lunes, noviembre 28, 2011

ALL BOYS // Otra unidad


No ganar de local, transcurridas 16 fechas, configura un dato sustantivo que difiere de modo directo con lo sucedido un año atrás cuando All Boys apenas resignó 7 puntos sobre 30 en esa condición. Entre los factores posibles de la infausta racha cuentan planteos cautelosos y equivocados ante rivales de la misma o inferior envergadura, lógicos imponderables derivados de un deporte donde incide el azar, cierta relajación que contrasta con aquel albo tonificado de 2010 y lo dicho en distintos artículos sobre la conformación de un plantel estrecho y desbalanceado. La estadística deviene elocuente ni bien se observa que el cuadro de José Romero es junto a Newell's uno de los dos equipos del torneo sin ganar en su estadio, hecho significativo que, milagrosamente, no repercute aun en la tabla de los promedios teniendo en cuenta la posición actual en el Apertura mediocre y tedioso al que asistimos: un peldaño encima de la zona de promoción.

De no corregir este relevante ítem, por tanto, All Boys padecerá horrores para sostener la categoría pese a disponer de la ventaja de dividir porcentualmente diferente en la clasificación del descenso -es decir  con mejores números en caso de acreditar más victorias que empates- de Arsenal, Racing, San Lorenzo y Tigre, oponentes directos en la disputa por conservar un lugar en la máxima divisional, meta prioritaria de la temporada subestimaciones aparte. En ese panorama con claroscuros, el anteúltimo encuentro del año en el Islas Malvinas presentaba una nueva oportunidad a fin de interrumpir la sequía de triunfos, vital y urgente según los plazos de una temporada que no admite recursivas defecciones, y estímulo importante para un equipo irregular cuya principal virtud, en lo que va del torneo, es suplir sus evidentes carencias con esfuerzo y el aporte responsable de un puñado de jugadores que entendieron el objetivo a cumplir. No alcanza como quedó demostrado tras una nueva igualdad sin goles en el marco de otro partido chato, pero conviene reparar en la dimensión del rival, uno de los dos mejores equipos de los últimos cinco años, espejo en el cual mirarse a la hora de pensar en cómo consolidar un club social en desarrollo y con éxitos deportivos que lo respalden.

De este modo, consumada la igualdad ante Lanús y a la hora del análisis posterior, sería interesante que dirigentes, cuerpo técnico y jugadores se propongan metas más ambiciosas que esperar los declives de Belgrano, Atlético Rafaela o Unión, una suerte de moneda al aire que no debería ser el horizonte único al que tanto aspira el club. Más trascendente, por el contrario, es tomar los buenos ejemplos para intentar mejorar y fortalecer lo propio con una planificación que contemple lo que se hizo mal y repare en un aspecto medular: ninguna estrella prevalece sobre los intereses del club, se llame como se llame. Enseñan bastante, en tal sentido, estos aparentes conflictos de vestuario de la últimas semanas, dado que revelan la importancia de contar con una comisión de fútbol capaz de morigerar los ánimos, veleidades y diferencias, amén de terciar en eventuales problemas que limasen la armonía grupal, factor indispensable para concretar nuevos triunfos y anhelos. Una arista no menor a la hora del balance anual, cuando concluyan los tres complejos partidos que restan.

Sobre el futuro, precisamente, abruman tareas y revisiones. El partido ante Lanús fue otra prueba de que urgen dos refuerzos de cierta jerarquía, fundamentalmente en la zona de gestación del juego ya que de no aparecer Torassa o Pérez García, los dos futbolistas del plantel con mayor capacidad de desequilibrio, All Boys insiste con la fórmula repetida, y generalmente estéril, de los centros buscando a Matos, algún disparo de Juan Pablo Rodríguez de media distancia, alguna esporádica pesquisa en el área y casi nada más. Poco, muy poco, para intentar quebrar la seguidilla de empates y derrotas en Floresta, a lo que se suma el correspondiente impacto psicológico de no poder ganar jugando de local, como bien diagnosticó Pepe Romero. También las evaluaciones antojadizas acerca de las unidades a conseguir, la obsesión en torno de los desempeños de los otros y una insinuada tendencia al conformismo merecen cuanto menos analizarse. Las conclusiones, en caso de producirse este saludable ejercicio, acaso arrojen que hay una ilusión y un trabajo de años en juego.

