martes, julio 27, 2010

SELECCIÓN NACIONAL // Tu querida presencia


El ciclo de Maradona como entrenador de la Selección Nacional finaliza con polémica, agudos conflictos internos, palabras cruzadas y situaciones confusas nunca aclaradas, muy similares a lo que acontecíó en su arribo al cargo, allá por octubre de 2008, cuando el diez reemplazó a Alfio Basile en medio de encuestas categóricas que arrojaban otro nombre para el puesto vacante: Carlos Bianchi.  Particularidades del fútbol argentino y de sus narrativas dominantes: muchos analistas y comunicadores de medios poderosos que celebraron el arribo de Maradona,  y Bilardo al Seleccionado por aquel entonces, variaron radicalmente su discurso conforme el flamante técnico asumió posturas contrarias a las empresas periodísticas donde trabajan, en otra muestra más de independencia, coherencia y rigurosidad con el oficio de estos colegas habituados a decir y a callar según corresponda.

¿Pero qué se decía en octubre de 2008? Se decía, por ejemplo desde influyentes usinas mediáticas, que llegaba el hombre ideal para conducir los destinos de la Argentina debido a su figura envolvente, su capacidad persuasiva y su indiscutible carisma para inculcarle ánimo y sentido de pertenencia a un grupo de jugadores afiatados, aparte de otros atributos ceñidos a la psicología de Maradona que deberían redundar en un seleccionado vigoroso, protagonista y, claro, ganador. También se ponderó en aquellos días de primavera el regreso de la generación del '86, denominación que alude a jugadores y técnico de una de las victorias más resonantes del deporte argentino conseguida en el Mundial de México, al desembarcar en el combinado nacional -tanto en juveniles como mayores- sus representantes más emblemáticos, todos en puestos estratégicos que, aun así, no evitaron cortocircuitos posteriores.

No obstante el Seleccionado que cayó ante Alemania en Sudáfrica perdió, según la cátedra que reclamaba actitud, por no disponer de un esquema de juego definido, acompañado de otra máxima postrera: "con el entusiasmo y la garra no ganás". Los hombres del '86, por otra parte, no lograron repetir la experiencia trascendente en tierra azteca ni se beneficiaron de las cábalas, entronizadas en la serie de argumentos positivos que justificaban la llegada del Diez y Bilardo, Asimismo Sergio Battista, otro del '86, tuvo resultados dispares en su rol de entrenador nacional del sub 23 y sub 20: ganó el oro olímpico, con los primeros, en Pekín 2008 y consumó un verdadero fracaso, con los segundos, al no clasificar al mundial de la categoría, todo un récord para un equipo que venía de éxitos continuados durante las gestiones de Pekerman-Tocalli, antecesores del barbudo de La Paternal.

Desde luego que existen diversos factores que permiten variar juicios y percepciones. Prescindiendo del político - si bien el apoyo de Maradona al Fútbol para Todos y el consecuente enfrentamiento con una prensa insidiosa y revanchista impiden minimizar este ítem-, resultaban comprensibles ciertas cuestionamientos ni bien comenzaron los primeros amistosos y se disputaban las eliminatorias. Convocatorias masivas, ausencia de un esquema definido, disputas en el interior de la plana mayor, resultados adversos ante rivales inferiores hablitaban señalamientos y objeciones múltiples, imposibles de omitirlos de acuerdo con la imagen descolorida que dejaba el equipo en cada presentación.

Sin embargo, subyace un elemento a tener en cuenta relativo a los recurrentes cambios de discursos, con efecto paradojal. Maradona creció significativamente en el mundial de Sudáfrica como conductor a raíz de su correcta lectura de algunos partidos del seleccionado, de la genuina búsqueda por plasmar un estilo de juego no apartado de las raíces históricas y, sobre todo, del compromiso afectivo con la camiseta nacional que generó en los jugadores. Sobre esto último, justamente, radica lo curioso, o lo paradójico del relato de algunos cronistas, dado que uno de los aspectos positivos señalados en el inicio del ciclo remitían a recobrar amor propio, espíritu de lucha, templanza, sentido de la causa. No fue así. Eliminada Argentina del Mundial, prevalecieron críticas sobre los errores en el planteo ante Alemania, la ausencia de replanteos en el seno del cuerpo técnico y otros deficiencias puntualizadas detalladamente con la derrota consumada, sin reparar en el fervor popular que generó el Seleccionado, algo inusitado en los últimos 20 años, y en los indicios positivos de un equipo que recuperó protagonismo, mostró orgullo en la adversidad y exhibió leves aunque visibles rasgos de un estilo futbolístico sustentado en planteos ambiciosos despojados de especulación, con talento bien dosificado, predisposicíón y una auténtica mística de conjunto como hace tiempo no se observaba.

Era lo que venía a aportar la generación del 86 cuyo máximo referente, Maradona, supo encontrar algunas claves en la marcha para recomponer el vínculo entre el público y el Seleccionado, para modificar el comportamiento de varios futbolistas, para moldear un equipo valiente y con futuro, de menor a mayor, como aquel de México.

