin sudor y solo con el nombre. Lo suyo viene de la paciencia, del trabajo a largo plazo y en silencio, y del empuje de una hinchada que exige y apoya en las malas. No es de esperar, entonces, excesivos cuestionamientos en torno de un arquero que cometió otro error después de mil aciertos, aunque tampoco es pertinente perder porque sí. La historia, el destino, múltiples factores ajenos, lo ubicaron muchas veces en el lugar de los que deben seguir esperando. Autoinfligirse un padecimiento innecesario es -como dice un hermoso y conocido poema- "una pavorosa crueldad".

Pablo Provitilo

viernes, noviembre 26, 2010

COPA SUDAMERICANA // Único Rey


La probable consagración de Independiente como campeón de la Copa Sudamericana configura un acontecimiento para destacar en distintos planos. En el estadístico, Argentina sumaría una nueva conquista en este certamen menor (5, sobre un total de 9 ediciones disputadas) e Independiente acreditaría el número 16 de su rica biografía copera, luego de 15 años sin éxitos continentales, lo cual podría generar un interminable aunque nunca agotado debate sobre quién es el Rey de Copas tanto en Argentina como en el concierto internacional. Especialmente por la avalancha de títulos boquenses en la última década que derivó en la postulación de una tabla general poco rigurosa. La encabezarían Boca y Milan (18), seguidos por Real Madrid y el conjunto de Avellaneda (15).

Y es poco rigurosa si se considera que la historia abarca ciclos más amplios en el marco de coyunturas especiales, lejos de las particularidades y las interpretaciones interesadas. Por caso Boca contabiliza la Copa Masters y la Copa de Oro Nicolás Leóz, dos torneos fugaces, pero olvida fecundas conquistas durante la etapa amateur; en tanto Independiente no suma para su ficha dos Copas Ricardo Aldao (antigüa competición disputada entre los equipos campeones de Argentina y Uruguay); el Milan dos Copas Latinas y una Copa Mitropa -dos certamenes de Europa-, y Real Madrid dos Copas Latinas y 1 Iberoamericana (la jugaban el campeón de la Nicolás Leóz con el vencedor de la Copa del Rey).

En consecuencia, conviene relativizar esas tablas que impactan bastante y dicen muy poco teniendo en cuenta diversos factores ausentes para confeccionarlas, entre ellos la heterogenidad de torneos y la forma de disputa (Independiente, por ejemplo, no jugó 7 finales intercontinentales según la cantidad de Libertadores que logró, y Boca quedó al margen de la extinguida Copa Interamericana), y  -fundamentalmente- por la imposibilidad de subsimir cada época en una lectura global, dado que intervienen singularidades, conflictos y contigencias en el desarrollo de una disciplina. Señalar un Rey de Copas puro y absoluto parece una empresa difícil, a no ser que se haga un corte sincrónico de la historia tendiente a consagrar definitivamente a la entidad del mundo más ganadora



Sin embargo, existe otro plano para darle verdadera dimensión a un eventual triunfo de Independiente sobre el Goias de Brasil, no vinculado con las características de la Sudamericana, un certamen poco atractivo y de dudosa jerarquía. En caso de coronarse, da la sensación, el cuadro de Avellaneda celebrará menos la obtención de este título que su condición pasada y presente de Rey de Copas de la Argentina, algo directamente ligado con aspectos culturales como la tradición y los cimientos donde nace y se consolida una identidad. Una marca de su porte y un mote que resiste rachas adversas o ciclos victoriosos de terceros ya que cada club atesora orgullos e improntas muy difíciles de ser emulados o arrebatados por los mandatos de cierto periodismo. En este sentido, y ya se ha dicho aquí, Independiente, Boca y Estudiantes reúnen la famosa mística copera tras conseguir éxitos recordados y protagonizar epopeyas varias, pero es el cuadro de Avellaneda quién forjó una identidad poderosa en ese terreno, primereó a todos con su denominación transformada en leyenda, nutrida con nombres ilustres en distintas etapas (Santoro, Pavoni, Pastoriza, Bochini, Bertoni).

