lunes, diciembre 13, 2010

ALL BOYS // Un Primer Amor


Terminó el 2010 para All Boys y el mosaico de imágenes del duelo con Godoy Cruz, último rival del fixture, eran la mejor postal de una temporada -un año en rigor- que indudablemente ingresa en la historia grande del club: lluvia copiosa, sol intermitente, fuegos artificiales, pasión desbordante, fondo negro detrás un cielo con tonos grises, blancos y celestes, garra y corazón en futbolistas que entendieron las características de este club expresadas en el esfuerzo que no se negocia, en superar los obstáculos propios y ajenos empecinados con esta camiseta, en el orgullo de saber que la Primera División es un lugar posible, una distinción honrosa para defender, un premio merecido.

No hubo, en las últimas dos décadas, la euforia que envuelve hoy a un barrio que se reconoce como nunca en su club, según algunos datos y hechos concretos. El retorno a Primera División después de 30 años, 4 victorias para atesorar en la memoria (Boca y River, Estudiantes e Independiente, estos dos últimos campeones del año a nivel local e internacional), 7º en la tabla de recaudaciones, 10.000 socios como horizonte del club que podría venir, un predio en Ezeiza destinado a los asociados próximo a inaugurarse; configuran apenas un muestrario de una institución reconvertida debido a la tenacidad de sus hinchas y a los aciertos de su dirigencia que, de todos modos, no esconden los encantos, los secretos y -sobre todo- los recuerdos del otro club. Aquel que evocaba el Gordo, un hincha experimentado de 38 años, cuando sus ojos y sus palabras se detenían en la actual tribuna de la calle Miranda, tiempo atrás de desparejos y escasos escalones, o repasaba su primer clásico con Nueva Chicago en 1981, la "traición" de Héctor Scotta, un número 3 llamado al olvido apellidado Befumo, o reclamaba con fruición a Agustín Torassa "inventá como en la B, Agustín, como en la B". No era una casualidad. El ascenso fue la valiosa escuela de aprendizaje de All Boys, territorio donde casi siempre se sufre, su sitio durante años, un sello reconocible enlazado con el derrotero de un barrio expectante y persistentemente enigmático, hoy feliz. Alborotadamente feliz.



El partido con Godoy Cruz, emotivo y disputado, fue el mejor cierre para dos equipos generosos en su propuesta, de interesantes campañas, aunque con matices en uno y otro caso de acuerdo con las últimas instantáneas, ya que All Boys resultó un inesperado protagonista del certamen, un actor de peso que impuso respeto e infundió temor en los adversarios, fundamentalmente en Floresta donde apenas resignó 7 unidades sobre 30 posibles. El desempeño de los mendocinos, clasificados por primera vez a la Libertadores, habla por sí mismo, pero cabe puntualizar aquí en el bagaje acumulado y las alternativas del duelo entre ambos, de alguna manera inevitable a la hora del balance. Sin exageraciones ni falsas modestias, All Boys terminó jugando con futbolistas que pasaron -en su mayoría- por 2 y 3 categorías del fútbol argentino en solo 2 años, no varió nombres ni sistema compulsivamente, asimiló los escollos de un calendario exigente, lo cual realzan los 26 puntos obtenidos y, al mismo tiempo, expone un hecho para destacar: con excepción de Vélez, el conjunto de Romero no fue superado por ninguno de los 8 clubes que lo anteceden en la tabla de posiciones. Más aún: mereció otra suerte ante varios de esos rivales.