La AFA, no es novedad, suele cambiar de opinión de acuerdo con las circunstancias. Así, decidieron en su momento discontinuar el trabajo de Bielsa, apostar nuevamente a Basile y la mística del '94, luego en Maradona y su aureola protectora. Un tema de proyecto futbolístico que no solo atañe a los mayores: también en juveniles se determinó concluir el ciclo de Tocalli a fines de 2007, sucesor de Pekerman. Precisamente, quien reemplazó al actual entrenador de Quilmes es Batista, hombre del '86 que sigue en la Selección al igual que José Luis Brown en las divisiones menores, posiblemente con Bilardo como coordinador general. Habrá que ver si el nuevo entrenador pertenece a ese grupo de nombres que conquistaron el Mundial 24 años atrás, o al menos están alineados con esa escuela.

De cualquier manera, todo puede pasar en un medio vertiginoso donde las opiniones saltan de casillero en casillero a fin de preservar el verdadero negocio y donde las preferencias del público no interesan. Lo que sí puede advertirse de cara al futuro es que será arduo y complejo, para un conjunto de actores, recuperar la credibilidad. El más creíble, aun con las contradicciones que parecerían ser ajenas para los otros, ya no está.

Pablo Provitilo

domingo, julio 25, 2010

BOCA // Un Apertura a todo o nada


Claudio Borgui, finalizada la gira de Boca, seguramente habrá tomado nota de las implicancias de ser el entrenador xeneize y de sus características en la etapa actual expresadas en exposición permanente, asedio periodístico y remiendos de una interna que, presumiblemente, acabará con la salida de Juan Román Riquelme, emblema del club. En parte lo sabía el Bichi según las primeras declaraciones en el cargo cuando afirmó, con llamativa honestidad, "espero que Boca no me cambié a mí". Una buena declaración de principios para alguien que dimensionó los alcances del desafío, quizás el más importante de su carrera.

No puede hablarse, por tanto, de sorpresa para el ex entrenador de Argentinos Juniors, luego de un nuevo cortorcircuito entre los dirigentes del club y Riquelme cuyos coletazos abarcan a un conjunto de actores, incluido el propio Borgui, quien imagina, de todos modos, a un Boca sin Román aunque también debe imaginar un clima adverso en las tribunas dado que se trata de un jugador de altísimo perfil, tal vez el máximo ídolo de la entidad, cuyo talento sigue intacto junto con un poder discursivo que no distingue adversarios, resulta implacable e impacta decisivamente en el ánimo de la familia boquense. Como siempre, y en caso de no continuar el diez, serán los resultados positivos los que logren atemperar el reclamo de los hinchas, en base a un nuevo equipo que dispone de jugadores de jerarquía y entregó indicios positivos en la reciente gira.


Al margen de los debates y de las derivaciones del conflicto con Riquelme , Boca parte como uno de los principales favoritos a ganar el torneo Apertura que comienza el 6 de agosto, de acuerdo con algunos hechos visibles. Por un lado, reforzó su plantilla con futbolistas idóneos para un mercado siempre complejo, como haber sumado a los tres mejores defensores del último torneo (Cellay, Insaurralde y Caruzo), un arquero de primer línea (Luchetti) y un enganche que sobresalió en Vélez y volvió tempranamente a la liga local (Damián Escudero). Si se agrega el nombre del chileno Fierro (ex Flamengo), la continuidad de Palermo, el regreso a las canchas de Battaglia, y la inclusión de varios noveles interesantes (Cañete, Araujo, Colazzo y Gaona Lugo) no caben dudas que le sobra personal para pelear el campeonato. Por otro, y ligado con lo anterior, el horizonte asoma favorable teniendo en cuenta la actualidad de otros equipos. Disminuidos, a priori, Lanús y Banfield, agobiado River e impredecibles Independiente y San Lorenzo, solo Racing, Vélez y Estudiantes aparecen como probables candidatos en los pronósticos, aunque ninguno reúne los apellidos de Boca ni tienen las mismas obligaciones y necesidades que el cuadro xeneize.

El Apertura, en consecuencia, permitirá observar a un Boca que rendirá exámenes conocidos. El más importante: refrendar los éxitos de una etapa que no admite temporadas como la 2009/2010 (11º en el Apertura, 14º en el Clausura). Pero también figuran prueban inéditas por delante si es que Riquelme emigra de una entidad que creció exponencialmente bajo su aureola y deberá asumir los costos correspondientes tras los destratos con el ídolo. Para bien o mal, acaso de modo decisivo, en el Apertura también la dirigencia boquense juega un campeonato especialísimo. Un torneo en el cual su balbuceante proyecto político puede fortalecerse o derrumbarse definitivamente.