Lo cuantititativo, entonces, no debería ser el argumento central para apropiarse de revestimientos o partes constitutivas de otros, de nombres, noches e itinerarios que definen una identidad. Y si no queda otra, si finalmente se acepta que los títulos en cadena reconfiguran una trayectoria, Independiente va en camino de terminar -presuntamente- con las discusiones. Porque esa tabla general, con sus engaños, colocaría al Rojo en una situación inmejorable en caso de ganar la Sudamericana. Además de clasificar a la Libertadores 2011 con la correspondiente chance de obtenerla, tendrá por delante dos finales directas al disputar dos breves torneos ante un solo oponente: la Recopa y la Copa Suruga Bank (podría computarse de acuerdo con esta lógica donde no queda claro qué se entiende por duelo internacional. Aquí, de hecho, se miden el campeón de la Sudamericana con el ganador de la Liga Japonesa (!)).

Sumaría, de acreditar esos 3 trofeos, los 18 del Milan y Boca según las posiciones históricas difundidas por algunos medios que instalaron con cierta repercusión esa clasificación polémica y antojadiza. Alcance o no esa cifra, Independiente tiene asegurado, de todos modos, su merecido reconocimiento y la cualidad que lo hace fuerte y popular: el Rey de Copas en Argentina tiena camiseta roja. Un hecho que no depende de nuevos éxitos y deviene indiscutible.
De acá a Japón.

P.P.

miércoles, noviembre 24, 2010

FÚTBOL BRASILEÑO // El petiso Conca tiene quién le escriba



El próximo lunes el denominado primer mundo futbolístico, que abarca a la Argentina para novedad de ciertos referentes políticos en nuestro país, se paralizará ante el Barsa-Real Madrid correspondiente a la despareja y monocorde Liga Española. Estarán Messi, Di María, Higuaín, representantes nacionales contra el aislamiento que denuncia el conglomerado mediático opositor. No es algo inédito el interés que genera el clásico en estas latitudes, ya que desde hace tiempo el seguimiento hacia los compatriotas en Europa se ha tornado inevitable y en cierto modo lógico debido a la proliferación de argentinos en diversas competencias del viejo continente. Mucho más ahora cuando se advierte que, interrumpido el convenio AFA-TSC-Grupo Clarín, analistas influyentes encapsulados en sus exclusividades y sus aparentes saberes descubrieron súbitamente que en Argentina se juega mal y encuentran en el cable, posiblemente para solazarse y justificar su recurrente actitud fiscalizadora, un Ajax-Twente apasionante o un Real Madrid 8 Osasuna 0 que honra "la esencia de este deporte".

También, entresemana, abundan imágenes y crónicas sobre el desarrollo de la Champions League, torneo de excelencia, indudablemente, presentado como lo que es: la perfección misma, el cruce exitoso entre marketing, juego, show y perdedores que saben perder. No obstante, y así como nos referíamos en un artículo reciente a las viscitudes y singularidades del torneo Uruguayo, América Latina exhibe campeonatos interesantes, ya sean regionales o locales, con participación de argentinos. Por caso el Brasilairao, otro certamen vedado al gran público en Argentina dado que las autoridades de las cadenas privadas del cable entienden que se trata de un espectáculo valioso y plausible de cobros adicionales, capaz de compensar esa ausencia con solo emitir las alternativas en vivo del torneo mexicano, un certamen que alberga a un significativo contingente de compatriotas.



Sin embargo, no son pocos los argentinos que se desempeñan en Brasil, 12 en total, entre los cuales sobresale el ex River y Rosario Centra Darío Conca, ídolo de la torcida del Fluminense y fuente de campañas periodísticas curiosas como las del diario deportivo Lance, encargado de postularlo para el Seleccionado de Batista. Es un caso muy llamativo el de Conca a raíz de los elogios permanentes que recibe  en ese país y de haber edificado su carrera lejos de su primera patria, un hecho con algunas semejanzas con Lionel Messi, aunque con notorios contrastes de acuerdo con las peripecias de sus trayectos, sus logros conseguidos, y los reconocimientos en su tierra natal.

¿Por qué difieren los reconocimientos? Porque, al margen de la tendencia de un medio pendiente de los dictados del negocio, se menciona poco -o quedan en segundo plano- los debates y coberturas acerca de los rendimientos meritorios de argentinos como Conca en América Latina (tuvo un paso exitoso, también, en la Universidad Católica de Chile). Sí se sabe de sus progresos y la posibilidad de dejar una huella en la historia pero mediante voces de terceros, por ejemplo del periodista paulista Marcos Caetano, quien lo reclama para el Scratch con modos desafianes pero legítimos, si se considera que hablar de Conca parecería llenar un vacío: en Argentina, su país, casi no habla de él. Y si se lo menciona, dependerá de episodios excepcionales, de que el Fluminense gane una Libertadores, un Mundial de Clubes, en definitiva, de espacios vacantes, pequeños respiros que deja el elegido del firmamento mediático. Dice Cateano (el periodista): "Los puristas torcerán la nariz ante un extranjero en nuestro equipo, pero estoy convencido de que el talento no tiene fronteras, y como Conca construyó aquí la parte más victoriosa de su carrera, si ya dice que le gustaría vestir la verdeamarelha, ¿por qué no le damos esa chance? Si el amigo lector es de esos que les tienen animosidad a los argentinos, vea la cosa por este lado: ¿no sería una buena mojada de oreja para ellos? Como mínimo, le estaríamos sacando un crack al adversario. Mano (Menezes, entrenador de Brasil) va por mí: convocá a ‘El Petizo’ antes de que un técnico argentino lo haga”.