Así, y al margen de algunas ausencias en Godoy Cruz, se sabía del potencial del cuadro de Omar Asad, de sus meritorios rendimientos asentados en un fútbol agresivo y, en muchos casos, bien jugado. Pergaminos que se expresaron, transcurridos menos de diez minutos del primer tiempo, en dos goles de gran factura que presagiaban una victoria mendocina, teniendo en cuenta la contundencia del conjunto visitante y cierto relajamiento en el cuadro de Romero tras alcanzar la meta de 25 puntos en el campeonato. No obstante, All Boys supo recuperarse a tiempo en esa primera etapa que debió terminar en empate tras el descuento de Matías Pérez García que tonificó al equipo. Distinta resultó la última mitad luego de la expulsión de Jonhatan Ferrari, inmediatamente posterior a un claro penal que le cometieron (no sancionado por Beligoy), que generó huecos en la defensa e impotencia en All Boys, de todos modos activo y dispuesto a lograr la igualdad, liderado por el histórico Carlos Madeo, ovacionado antes, durante y después del encuentro, quien tuvo una intervención determinante al impedir el tercer gol de los mendocinos en forma milagrosa.

Fue Madeo, precisamente, pero también el empuje y la fiesta desatada en las tribunas, agradecidas por un año de fecundas alegrías, las claves de un empate muy festejado cuando se terminaba el 2010 de All Boys. Una celebración entendible si bien transitoria a raíz de la preocupante campaña fuera de Floresta y los complejos desafíos del Clausura, entre ellos un calendario que anuncia visitas riesgosas, apremios de adversarios, equilibrios indispensables ante el rigor de los resultados, decisivos en las derrotas y en las victorias.

No son razones suficientes, así ocurra una debacle en la segunda rueda, para contener la emoción de estas horas. Los logros conseguidos, los recorridos recientes, los anhelos comprensibles. Acaso algún día, el menos esperado quizá, este club acredite su primera estrella en la A. O tal vez no: seguirá la historia en los mismos y trajinados paisajes del pasado, con los orgullos y las frustraciones conocidas, creyendo que habrá siempre un futuro de gloria esperando.
Algo oculto e indescifrable por lo que valga la pena escribir sobre el aliento y el amor.

Pablo Provitilo

4 comentarios:

Seba Ray dijo...

Pablo, un lujo haberte seguido este campeonato. Fue lo mejor y lo que mas me gusto de todo lo publicado que lei(y te imaginarás que lei casi casi todo)
Lo que estoy pensando es que fue tan buena la campaña y tambien es tan mejorable y tengo la tranquilidad que all boys ni por asomo llego a su techo. Es un buen augurio.

Saludos buen fin de año y que sigan las alegrías

TPP dijo...

Seba: muchas gracias. De corazón. Y ojalá que sigan las alegrías porque pienso exactamente igual. Se habla de refuerzos de jerarquía (no sé si será cierto, pero alguien el sábado me mencionó a Cvitanich (?)). Una fija: vuelve Stefanatto.

Feliz año y la seguimos.

Seba Ray dijo...

Pablo, me quede con ganas de preguntar algo. Viste como es, lo lees te lo dejas carburando y al otro dia caes (?).
¿Por qué decis que de los 7 equipos por encima de All Boys en la tabla solo lo supero Velez?
Estan Racing y Lanus. Ambos 1-0 de visitante.

A mi lo que me da cagazo(?) es que de los rivales directos en "nuestro" campeonato, solo se le gano a Olimpo. Contra Tigre y Huracan empates y contra Quilmes y Gimnasia derrotas. Lo que me da tranquilidad es que los ultimos 4 los tenemos de local.

la seguimos

TPP dijo...

Seba; la referencia apuntaba a que All Boys no fue superado en el juego.
Coincido con vos: la campaña de visitante preocupa, especialmente porque en el Clausura jugamos un partido más fuera de Floresta, y visitamos a varios pesados: Boca, Independiente, Estudiantes, Ñuls, Vélez.

También me preocupa Barrientos, un peligro futbolístico, emocionalmente no apto para la primera división. Confiemos, de todos modos, en este equipo que demostró coraje, en la elección de los refuerzos (Ormeño y Pavlovich, conocedores de canchas con dimensiones reducidas, vendrían muy bien))y en saber administrar los 26 puntos de la primera rueda,siguiendo fuertes en Floresta.

Esperamos más alegrías porque lo merecemos después de tantos años, y por eso debemos ser exigentes.

abrazo grande