P.P.

lunes, noviembre 21, 2011

ALL BOYS // Capitalizar el esfuerzo



Por tercera ocasión en 2 años All Boys consiguió empatar en la provincia de San Juan, esta vez en el marco del primer enfrentamiento en la máxima divisional con San Martín, que dejó conformismo en el resultado a la luz de su incidencia posterior en la tabla de promedios, más allá del partido discreto disputado por ambos equipos. Vale y mucho la igualdad si se considera que enfrente había otro de los tantos rivales directos en la agobiante pelea por mantener la categoría, exigido de sumar la mayor cantidad de puntos conforme pasan las fechas, eventualmente revitalizado hacia el futuro en caso de haber ganado.También deviene meritoria la unidad obtenida por el cuadro de José Romero a raíz de trascendentes circunstancias, ya que a la imprevista lesión de uno de sus mejores jugadores en los últimos encuentros, Agustín Torassa, se agregaron las bajas de Fernando Sánchez y su reemplazante natural, Darío Stefanatto, en pleno desarrollo del encuentro, algo infrecuente y en cierto modo riesgoso al tener que rediseñar, obligadamente, una estrategia con futbolistas no habituados a cumplir determinadas funciones. Semejantes imponderables, matizado de las necesidades ajenas, suponen que la tercera visita de All Boys, en 2011, a la región cuyana deja saldo positivo, más por sus implicancias matemáticas que por el juego.    

Como viene sucediendo en este empinado Apertura, en San Juan se vio un capítulo más de lo conocido. Un equipo voluntarioso, por momentos arrebatado aunque decidido, al que le cuesta generar opciones claras de gol y exhibe ciertas dificultades para aprovechar momentos favorables del partido: le pasó con Tigre (aquella situación inmejorable malograda por Bargas), con Olimpo (dos clarísimas en el primer tiempo para aumentar la diferencia, el penal de Matos en la segunda parte), con Independiente (previo al 1-2, Rodríguez falló de frente al arco), y ante San Martín (dispuso de espacios claros para desequilibrar en varios contragolpes). De cualquier manera, proseguir con la enumeración de infortunios no resuelve nada, al cabo los resultados son inmodificables y también cuenta su reverso, es decir aquellos duelos en que All Boys estuvo al borde de la derrota (con Unión y Newell's, por ejemplo, en el epílogo del partido). Pero sí cabría subrayar, teniendo en cuenta que no sobra nada, la importancia de mejorar en eficacia para intentar capitalizar oportunidades más bien escasas. Una tarea posible pensando en las reservas anímicas y la inteligencia de su entrenador y de varios jugadores del plantel, conscientes de los retos por delante y de las responsabilidades de vestir esta camiseta.

Por lo demás, del partido en San Juan se destaca, también, el haber mantenido la valla invicta derivado de una tarea defensiva aceptable -aspecto clave e imposible de desatender-, además de la concentración colectiva y el aliento constante de una hinchada que nuevamente peregrinó miles de kilómetros para acompañar al equipo, reafirmando -incluso- que es de la más convocantes en condición de visitante. Soportes, en definitiva, de este All Boys inestable pero enjundioso, obligado a no ceder en esfuerzos y en intensidad frente a 4 partidos finales de singular relevancia, ya en el ocaso de un año para archivar en los primeros estantes de la historia inacabada de un club que busca, entre dificultades y zizagueos permanentes, consolidar sus progresos deportivos.

P.P.

viernes, noviembre 18, 2011

COPA SUDAMERICANA // Cierre de lujo



Ya en el tramo final de la X edición de la Copa Sudamericana, un torneo que de a poco intenta abrirse paso entre las competencias más importantes de la región después de la atractiva y extinta Supercopa, 4 grandes equipos dirimirán el torneo cuyo interés primordial -da la sensación- se ciñe más a ingresos económicos y proyecciones futuras (ganarla implica acceder a varios torneos: la Libertadores, la Recopa Sudamericana y la Suruga Bank, todas de 2012), que al prestigio en sí mismo, si bien suma y mucho para el historial obtenerla, lo cual no es poco en este tiempo donde abundan reyes de copas, sueños primermundistas y cierto desprecio a la competencia doméstica según la rueda de las prioridades.