Conca, asimismo, no es el único argentino que se destaca en Brasil. Andrés D' Alessandro y Pablo Guiñazú, puntales del Inter, y Walter Montillo, de importante aporte en el Cruzeiro, le imprimen sello local a una competencia que ya en otras épocas cobijó a compatriotas de primerísimo nivel. La lista es vasta, alcanza con citar algunos nombres: Ubaldo Matildo Fillol, Roberto Perfumo, Juan Pablo Sorín, Narciso Doval, Luis Artime, Alejandro Sabella, Alejandro Mancuso. CarlosTévez, como Sorín, Perfumo, Doval y Mancuso, integraría un grupo selecto según sus performances. Pero su llegada de la mano del empresario iraní Kia Joorabchian, la irregularidad de la operación financiera montada por MSI y las sospechas del título obtenido por Corinthians, amerita un piadoso olvido.

Lo que no debería olvidarse, eso sí, es aquello que acontece en los países hermanos. En Brasil deslumbra Conca, candidato a calzarse la camiseta del scratch o la celeste y blanca, exponente fiel del siempre atractivo fútbol sudamericano. Es que a veces mirar y contar lo propio podría ser más provechoso, en términos deportivos y culturales, que relatar cada movimiento de quien se erigiría como el único crack vigente. Adosado con todos los lugares comunes que celebran la moda.

P.P

martes, noviembre 23, 2010

ALL BOYS // Hombres sensibles de Floresta


Sin revanchas inminentes, sin segundas o terceras oportunidades y sin posibilidades concretas de saldar -de alguna manera- viejas deudas deportivas, el fútbol sería menos apasionante o no sería una actividad trascendente de acuerdo con las emociones e intensidades que genera. Afortunadamente, siempre caben montones de ilusiones antes de cada partido y cada campeonato, siempre hay indicios para esperanzarse con remontar una historia adversa;en tanto no existen vencedores eternos. Tampoco perdedores.

Considerando los gestos excesivos, los imponderables y las diferentes alternativas que distinguen a este deporte, All Boys fue protagonista de un episodio singnificativo al acreditar un triunfo histórico en su trayectoria de 97 años que, al mismo tiempo, también implicó (implica) el sufrimiento de mucha otra gente, luego de una tarde pródiga y triste de mayo de 2010 que terminó con el ascenso del cuadro de Floresta y el descenso de Rosario Central.  Victoria con efectos varios, entre ellos el impiadoso festejo del máximo oponente del equipo Canalla. Una celebración a tono con las crueldades de la época, motivo de cargadas infinitas en una ciudad donde el fútbol se disfruta y se padece de modo especial.

Mencionado lo anterior, la visita de Newell's al Islas Malvinas auguraba sensaciones diversas, por ejemplo ciertas similitudes a raíz de los nombres de los contendientes, incertidumbre en el trámite del encuentro teniendo en cuenta el recorrido de ambos en el presente Apertura, duelos de barras marcados por amistades inconvenientes e historias pasadas de llamativa actualidad. Una de ellas se vinculaba con los enfrentamientos entre albos y leprosos en Primera que le reportaba al cuadro de Floresta apenas 1 victoria hasta el duelo del sábado: en 1973, y con José Romero en el once titular. Aquella vez fue también por dos a cero, cuando comenzaba el camino de All Boys en la máxima categoria. El otro condimento interesante del encuentro, como se dijo, remite a un hecho más cercano en el tiempo que dejó huellas imborrables en Rosario y Floresta dado que el descenso de Central alegró a Newell's casi como si obtuviera un título, lo cual inevitablemente reaparecería tanto en el campo de juego como en las gradas. Lejos de tributarse cariño, la hinchada de All Boys centró sus gritos en la presencia de barras de Nueva Chicago en la tribuna visitante, mientras que la de Newell's reivindicó su capacidad de convocatoria pese a no completar la cabecera que da a la calle Miranda. En relación con el juego, pareció apichonado el elenco rosarino, tal vez con razón: la camiseta blanca y negra exigía, al menos, respeto.