lunes, julio 19, 2010

ASCENSO // Mi nombre es todo lo que tengo


El escenario es el mítico Gabino Sosa ubicado en el Barrio Tablada de Rosario. Zona de casas bajas rodeada de pastizales verdes donde, a pocos metros, se levanta una singular estatua en homenaje al Che Guevara, uno de los próceres de la ciudad, De lejos asoma otro prócer, no menos imponente que ese estadio que pronto albergará a equipos de Primera C tras el ominoso descenso de Central Córdoba en abril  de este año. Tomás Felipe Carlovich, el Trinche, camina despacio y en soledad mientras se prepara para una nueva entrevista con corresponsales de Rosario y Buenos Aires. Difícilmente sea la última. Su físico robusto intimidante, su aspecto desaliñado, sus ojos rojos intensos vencidos por el frío, su andar desparejo luego de una operación de cadera que lo alejó del fútbol con amigos, no aminoran el encanto que aun genera este jugador histórico del fútbol argentino, elogiado con enfásis por personalidades como Diego Maradona, César Luis Menotti, Ubaldo Matildo Fillol, Aldo Poy, Carlos Griguol y José Pekerman. Enseguida resuenan palabras de Maradona, previo a su desembarco en Newell's Old Boys, en 1993, "¿Orgullosos por recibir al mejor jugador?. El mejor jugador ya jugó en Rosario y es un tal Carlovich".

Hijo de padres yugoslavos, el Trinche es el emblema charrúa, un futbolísta de excepción que también sobresalió en dos equipos mendocinos (Independiente Rivadavia y Deportivo Maipú) y pasó por Rosario Central, club donde debutó, y Colón de Santa Fé, donde apenas pudo jugar debido a reiteradas lesiones. Pero hay un hecho que dejó una huella y lo proyectó a la gran vidriera del fútbol argentino. Ocurrió en 1974 en un amistoso donde se enfrentaban la Selección Nacional dirigida por Enrique Omar Sívori, que se preparaba para el Mundial de Alemania, y un combinado de Rosario. Con un Carlovich deslumbrante, los rosarinos le dieron una auténtica lección de fútbol al equipo albiceleste al derrotarlo por 3 a 1, generando reacciones unánimes entre los jugadores de la Selección acerca de ese melenudo de gruesos bigotes que encendió la noche con un repertorio lujoso. "Decí que al Trinche lo sacaron a los '15 del segundo tiempo, si no hubiese sido peor", comentaron en el vestuario. Transcurrido el tiempo, otros testigos destacan que en aquella oportunidad, y acaso por única vez en la historia, hinchas de Central y de Ñuls se abrazaban en el estadio.


Carlovich atesora recuerdos, pero la memoria no es su fuerte, como tampoco es su fuerte incurrir en apelaciones nostálgicas y subrayar virtudes propias. "Muchos de los que hablan son amigos". Sentado a un costado de la platea del Gabino Sosa, ofrece respuestas cortas, ríe con timidez, y fija la mirada en la cancha ya que allí juegan un amistoso de pretemporada Central Córdoba y un equipo de jugadores libres. Comenta que le tiene a fe a Marcelo Vaquero, el nuevo entrenador charrúa que llegó tras haber dirigido al clásico rival, Argentino (también descendido este año), y admite que le gustaría seguir ligado a su club.
Su relato se centra en el presente y, da la sensación, no hay modo de arrebatarle una imagen del pasado cuando el amistoso transcurre aburrido y los visitantes de turno insisten con tozudez. "Usted, ahí sentado, en esa platea donde muchos simpatizantes lo vieron jugar ¿evoca algún gol, un hecho destacado, una escena imposible de borrar? Porque a los hinchas suele pasarle, mirar el estadio y pensar que es el mismo donde fueron felices y desdichados, aunque ellos -los hinchas- y el estadio, ya no sean los mismos". Carlovich dice, con una sonrisa, que no recuerda lo que hizo ayer, aunque marca un contraste entre épocas: "Nosotros jugábamos a ganar, a muerte, con responsabilidad. Hace poco dirigí a Central Córdoba y peleábamos el descenso. Perdíamos, por ejemplo de visitante, y el viaje de vuelta era una joda. Así no es, si bien entiendo que cada persona es distinta".

El descenso charrúa, justamente, lo ubica entre las tristezas que le dio el fútbol. Siempre hablando desde el presente, siempre relojeando qué hacen los azules en la cancha, impotentes para marcarles un gol al enjundioso combinado de libres. Otras tristezas le generan bronca, por ejemplo no poder jugar nunca más. "Si Dios quiso así, no queda otra", sostiene, y el rojo de los ojos adquiere contornos más vivos.