Este año sobran condimentos para catalogarla como uno de los mejores torneos desde su aparición en 2002, habida cuenta de la paridad, los valores de conjunto y la trayectoria de los semifinalistas provenientes de 4 países distintos (Brasil, Argentina, Ecuador y Chile), todos justos vencedores cualquiera sea el desarollo en el epílogo, aunque con matices de acuerdo con sus recorridos en el certamen. Por ejemplo, solo la Universidad de Chile y Liga de Quito, dirigidos por los argentinos Jorge Sampaoli y Edgardo Bauza respectivamente, disputaron la primera fase, una carga extra que refuerza sus méritos y posiblemente los tonifique de cara al final en función de los esfuerzos consumados. Repasando: los chilenos derrotaron a Fénix (1ª fase), Nacional (2ª fase), con paliza a Flamengo (octavos de final) y con clara superioridad a Arsenal (cuartos de final); mientras que los ecuatorianos superaron a Yaracuyanos (1ª fase), Trujillanos (2ª fase), Independiente (octavos de final) y Libertad (cuartos de final), ratificando la estirpe copera adquirida en los últimos años.

Curiosidades de estos dos equipos, muchas. Liga es el equipo con más semifinales jugadas en la Sudamericana, ganó una final muy recordada ante Fluminense en 2009 (venció 5 a 1 como local pero sufrió para conseguir al título al perder 3-0 de visitante, en la edición de más goles) y tiene una base de futbolistas que conocen la institución y cuentan con roce internacional como Luis Bolaños, Reasco, Bieler, Guagua Barcos, Araujo, entre otros. Por su parte, los chilenos intentarán arribar a la primera final de su historia despues de las experiencias en 1996 y 2010. Reúnen importantes chances de conquistar su primer torneo continental a partir de una campaña brillante que contabiliza 7 victorias y 1 empate, con 14 goles a favor ( el goleador hasta aquí del torneo es Eduardo Vargas, de la U) y apenas 1 en contra. Extraordinario, ciertamente.



Pero no menos derechos ni legitimidad en caso de ganarla le asisten a Vélez, dignísimo representante argentino que sorteó complicados rivales, entre ellos la Universidad Católica, Santa Fe de Colombia y uno local, Argentinos Juniors, en un tipo de duelo -este último- donde los dos equipos se conocen mucho y no siempre corona al mejor; además de padecer ostensibles bajas durante el receso del torneo, dado que ya no tiene al goleador Silva, al cerebro y organizador Maximiliano Moralez y a quien supo desequilibrar y aportar su talento en  momentos oportunos, Ricardo Álvarez. Con la inteligencia de Ricardo Gareca, no obstante, Vélez suplió las ausencias, exhibió momentos de fútbol cohesionado y vistoso (el primer tiempo con los colombianos fue de notable factura) y procurará conseguir el único certamen de cierta relevancia que le falta a sus nutridas vitrinas.

También Vasco da Gama buscará inscribir su nombre por segunda vez en el concierto regional, tras la Libertadores ganada en 1998 sobre Barcelona de Guayaquil, oponente ecuatoriano que podría repetirse si vence a la Universidad de Chile y Liga hace lo propio con Vélez. No dispuso de suerte Vasco para sumar otros torneos internacionales como la Recopa, entre 1999 y 2003 no se desarrolló, o la citada Supercopa de los campeones de América, abortada en 1997. Razón de peso, al cabo, para no desaprovechar la oportunidad, robustecido incluso por un técnico sagaz e intuitivo como Cristian Borges, quien condujo al equipo a los primeros planos en el orden local (va segundo, con chances de ser campeón) y continental.