Rivalidades y condimentos tribuneros aparte, All Boys jugó uno de sus mejores partidos del campeonato, con momentos de buen fútbol y una solidaridad de conjunto que no deja de sorprender. Fundamentalmente porque el cuadro de Romero crece en su rendimiento cuando luce sólido, ambicioso y concentrado, seguro de sus fortalezas y dispuesto a cumplir con una de las premisas centrales para conservar la categoría: hacerse fuerte de local (cedió apenas 4 unidades). No llamó la atención, por tanto, la apertura del marcador después de un comienzo arrollador donde sobresalió la consistencia en la zona media, con Barrientos y Sánchez metidos en el encuentro, anticipando y abasteciendo criteriosamente al trío integrado por Pérez García, Ereros y Matos, quienes coronaron una labor muy destacada en esa primera etapa según las pequeñas sociedades que construyeron para desarmar a una defensa violenta y desequilibrada.

En el complemento, y ya con Perea en la cancha tras la lesión de Juan Pablo Rodríguez, All Boys selló el resultado precisamente con gol del volante recién ingresado, al margen de que dispuso de chances para ampliar la ventaja, mal resueltas por Agustín Torassa (reemplazante de Ereros pocos minutos después de iniciarse la segunda mitad) y Matos, dos jugadores que suelen entenderse bien. De cualquier manera, sería inapropiado e injusto analizar el desempeño de algunos jugadores o los cambios de Romero (la semana pasada, desde este sitio se pidíó por más minutos para Agustín), ya que el conjunto de Floresta mantuvo el nivel durante todo el encuentro, afirmado en su garra, incluso con tiempo suficiente para ofrecer lujos y mostrar una superioridad impensada si se considera el porte del adversario, su honrosa participación en la Sudamericana de este año y sus ambiciones de disputar la Libertadores de 2011.

Queda la satisfacción, entonces, de registrar una serie de victorias ante calificados adversarios (Boca, River, Independiente, Estudiantes y Newell's) en el marco de una campaña notable, superior a lo que se esperaba teniendo en cuenta el fixture y la condición de equipo recién ascendido. Mejorar la performance de visitante y repetir la cosecha de unidades en la segunda rueda emergen ahora nítidamente como los objetivos inmediatos, aunque conviene tomar nota de que existen las rachas negativas, los escollos y los caprichos del azar. Al cabo, y se repite, los triunfos y las caídas son devenires inevitables, al margen de una narrativa tramposa  que estableció patrones felizmente ineficaces para desalentar los entusiasmos y las ilusiones genuinas de los hinchas.

Vaya si lo sabe All Boys, verdugo y víctima en diversos momentos de su historia. Y vaya si lo sabe Central, equipo que el sábado a la tarde reencontró sonrisas olvidadas al constatar que todos ganamos y perdemos, que ningún suceso conspira contra la rica biografía del cuadro canalla, casualmente vencedor ese último sábado de Tiro Federal en un partido más de su tránsito por la B Nacional.

Pablo Provitilo

viernes, noviembre 19, 2010

FÚTBOL URUGUAYO // Once Tiros del crá


Siguiendo con la impronta que le hemos dado a esta página durante Sudáfrica 2010, cada tanto resulta interesante detenerse en la historia y en la actualidad de los torneos del Continente. En este caso del fútbol uruguayo, una liga particular que presenta escenarios pintorescos, una trayectoria no exenta de conflictos y olvidos, canteras milagrosas, hombres que hablan del amor a la "reina", y dos potencias que acumularon títulos y prestigios como pocos clubes de Latinoamérica.
Peñarol y Nacional, Manyas y Bolsos, suman 68 de 78 torneos disputados desde que se iniciara la etapa profesional en 1932.

Pero una eventual comparación con Europa, más precisamente España y su Barcelonarealmadridismo, incurre en riesgos y confusiones dado que no parece pertinente la analogía. Contratos televisivos aparte, en Uruguay abundan carencias, incertidumbres y rusticismos que la alejan del orden, los millones y las pautas establecidas en España, al tiempo que sitúan el interés de su torneo local en otro terreno: en el de los esfuerzos conjuntos, las limitaciones e imponderables expresados en un siempre renovado espíritu amateur que emerge en el tumulto y resiste embates de iniciativas de modernización capaces de afectar su esencia.