Las ambiciones recortadas, la frustración de no haber trascendido más debido a su presunta desidia para entrenar, "el Maradona que no fue", como señalaron diversos analistas, parecen no afectarlo como sí lo afecta, en el hoy, prescindir del picado y del potrero por decisiones ajenas. "Jugué hasta los 39 años, algo que desmiente eso de que no entrenaba o era vago. ¿Llegar, ¿qué es llegar?. No tuve otro deseo que el de jugar a la pelota, en mi barrio, cerca de la casa de mis viejos y cerca de mis mejores amigos. Ahora, en este tiempo, me hubiera gustado estar en la cancha, acá en Central Córdoba o en cualquier lado. Mi pasión es jugar", recalca, y acepta la última pregunta, en un charla que podría prolongarse aun más en los fríos tablones del Gabino Sosa.

-Mirando hacia atrás, y teniendo en cuenta su carrera como jugador, ¿se arrepiente de algún episodio, cambiaría algunas conductas, haría algo distinto?


 -"No creo. Dejaría de ser el Trinche".

Pablo Provitilo

jueves, julio 15, 2010

FÚTBOL ARGENTINO // Los dedos mágicos


La AFA definió el fixture del Apertura 2010, previsto el inicio para el próximo 6 de agosto, con idéntico mecanismo al de los últimos años: evitar el sorteo por razones de seguridad, televisación y otras motivaciones que incrementan las suspicacias en torno de un hecho que debería ser transparente y abierto a todos.

Llama la atención, por tanto, que  inaugurado el denominado "Nuevo Orden del Fútbol Argentino" en agosto de 2009, persistan viejos vicios de la etapa precedente. Por ejemplo, teniendo en cuenta que los encuentros llegan a mayor cantidad de gente tras la ruptura con el contrato de tranmisiones televisvas con TSC (según Claudio Morresi, Secretario de Deportes de la Nación, actualmente ven el fútbol más de 20 millones de personas, a raíz de la firme decisión del Estado en ofrecer un servicio), parece contradictorio y hasta improcedente tramar un calendario de modo arbitrario, a puertas cerradas, y con indisimulables negociaciones/sugerencias/extorsiones entre dirigentes que afectan directamente el programa de partidos de sus respectivos clubes. Claro que también afectan a los hinchas, imposibilitados de saber cómo gestionan sus representantes y asiduamente relegados de acuerdo con diversas situaciones no incluidas en algún orden del día que exceden la planificación de un fixture, como asistir a estadios seguros sin soportar maltratos de ninguna especie, con baños limpios, y entradas y refrigerios a precios populares.


Racing-All Boys, correspondiente a la 1º fecha del torneo de Primera B, en 1985. Gentileza: http://www.allboysdeprimera.com.ar/

El calendario venidero, asimismo, exhibe curiosidades. Una de ellas es que, a diferencia de los torneos pasados, el superclásico se disputará en una fecha inusual, la 14º, aunque nuevamente en un día conocido, el 7 de noviembre, igual que ocurriera en 2004 cuando un River menos decadente derrotó al empinado Boca de los 2000 por 2 a 0. También es familiar el cronograma de un recién ascendido. Como pasó con Atlético Tucumán, el año pasado, All Boys enfrentará a 3 grandes en las primeras 5 fechas, tiene dos compromisos consecutivos fuera de casa en el Clausura y cierra de visitante en ese torneo, posiblemente con la imperiosa necesidad de sumar puntos si es que los números no indican lo contrario. Un caso muy distinto al de Quilmes, cuyo primer encuentro ante un grande es en la sexta jornada, recibe a Boca y River en el Clausura y juega su último partido de la temporada en el Centenario.

Evaluaciones, apenas, respecto de un torneo singular. Dedo más, dedo menos, afortunadamente la verdad trasunta en el vérded cesped, si bien muchas veces los campeonatos se ganan en los mentados escritorios que el hincha desconoce.

martes, julio 13, 2010

SUDÁFRICA 2010 // A sol y sombra


Sudáfrica 2010, ahora sí, ingresa definitivamente en la historia después de una maratón de partidos, numerosas crónicas, múltiples programas televisivos, novedosas herramientas tecnológicas, extendidos festejos y repudios callejeros. Será recordado, entre otras cosas, por el continente que ofició de anfritión, por el inédito país ganador, por dos palabras que se incorporan al siempre abierto diccionario futbolero (Vuvuzelas y Jabulani) y por el color sudamericano, razón determinante para que un mundial sea mundial. Llegado el tiempo de las evaluaciones, es pertinente deternerse en 5 hechos destacados de la Copa del Mundo que no agotan la diversidad de temas y debates que arrojó la competencia, pero que merecen consignarse a raíz de las implicancias en el certamen y de sus efectos y derivaciones futuras.

Como todo balance también es tiempo de referirnos a la tarea de este espacio que siguió de cerca la participación de América del Sur y que pronto volverá a ocuparse de sus tópicos habituales, mientras retorna la calma, y muchos ya van acelerando una política de ahorros tendiente a narrar las incidencias del próximo mundial pero en las tribunas, ese sitio que ninguna virtualidad puede reemplazar con un enfoque superador.