También se presentan algunas curiosidades en el cuadro de Río de Janeiro, especialmente relativas a los números. En la Sudamericana, por caso, perdió 3 partidos sobre 6, aunque marcó 17 goles, un promedio de 2,5 por partido, cifra que le permitió concretar resultados abrumadores: 8-3 ante Aurora (Bolivia) y 5-2 frente a Universitario (Perú), los dos en condición de local. La estadística particular en la Sudamericana tiene cierto correlato en el torneo local, en el  marco de un mar de números llamativos e imposibles de mensurar ya que no responden a una lógica evidente. Por el Brasileirao, recibió apenas 4 tantos en 17 partidos jugando en Río donde ganó todos sus partidos, es el quinto equipo con más goles a favor y recibió varias goleadas: ante el descendido América, Curitiba, Cruzeiro, Botafogo e Inter. Aún con irregularidad, da pelea en ambos frentes debido a un plantel con varias figuras y referentes (Elton, Dedé, Ever, Nilton, Bernardo) y lo dicho: un entrenador que supo apuntalar futbolísticamente a una de las instituciones prestigiosas de Brasil.

El panorama, de este modo, ofrece un cierre de lujo, contrariamente a lo sucedido en la última edición. La calidad de los contendientes, sus deseos e inevitables presiones, más destellos o fuertes reminiscencias de viejos duelos coperos tornan imprescindible observarlo, cuando se apaga un año de sorpresas, ardores y los clásicos alborotos en esta parte del Sur..

P.P

domingo, noviembre 13, 2011

ALL BOYS // Fondos de una historia



Después de muy seguidos desencantos, errores de base para repasar en un futuro cercano y buena dosis de mala fortuna, All Boys consiguió uno de esos triunfos vitales según su oscilante actualidad, con ribetes históricos incluso. Nunca, en sus 98 años de trayectoria, el cuadro de Floresta le había ganado a San Lorenzo, de visitante. Y hablamos de unos de los grandes del fútbol argentino, 10 veces campeón en la máxima categoría, cuyo presente dista de ser el ideal aunque, justamente por esa razón expresada en impensados padecimientos con la mentada tabla de promedios, tornaba complicada, muy complicada, la excursión al Bajo Flores. De ahí que se valora y se celebra con creces la victoria, en un escenario hostil y ante un competidor directo, si bien no menos trascendente son sus derivaciones biográficas, contextuales y anímicas.

Hace poco más de 4 años, por ejemplo, ganarle en la B Metro a Tristán Suárez, en Ezeiza, figuraba como logro sustantivo, no para promover euforias desmedidas, pero sí contaba en el rubro de triunfos meritorios a fin de escapar de esa categoría terrible. Parece oportuno recordarlo cuando All Boys concreta sucesos de este tipo, impermeable al paso del tiempo pase lo que pase. Pensemos que desde el retorno a Primera tras 30 años, se le ganó a River (2 veces), Boca, Independiente y ahora San Lorenzo; la estadística con Vélez deviene favorable (a diferencia de Nueva Chicago con el club de Villa Luro) y apenas restan dos asignaturas pendientes, sensibles para los hinchas y ojalá para los jugadores, en un ajustado repaso sobre las diferencias que van desde el lejano 2007 hasta hoy: Argentinos Juniors y Racing. Por eso lo sucedido en Bajo Flores no solo parecería reunir valor por una transitoria salida de los puestos de promoción, sino también debido a sus efectos, a lo perdurable, a aquello que los hinchas de All Boys tendrán para relatar, entre orgullos y segmentos de una memoria nítida y palpable, cuando el éxito, siempre circunstancial, atenúe sus luces. San Lorenzo, entonces, ya ha registrado en su propia casa de la impronta barrial, del corazón curtido en esperas y de la fidelidad de la hinchada de este club, protagonista en esta victoria con su constante aliento pese al 16mo sexto lugar en la tabla, testigo privilegiado de otra victoria para evocar ver una y mil veces.