Así, con solo mirar de reojo el desarrollo actual de la competencia y sus narrativas cotidianas, se advierte que el fútbol uruguayo contiene diversos atractivos, no suficientemente relevantes para las cadenas deportivas del cable en Argentina, más allá de un envío semanal de TyC Sports con los goles de la fecha y de la desubicada oferta de Direct TV para observar en vivo las alternativas de la jornada abonando un plus. Una pena, ciertamente, teniendo en cuenta la reparadora experiencia del Fútbol para Todos en nuestro país y los más de 5 millones de orientales que habitan en Argentina, gran parte de ellos condenados a ingresar al portal Roja Directa, o bien escuchar breves flashes de Radio Continental, para seguir las incidencias del torneo uruguayo.




Acorde con lo anterior, el inicio de la temporada 2010/2011 anunció novedades fuertes como los fichajes Santiago Solari y Marcelo Gallardo -entre otros- y la continuidad de Álvaro Recoba, en tanto ofrece un abanico de candidatos si se considera que a Peñarol -ultimo campéon después de 6 años- y Nacional -dirigido por Juan Ramón Carrasco-, se agregaron Defensor y Danubio, de constantes progresos y meritorias campañas, aspirantes a quedarse con el Torneo Apertura cuando restan 3 fechas. Cabe una aclaración referida a la forma de disputa del torneo. A diferencia de Argentina, el ganador del Apertura no acredita el campeonato: para lograrlo debe vencer en una semifinal posterior (a realizarse en 2011) al dueño del Clausura y, en caso de imponerse, derrotar en la final al ganador de la tabla anual (la suma de ambos torneos).

Frente a esta serie de instancias que estructuran el calendario, importa y mucho el desenlace de cada torneo. Mañana, sin ir más lejos, Defensor -líder- enfrenta en el Centenario a Peñarol, a solo dos unidades del cuadro Violeta junto con Danubio, Bella Vista y el sorprendente El Tanque Sisley, evocado en el filme Whisky, equipo ubicado en las últimas colocaciones de la tabla del descenso (se promedian dos temporadas) cuya plantilla está compuesta por algunos apellidos curiosos, de resonancias conocidas en este lado del charco: Oyarbide y Aliberti. Un escalón debajo en la clasificación del descenso figura otro club que también sugiere imágenes familiares en determinado público de la Argentina: Tacuarembó, la localidad del "Chueco Maciel", una  bellísima canción del músico Daniel Viglietti.

Sin embargo, y al margen de que Bella Vista y El Tanque seguramente darán batalla, la disputa por el torneo parecería centrarse en los 4 clubes mencionados, cada uno con fundamentos para coronarse si se repasan algunos nombres y situaciones. Además de Solari, Peñarol tiene a un histórico como Antonio Pacheco (goleador de las dos últimas temporadas, acaba de superar a Pablo Bengochea y Fernando Morena en cantidad de clásicos jugados ante Nacional, con 50 partidos), Alejandro Martinuccio -ex Nueva Chicago, de gran rendimiento con la camiseta aurinegra- y Fabián Estoyanoff, de pasado en Europa y con destacados desempeños con la camiseta manya. Nacional, lejos de conseguir el Apertura, cuenta con varios jugadores de jerarquía y da la sensación de haber priorizado la suma de puntos para la tabla anual afirmado en el liderazgo y la experiencia de Alejandro Lembo, en el oportunismo del máximo artillero del torneo, Santiago García, y en la identidad futbolística que pueda inculcarle el entrenador Carrasco en otro gran desafío de su carrera, tras la revolución que produjo en River.

Defensor y Danubio, los que pelean con los grandes, parecen bien posicionados. Los primeros por la propuesta generosa  y muy interesante de su entrenador, Pablo Repetto, quien eligió intérpretes adecuados para plasmar un esquema agresivo y muy redituable hasta aquí en los números, mientras que Danubio viene batallando con un equipo compacto, avalado por una historia que le deparó 3 títulos, uno menos que el conjunto del Parque Luis Franzini.

En suma, se trata de un torneo con matices, a veces cambiante y con vencedores que suelen ser los mismos. Pero aquí cobra especial sentido el contexto, el amor profundo con solo fijar la mirada y alentar y sufrir por once cracks reales o imaginarios. Los adversos suelos de un terreno que recuerda al potrero y a lo imperfecto de este deporte. Eso es, quizás, lo más interesante de un campeonato con repercusiones mínimas.

P.P.