Arriba España. Señalada como favorita con agobiante recurrencia, España revalidó su condición de elegida basada en la continuidad de un ciclo refundacional del fútbol ibérico expresado en la aparición de una camada de jugadores exquisitos y en una propuesta ofensiva alejada del estudio minucioso de tácticas y rivales que le permitieron, en el transcurso de dos años, alcanzar logros mayúsculos: la Eurocopa, luego de muchísimo tiempo, y la Copa del Mundo, por primera vez en su historia. Sin embargo, existen matices que vale la pena puntualizar. Con apenas 8 goles a favor (el campeón con menos tantos a favor de la historia), a la ex Furia le alcanzó para conquistar el certamen, aunque persiste una discusión subyacente: ¿alcanza con el enunciado "el campeón, España, mostró que no hay que golear para seducir" para evitar señalamientos críticos y distintas opacidades de su juego relativos a su escasa capacidad goleadora?, ¿No es una afirmación lindante con aquella que postulaba al cero a cero como el resultado perfecto?, ¿Da lo mismo una serie de partidos con resultados idénticos y desarrollos parecidos que encuentros con muchas anotaciones producto del error y de otros avatares que explican el encanto que suscita este deporte?.
Los próximos desempeños de España reavivarán, posiblemente, la polémica en torno de la manera de jugar de los ibéricos, reivindicada con llamativa autoridad por estas horas.


Sudámerica: mundial digno. El podio principal cobijó a naciones europeas, no obstante el rendimiento de los países sudamericanos resultó meritorio tanto por los números (los 5 representantes se ubicaron entre los 10 mejores según el ranking de la FIFA, 4 de ellos ganaron sus respectivos grupos y el mejor del mundial fue el uruguayo Diego Forlán) como por el estilo propio que mostraron en la competencia. Uruguay, fiel a su garra y con interesantes innovaciones desde lo táctico y lo estrátegico; Brasil, otra vez temido debido a su fútbol eficaz no exento de alegría y marcados gestos técnicos; Argentina, con un esquema ambicioso y un sentido de pertenencia ocluido en el tiempo que cosechó elogios; Paraguay, impensado ganador de su grupo a partir de su fútbol asentado en el despliegue físico, la marca tenaz y la intensidad que le permitieron alcanzar una posición histórica; y Chile, por las convicciones de un entrenador que produjo cambios significativos en el futbolista trasandino. América del Sur, en consecuencia, dejó su marca en el mundial e irá por su revancha en Brasil 2014, ese torneo en el cual los europeos descubrirán nuevas cualidades sudamericanas entre playas y morros.



El trono vacante. El lugar dejado por Maradona, en 1986, sigue vacante, ni siquiera las grandes figuras actuales, pomposamente publicitadas, lograron redondear una buena tarea. Un buen ejemplo fueron las intermitentes y deficitarias prestaciones de Messi, Cristiano Ronaldo y Kaká, tres jugadores capaces de sobresalir que terminaron en la intrascendencia y muy lejos de integrar el once ideal que elige la FIFA finalizado el campeonato. Cristiano Ronaldo, en ese marco, se lleva el primer premio al fracaso debido al egoísimo al que nos tiene habituados, a su nula aparición en momentos vitales del juego y a errores conceptuales no siempre señalados como la obtusa tendencia a insistir con maniobras improductivas  y recursivas fallas en la definición.
Por lo demás, Sudáfrica 2010 mostró a futbolistas interesantes, entre ellos Xavi, Iniesta, Villa, Robben, Sneijder, Forlan, Schweinsteiger y Ozil -por citar algunos-, quienes se asemejan a Maradona lo mismo que Matías Pérez García a Messi.





Elizondo, cada día más grande. La Copa del Mundo estuvo signada por malos arbitrajes que minimizan, en buena medida, las copiosas críticas que reciben los árbitros argentinos en el campeonato local. Tres episodios ejemplifican el pobre desempeño del tipo de referato que promueve la FIFA: el grosero error del uruguayo Jorge Larrionda al no sancionar el gol de Frank Lampard en Inglaterra-Alemania, el tanto de Carlos Tévez mal convalidado por el italiano Roberto Rosetti, y el bochornoso arbitraje del inglés Howard Webb en la final al omitir un claro penal para España, dos rojas a jugadores holandeses y un corner no pitado en favor de Holanda que derivó, nada menos, en el tanto que consagró al campeón.
De este modo, la actuación de Horacio Elizondo cobra mayor importancia a raíz de su brillante rendimiento hace cuatro años y de la actuación con altibajos de su compatriota Héctor Baldassi, responsable de arbitrar 4 juegos. El  desglose es el siguiente: bien en Serbia-Ghana y Holanda-Japón, correcto en Suiza-Honduras y flojo en España-Portugal. Al margen de no haber sido considerado para las instancias finales, al cordobés le hubiese alcanzado para dirigir el encuentro definitorio con otros recursos a los del británico Webb. La FIFA no quiso.