En ese marco, sin dudas, el equipo de Romero edificó una de sus mejores producciones del torneo, sobre todo en el segundo tiempo, más allá del comienzo dubitativo y la fortuna que, esta vez, jugó a favor en los primeros minutos de la etapa inicial. Respaldado por algunos de sus hombres experimentados (Cambiasso, Juan Pablo Rodríguez y Hugo Barrientos), y las buenas prestaciones de Coronel y el insustituible Torassa, el cuadro de Floresta aprovechó el nerviosismo de un rival visiblemente afectado por conflictos de diversa índole, algo que de ningún modo conspira con la inteligencia y la solidaridad colectiva con la que All Boys encaró un encuentro especial. Entre otras cosas, y al margen del porte del adversario, porque se necesitaba recuperar la confianza, clave en ese campeonato aparte que disputa el club, y nada menos que en un duelo signado por la incertidumbre y la contigencia, a raíz de presagios no del todo alentadores por variados motivos: lesiones, plantel estrecho, falta de contundencia, cierto retroceso físico, presiones en el rival que, muchas veces, perjudican más al supuestamente favorecido que al presionado. No sintió el entorno adverso All Boys para acreditar su tercer triunfo en el Clausura, todos en condición de visitante, lo cual demandaría un estudio en detalle relativo a esa estadística y obliga, eso sí, a mejorar la cosecha de puntos como local, indispensable de acuerdo con los empinados retos por delante.

La unidad de todos, en ese sentido y sin postular un enunciado vacío, resulta de suma importancia. Un ejemplo; en pleno embate de San Lorenzo por conseguir la igualdad y retirado Barrientos del campo de juego por orden del árbitro al extraviar una de sus canilleras, rápidamente Pérez García -asiduo titular; ante el cuadro del Bajo Flores estuvo en el banco- socorrió al cinco de All Boys y evitó que el equipo quedara con diez hombres en un instante decisivo. Son pequeños gestos, imperceptibles a veces, pero valiosos dado que revelan el compromiso grupal y la humildad de saber priorizar el conjunto por encima de los intereses personales, a tono con el perfil de un entrenador que no declara en primera persona ni se desvive por las cámaras ni monta un show donde su figura, sobredimensionado el rol del entrenador, opaca al resto.

De eso tal vez se trata, de aunar esfuerzos en un momento complejo, de conservar las raíces, de exigir lo exigible y de autoimponerse la crítica cualquiera sea el resultado. La tarea comprende a dirigentes, jugadores, cuerpo técnico e hinchas, muchos de ellos conscientes de que los logros no surgen de un conductor iluminado y con poder, ni de las bondades de la casualidad. Si algo define a All Boys, entre diferentes cosas donde cuentan sinsabores y alegrías deportivas, es el fuerte apego con una historia que comenzó en 1913 desde el encuentro y el anonimato. Es decir las bases sobre las cuales se consiguen éxitos y reconocimientos, como este ante San Lorenzo, triunfo definitivamente incluido en algún relato futuro que, es de esperar, un albo pronunciará o escribirá con alegría y esa indimisulable emoción de describirlo real. Demasiado real.

P.P.

jueves, noviembre 10, 2011

DESCENSO // Memorias de un ciclo



El descenso de River, a casi 5 meses de consumarse entre incredulidades y violencias varias, constituye uno de los puntos más salientes de 2011 en cuanto a hechos bisagra, de esos que marcan época y dejan una huella que el tiempo, solo el tiempo y sus recuerdos temblorosos, les adjudican su justa dimensión, lejos de reacciones detempladas y encapasuladas en la lógica del impacto y la celebración mecánica -a veces espontánea- de que hay otros en el mundo que están peor. La murga uruguaya Contrafarsa tiene un excelente cuplé alusivo a las miradas cotidianas sobre las desgracias ajenas. "Que lindo es corrobar que los otros están mal", dice un tramo de su letra, muy pertinente para ilustrar cómo se vive hoy el fútbol en este rincón el mapa, donde -además- el tráfico de información creció exponencialmente en las últimas décadas.

Lo cierto es que observar a River en la B es noticia en tamaño tabloide, al margen de discursos circundantes o aspectos de coyuntura.Y lo es por la envergadura de la institución, su proyección mundial y su popularidad, matizada con el dato de que nunca había bajado de categoría, situación novedosa y sujeta a un estudio comparativo respecto de acontecimientos semejantes en las ligas más importantes de América y Europa. Por caso, en Italia, solo el Inter se mantuvo siempre en Primera, habida cuenta de los descensos de Juventus (2006-2007), Milan (1981-1982/1982-1983), Roma (1951-1952), tres entidades prestigiosas. En Espana, asimismo, se produjo el recordado descenso de Atlético de Madrid en el 2000, mientras que en Inglaterra perdieron la categoría clubes de peso como Manchester United (1935/36, 1974/75), Liverpool (1904/05; 1961/62); Arsenal (1903/04; 1921/22) y Chelsea (1983-84; 1988-99). Alemania, finalmente, computa tres entidades que conservan el lauro distintivo de no retroceder a la segunda división: Bayer Munich, Bayer Leverkusen y Borussia Dortmund. En nuestra región, River se agrega a Racing y San Lorenzo entre los clubes grandes confinados a batallar en el ascenso argentino, en tanto Uruguay -de modo comprensible por la preeminencia y las marcadas diferencias de dos clubes sobre el resto- no contabiliza descensos de Peñarol y Nacional. Sí hubo casos llamativos en Chile, concretadas la caídas de Universidad de Chile y Universidad Católica, y en Brasil, donde Corinthians, Fluminense y Vasco da Gama debieron reorganizarse deportiva y financieramente desde las entrañas vejatorias de la segunda división.



Casualmente, Brasil puede ser escenario del otro gran suceso de 2011 ni bien se repasa la ubicación actual de Cruzeiro de Belo Horizonte, en zona de descenso cuando restan apenas 5 fechas para el epílogo del Brasileirao, torneo que no llega a la Argentina por alguna cláusula contractual formalizadas por las cadenas deportivas de televisión, no conocida por la mayoría del público. Auténtico gigante del vecino país e incluso distinguido como el mejor club brasileño del siglo XX según una calificada entidad, su eventual pérdida de categoría trastoca los cimientos a nivel continental por una historia inmensa, imposible de omitir. Del estado de Minas Gerais (allí nació la actual mandataria Dilma Roussef; es una de las ciudades más importantes del país), dueño junto con Atlético Minero de un imponente estadio que alberga más de 76 mil personas ("El Mineirao", cuyo primer gol sucedió en un encuentro con River), Cruzeiro cuenta con una avalancha de títulos estaduales (36), 2 Libertadores muy evocadas - River, en 1976, y Sporting Cristal, en 1997-; dos títulos en la extinta Supercopa  -1991 -otra vez River; y 1992, sobre Racing-, el ansiado Brasilerao en 2003 con récord de puntos incluidos (100) y el orgullo, hasta el momento, de ser junto con Flamengo, San Pablo, Santos e Inter los únicos de Brasil que jamás debieron recorrer los incordiosos paisajes de la B.

Sin embargo, abundan ciclos que terminan entre los cuales el fútbol, con sus imponderables y sus azares, no es ajeno. Cabría pensar, en ese sentido, si la invariable finitud no es otro factor trascendente que también explica los casos de River y -si se concreta- de Cruzeiro, además de los consabidos desmanejos dirigenciales. Dos clubes, vale puntualizar, que forjaron su grandeza en base a títulos y a la jerarquía de sus jugadores, en el marco de una historia común que , como se dijo, los encontró en reiteradas oportunidades y sus hinchas recuerdan por razones diferentes; alegría en un caso, tristeza en otro. Pese a todo, el cuadro más fuerte de Mina Gerais dispone de una chance a fin de salvarguardar una porción grande de dicha, en 5 finales decisivas que incluyen a Inter como primer escollo, y 4 adversarios directos: Avaí, Atlético Panaerense, Ceará y el clásico con Atlético Mineiro en la jornada de cierre.

De lograrlo se festejará como un campeonato y no será para menos. Pero de ocurrir lo contrario, ninguna etapa cerrada, ningún ciclo agotado, ningún intenso disfrute, se pierde en los pliegues del olvido, o en la opacidad de los días por venir. Para determinada generación, y como ocurriera con Alonso, Francescoli, Saviola, Salas, Berti, Ortega o Crespo -apellidos entre miles-, la memoria atesora un definitivo lugar ni bien reaparecen, en medio de suspiros y lamentos,  los nombres de Mario Tilico, Charles, Ademir, Luis Fernando, Boiadeiro, Palinha, Kleber o, en relatos orales o viejas publicaciones revisitadas, los mismísimos Tostao y Roberto Perfumo, este último protagonista en dos clubes que el tiempo, inclemente, los encuentra de frente a sus abismos y posibles traumas.