Asia y África: mediocridad y decepción. Se esperaba algo más de los africanos teniendo en cuenta la localía y la jerarquía de algunos jugadores (Drogba y Eto, por ejemplo). Sin embargo el balance final marcó un visible retroceso en el juego de los africanos, muchos de ellos sometidos a la rigurosidad táctica impuesta por los entrenadores extranjeros, desestimando la frescura, el atrevimiento y esa rara habilidad instituida en el ADN de sus futbolistas. Un caso aparte fue Ghana que, aún con ciertos atributos interesantes, no parece la excepción en un torneo que reportó datos elocuentes: un solo representante en segunda ronda y temprana eliminación del dueño de casa, algo inédito en la trayectoria del torneo.
Tampoco los asiáticos exhibieron grandes luces, si bien podrían exponer entre los atenuantes no haber sido locales y sufrir avatares propios del juego como ocurrió en Corea del Sur-Uruguay, un partido donde los coreanos dispusieron de varias oportunidades para arribar a cuartos, y en Japón-Paraguay, que se definió por penales en favor del cuadro guaraní. De cualquier manera, los representantes de África y Asia, en su mayoría, no escaparon de la mediocridad, posiblemente influidos por tácticas y modelos organizativos mal copiados y peor implementados provenientes de Europa, y por viejos estigmas íntimamente enlazados con su raquítica historia futbolera en mundiales.



Termina aquí este apretado resumen destinado a resaltar aspectos relevantes del mundial que se fue. La seguimos en breve. Hora de volver a la realidad.

domingo, julio 11, 2010

FINAL // Las fiestas del monstruo


Se ha hablado insistentemente sobre el componente cultural que atraviesa y distingue al fútbol, sus particulares alternativas, desarrollos y derivaciones, su gravitante influencia en el imaginario colectivo, su desembozada utilización política por gobiernos dictatoriales en distintas latitudes y en distintas épocas. Y la recurrencia del señalamiento, en rigor, actualiza un fenómeno que en los mundiales revela la espesura de una actividad ubicada en el renglón primero de las pasiones populares. El fútbol y el deporte no están escindidos de los avatares políticos de cada sociedad dado que sus gramáticas carecen de una lengua propia, no redundan despojadas de conflictos que exceden a sus dominios, ni están insertas en un grado cero de la historia donde la memoria reaparece museificada, confinada a la mención pintoresca o al apunte estadístico tranquilizador.

Aceptada esta cuestión en su carácter más visible y más profundo, resulta pertinente detenerse en un hecho que enorgullece a los sudamericanos, como la clasificación de sus cinco representantes a los octavos de final en el mundial 2010 y el cuarto puesto conseguido por Uruguay, y permite establecer una serie de comparaciones con naciones europeas y africanas. Cabe decir, en tal sentido, que la meritoria performance de América del Sur tiene correlato en otras aréas de la vida social donde estos países comprendieron y reorientaron un rumbo errático hasta hace poco, expresado en acciones tendientes a procurar -en muchos casos- caminos autónomos para aplicar políticas justas e igualitarias, a confluir en un espacio de demandas y reivindicaciones comunes, a revisar el pasado para alumbrar nuevos horizontes, si bien existen matices, desde luego, en los gobiernos que llevan adelante tan dificultosa tarea. Prevalece, por tanto, un ánimo distinto en este lado del sur tras un ciclo de padecimientos y abusos en todos los órdenes -económicos, sociales, simbólicos-, que el fútbol, invariablemente, capitaliza en su aspecto medular: la afirmación de una identidad ocluida en determinado período aunque no perdida. Conviene, a modo de ejemplo, reponer el concepto de un cineasta, Juan Pablo Roubio, en el diario Página 12, quien interesado en las cuestiones y singularidades del mundo de la pelota dialogó con el sociólogo Pablo Alabarces para entender cómo se origina esa identidad. "Uno dice 'yo soy de.. 'Acá no se dice 'soy fan de'. Es un sentido de pertenencia que se tiene por la institución. Decisivamente influyó que los clubes de fútbol hayan nacido como asociaciones civiles y no como sociedades anónimas".


Muchísimo más varía el humor de los sudamericanos cuando se advierte qué discute Europa, el añorado, ponderado y celebrado Primer Mundo que hoy ofrece ejemplos notorios de decadencia y crisis. Basta repasar algunos datos: en Alemania, el gobierno de Angela Merkel dispuso un ajuste de 80000 millones de euros hasta 2014; en España abundan las huelgas en diversos sectores por reiterados recortes salariales de sus trabajadores y se debate el llamado a una huelga general; Francia paga costos altísimos de la política implementada por Nicolay Sarkozi asentada en el endeudamiento, en el achique del gasto público y en la brutal represión para amedrentar las extendidas protestas; Grecia anuncia nuevas medidas que tienen un mismo sujeto afectado, los débiles, y un mismo actor beneficiado, el stablishment financiero, los responsables de la crisis. Esta Europa, curiosamente, enseña de republicanismo y de calidad democrática con ajuste, represión y la peor xenofobia contra quienes pretenden superarlos en el fútbol.