P.P.

lunes, noviembre 07, 2011

ALL BOYS // Planificación en serio



Estacionado en la zona de promoción y sin concretar el salto de calidad indispensable para forjar un horizonte menos preocupante y más calmo, All Boys transita el torneo con producciones que combinan tenacidad, esfuerzo y predisposición a fin de torcer el errático rumbo actual, con apresuramientos varios, obstinaciones inconducentes y visibles temores a perder, como bien diagnosticó José Romero. Es la consecuencia directa, ya señalada, de haber formado un plantel modesto y estrecho, posiblemente derivado del exceso de confianza o de una fallida evaluación sobre las implicancias de disputar una segunda temporada en Primera División, con todas las obligaciones y las sensatas decisiones que demanda asimilar.

Parte de esa confianza se revela en declaraciones de hombres importantes del club, muy queridos, símbolos del mejor momento en la vida de la institución, quienes expresaron sus íntimos deseos antes que postular un cuadro de situación reconocible. "¿Alguien tiene duda de que vamos a terminar entre los primeros 8", escribió en su cuenta de Twitter Ariel Zárate, asesor de fútbol profesional. "La meta son los 50 puntos", dijo Nicolás Cambiasso, ni bien amanecía el torneo. Disputadas 14 fechas, los pronósticos/estimaciones distan de corresponderse con la realidad, lo cual confirma que la planificación admite el optimismo y las seguridades, desde ya, pero también análisis responsables y planes alternativos frente a esperables turbulencias o escollos no previstos.

Como siempre, y es cierto, las opiniones implacables tras hechos consumados suelen ser ingratas, injustas muchas veces, si bien algunos puntos oscuros vienen de hace tiempo, razón por la cual conviene reponerlos. Por ejemplo, sustituir a Casteglione por Quiroga y Coronel admitiría una revisión, especialmente por tratarse de dos refuerzos que llegaban de sendas experiencias traumáticas en River y Huracán, respectivamente. Más allá de que Coronel jugó poco y no puede juzgarse a fondo su rendimiento, sí es posible decir algo de Quiroga, inseguro y errático en varios partidos que costaron puntos, lejos de mostrar atributos acordes para ser el zaguero que All Boys necesita hoy. No menos cierto es consignar que las responsabilidades involucran a más de un jugador, en este caso a una defensa completa que evidencia problemas estructurales para aportar solidez y consistencia. Asimismo, según los dichos de Cambiasso, la cantidad de puntos a sumar exige hacerse fuerte de local,  con planteos audaces a fin de acercarse al mencionado objetivo. Pues bien: All Boys no solo continúa sin ganar en Floresta sino también exhibió, en algunos encuentros en el Islas Malvinas, desatenciones graves, sazonadas con las limitaciones que implican no disponer de recambio suficiente. Difícil, por tanto, acreditar la cifra proyectada, mucho más cuando se cotejan campañas: hace 1 año el cuadro de Romero consiguió 16 puntos sobre un total de 7 partidos en condición de local, 12 más que los acreditados actualmente en idéntica cantidad de encuentros.

 Subsiste, pese a todo, la consabida ilusión. Porque así lo marca la historia de este club y porque la constancia, el compromiso y la jerarquía de algunos jugadores permiten abrigar esperanzas. Ahí está Mauro Matos, artillero implacable, levantando dos veces el marcador adverso ante Independiente que evitó, por un lado, otra derrota en casa y significó, por otro, alcanzar la friolera de 28 tantos en All Boys desde su arribo a la entidad en enero de 2010. También Torassa sigue siendo fundamental con sus movimientos desequilibrantres, la experiencia que aporta el tiempo transcurrido, con la del Albo, en escenarios múltiples,  y su lucha de siempre por dejar de ser, un buen día, Torassita. O el Cabezón Sánchez, activo e insustituible a sus 37 años, ejemplo para sus compañeros a partir de un despliegue que emociona.

En ellos, en la inteligencia de los líderes y en redireccionar/formular una planificación a la altura de un equipo que participa en la máxima categoría, depende el futuro de una institución que, aunque algunos lo olviden, vive un momento anhelado para incurrir en nuevos errores, subestimaciones o resignarse a contemplar las últimas imágenes de un sueño interpretado como oportunidad histórica.

P.P.

jueves, noviembre 03, 2011

FÚTBOL ARGENTINO // Agenda Boca 2011

  De no mediar una hecatombe futbolera o alguna situación no regida por la lógica, Boca se consagrará campeón del Apertura 2011, cuya eventual coronación pondrá fin a la logia de los denominados clubes chicos, ganadores de los últimos 5 torneos con indudables méritos pese a la brevedad de estos certamenes donde cuentan las rachas y la suerte. Y será justo dada la abrumadora superioridad que testimonian los números: 9 victorias y ninguna derrota, apenas 3 goles recibidos en 13 jornadas y 9 puntos de ventaja sobre su inmediato perseguidor, el soprendente Atlético Rafaela, un equipo modesto y medianamente sólido que tiene otras prioridades y expectativas en esta categoría que le demandó, previo a su ascenso, soportar desilusiones y aunar esfuerzos para acceder por segunda vez en 104 años de historia.

También será merecido por los atributos mostrados por el cuadro de Falcioni, expresados en recuperar la mística ganadora sobre la base del líder y conductor Riquelme, la fortaleza defensiva y una serie de variantes positivas que desalienta a los rivales, impotentes -todos- de oponer una mínima resistencia a este Boca entusiasta y arrollador. Sin embargo, el iluminado presente del cuadro de la Ribera no puede soslayar los aciertos de una gestión que nació involuntariamente tras el fallecimiento del entonces presidente Pedro Pompilio, y debió sortear o enfrentar encendidas disputas dirigenciales y conflictos de vestuario que limaron la estabilidad de la institución, al punto de alimentar, día a día, los conventillos de ciertos medios avezados en vender y amplificar carroña, fruto de la copiosa información surgida desde las entrañas del club. Por eso es oportuno resaltar cómo Jorge Ameal logró enderezar el rumbo futbolístico, tras las fallidas incoporaciones, la fábula de un manager-garante con ínfulas de experto y las sucesivas malas campañas en  los 5 campeonatos de su gestión. Repasando: 14ª en el Clausura 2009; 11º en el Apertura 2009; 16º en el Clausura 2010; 12º en el Apertura 2010; y 7º en el Clausura 2011.




"Los campeonatos nos gustan a todos. Es parte de esto. Nos acostumbramos a ganar y no nos tenemos que desacostumbrar. Soy parte de esa historia de triunfos. Mi vida institucional en Boca no empieza hoy. Boca debe ser protagonista siempre. Y cuando hablamos de ser protagonistas, no hablamos de salir segundos. Hablamos de salir campeones. Éste es el destino de Boca", dijo Ameal a comienzos de año, consultado sobre si le faltaba un éxito importante a su gestión, además de presentar a Falcioni, en ese momento, como el mejor candidato para ocupar el banco. "Falcioni juega a lo Boca. La gente lo que pretende de sus jugadores es que tengan actitud", agregó. De este modo la crítica postulada desde ese mundo urgente y asfixiante que ancla en la Ribera, condicionada por la obtención o no de éxitos, debería reconocer la labor del actual presidente y plantearse una autocrítica sobre la supuesta incompatibilidad entre el técnico y la estrella del plantel; las inferiores aprentemente destrozadas (Colazzo, Blandi, dos ejemplos) y la conducción de un hombre imputado por falta de conocimientos y modos de conducción eficaces. A lo que se agrega, ahora, cargos acerca de su vinculación con la llamada barrabrava, un tema complejo que estuvo en escena durante toda la última década, lo cual sugiere que el agravamiento de su internas, al margen de las desmentidas y los ocultamientos, está íntimamente ligado con las inminentes elecciones en el club, con las correspondientes operaciones dirigenciales a la orden del día.

En ese marco, hoy Boca se apresta a celebrar su 24º título, aseguró su retorno a los torneos internacionales, mejoró ostensiblemente su flaco promedio, tiene las finanzas equilibradas y ve con sorna a su máximo rival, hundido en la peor de las desdichas. Un futuro demasiado auspicioso que no solo desalienta a los adversarios. Las agendas del show, agotadas o no las desgracias de River, ocluido o no el sofocante tema barras, tienen que inventar nuevos y revolucionarios contenidos en materia futbolística para borrarles la sonrisa y la paz a millones de hinchas de Boca.

P.P.