También cuenta África en la comparación ya que en ese continente se juega el Mundial, un país convertido en ejemplo debido a la mentada reconciliación entre blancos y negros que olvidó los horrores del pasado, sus tremendas atrocidades, sus infinitos legados manifiestos hoy en pobreza y hambre. No casualmente, el cine hollywoodense intenta soslayar el conflicto subsistente en Invictus, un film tan elocuente como aborrecible, basado -justamente- en un suceso deportivo donde "la unidad de la gran nación" redime, en el rugby, las disputas políticas y los conflictos persistentes de otrora a partir del triunfo sudafricano en aquel mundial (1995). Viene a cuento una aclaración: Sudáfrica es potencia en el deporte ovalado mientras que en fútbol acaba de consumar un hecho inédito: es el primer anfritrión en la historia de los mundiales que no logra superar la primera ronda.

Hechos y datos que expresan, en definitiva, las saludables anomalías y contradicciones de un tiempo. Un tiempo en el cual el fútbol no está exento en sus trazos que exceden lo deportivo y consagran su condición especular, independientemente de los resultados o de una celebración que tenga a los mismos de siempre -al margen de sus itinerarios en la Copa del Mundo- en el podio principal. A veces alcanza con mirar la fiesta de unos y otros para entender cuáles son los monstruos que habitan en ella.

jueves, julio 08, 2010

URUGUAY // Sí Te Va Gustar


"Hay algo que nos empuja y no sabemos bien qué es", dijo uno de los referentes de Uruguay tras la emocionante victoria Celeste ante Ghana en un partido para atesorar toda la vida según algunas de sus incidencias: un inédito penal sancionado en el último minuto del suplementario después de una mano desesperada con tonos de potrero, la fallida ejecución posterior que casi silenció a un Continente, y el tanto de Abreu, en el epílogo, cargado de suspenso y admiración. Momento intenso si los hubo, protagonizado por un Seleccionado habituado a las epopeyas y a las voces de un pasado que resuena y empuja. Vaya si empuja.

En Sudáfrica, finalmente, Uruguay revalidó parte de su historia grande en el certamen con sus conocidas fortalezas, por ejemplo la firmeza defensiva y el temple para enfrentar la adversidad, aunque aparecieron otros puntos altos como la velocidad de algunos de sus futbolistas, ciertas variantes insinuadas en ataque y el roce internacional adquirido por un plantel compuesto en su mayoría con jugadores que militan en el exterior. No alcanzó, es cierto, pero la imagen dejada por el equipo Tabárez fue diametralmente distinta de las últimas Copas del Mundo debido a dos factores entrelazados: la fría estadística (Uruguay volvió a una instancia relevante luego de 40 años) y un estilo reactualizado que posiblemente no deslumbre a los otros, como tampoco ocurrió antes, si bien parece inscripto en el cuerpo charrúa.



Cabe, por tanto, puntualizar una diferencia en los debates sobre gustos, teorías y maneras de jugar que alumbraron en Sudáfrica. Indudablemente España, que bien merecida tiene la catarata de elogios recientes, genera placer y emoción a partir de un esquema basado en el toque, la vocación ofensiva y la inspiración de sus jugadores, sin embargo siempre es pertinente advertir el carácter peculiar de un deporte con connotaciones culturales y derivaciones de distinto tipo, en el cual se cruzan identidades, tradiciones y narrativas situadas en tiempo y lugar que desestiman la creencia de que existe un fútbol ideal, el buen fútbol que trasciende a épocas y coyunturas, despojado de historia y de contingencias, modélico y capaz de ser imitado en cualquier lugar dado que allí, aparentemente, se revela la verdad del juego "que le gusta a todos".

Uruguay, por tanto, hubiese sido un merecido y digno campeón. Con atributos distintos a los ibéricos, desde ya, pero con una emoción idéntica o superior. Una celebración bien suya, construida con garra, corazón  e inteligencia, esos valores que el hincha, el que se alegra y sufre desde su pertenencia (también el que sostiene una industria millonaria con su pasión), sabe distinguir en la victoria y en la derrota.

domingo, julio 04, 2010

MUNDIAL 2010 // Ezeiza y los mensajes



Había que caminar por Buenos Aires el sábado a la tarde para advertir los efectos de una derrota dolorosa, impensada en el resultado, frustrante de acuerdo con las expectativas generadas tras la victoria sobre México. Un día comparable, salvando lógicas distancias, con otras fechas marcadas por la tristeza popular y esa congoja tan singular ante lo inexorable: saber que perdimos, retornar a un presente distinto, aceptar lo frágiles que somos. "El fútbol, a veces, es muy mierda" repitió un hincha enfundado en celeste y blanco, reflexivo, de frente a esa tarde que se iba, como también parecían irse las ilusiones de volver a un podio después de 20 años.

Sin embargo, el desempeño del Seleccionado Argentino dejó aliento, entusiasmo y gratitud pese a la categórica caída con Alemania. No solo por la multitudinaria recepción del público en Ezeiza, un hecho inédito debido a la instancia en que se despidió el combinado nacional y a las cifras finales de un score que engrosa la nómina de peores derrotas en un Mundial, sino por un aspecto más trascendente ceñido al íntimo vínculo contruido ente el público y este equipo de Maradona. Como no ocurría desde décadas, el público apoyó calurosamente al Seleccionado, se identificó con los jugadores y con la apuesta ofensiva de su entrenador, olvidó viejos errores en la conducción a raíz del sano y legítimo deseo de disfrutar el Mundial, y -en gran medida- entendió que el fútbol contempla la posibilidad de perder. Porque se trata de un juego, en definitiva, y porque el orgullo de la patria remite a zonás más importantes donde rinde examen todos los días, no cada cuatro años en una cita que contiene rasgos de verdadero evento cultural, desde luego, pero también de show y de resistentes componentes lúdicos



A partir de ahora, inevitablemente, reaparecerán ardorosos debates alusivos a la eliminación argentina. Allí está preparada la prensa canalla con sus clásicos dispositivos, los móviles persecutorios, sus titulares con letra de molde, esos adoctrinamientos que parcelan la realidad según sus particulares criterios e intereses. No les vendría mal asomarse a la calle para comprender qué mótivaciones encuentran numerosos segmentos de público para los que vale la pena el festejo y que, después de mucho tiempo, volvieron a disfrutar. Es apenas un consejo. También podría revisar enunciados relativos al carácter irreductible de la victoria aunque, como siempre, eso dependerá de la actitud ética con que se analicen ciertos acontecimientos. No será, seguramente, un ejercicio menor. Vendría bien que un replanteo alcance a ese periodismo que, justamente, le escapa a la crítica, razón fundante de la profesión. En caso de no encontrarla, quedarán las convicciones: la soledad del que pontifica y mantiene, desapasionadamente, ciertas premisas inctactas, o la del que se mezcla en las tristezas y alegrías del pueblo para contar una historia infinitamente más interesante en sus trazos sensibles.

Acaso este mundial, que se va, y este equipo de Maradona, que vuelve, configuren una buena oportunidad para que esa prensa se anime al desafío de que una revisión general de lo sucedido los abarque.

viernes, julio 02, 2010

CUARTOS DE FINAL // De pie


Epílogo para las ilusiones brasileñas de lograr lo que sería un abuso para organizadores y públicos de las otras naciones del mundo: conseguir el hexacampeonato de su historia en un continente que debuta en la competencia, como Asia en 2002,  y a 4 años de cobijar por segunda vez a este torneo para el cual proyecta otro desenlace que el sufrido en 1950.

Perdió Brasil y se va de Sudáfrica 2010 en un partido atípico, emotivo de principio a fin, definitivamente injusto en el resultado. Porque lo del primer tiempo del cuadro verdamarelho rozó la perfección, robándole el balón a los holandeses -su mejor arma-, con un esquema ofensivo orientado a conseguir rápidamente la ventaja a partir de un mediocampo rápido y firme comandado por Dani Alves y Gilberto Silva, un delantero atento, Robinho, y un lateral que dejó una marca en el actual certamen: Maicon. Fue tan contundente lo del seleccionado de Dunga que pareció, en determinado momento, un duelo sin equivalencias: de un lado el despliegue de un fútbol lujoso, preciso y cohesionado sostenido con aplomo e inteligencia, del otro la aceptación resignada de la inferioridad y la falta de experiencia. Mereció más Brasil en esa etapa que terminó entre comprensibles muestras de conformidad entre los sudamericanos y visibles gestos de preocupación en los europeos.



El segundo tiempo, impensadamente, modificó el escenario tras la accidentada salida del arquero Julio César que derivó en el empate del conjunto de Van Marwijk. Un error que desmoronó a la verdeamarelha, lo llenó de temores y permitió, al mismo tiempo, que Holanda mostrara algunas de sus cualidades de otros partidos: fluida circulación del balón, convicción para ir por más y desequilibrio en sus dos figuras, Arjen Robben y Wesley Sneijder. Precisamente el jugador del Inter concretó el gol decisivo luego de dos cabezazos en el área que terminaron, paradójicamente, con ciertos mitos instituidos en la agenda de algunos medios dado que Brasil no pierde por especular o ser austero en su propuesta. Pierde, en todo caso, a raíz de un componente fundamental de este juego: el psicológico. Y pierde, además, sin ser menos que su rival ya que hizo suficientes méritos para aumentar el resultado en la etapa inicial.

Cosas del fútbol y de sus imprevisibles desarrollos. Se va de la competencia el conjunto de Dunga, entrenador que padecerá el escarnio mediático tras una derrota no esperada y un desempeño que poco tuvo que ver con el de Alemania 2006. Aquí Brasil fue Brasil, un rival de indudable jerarquía y temido, muy temido, por buena parte de un mundo que hoy celebra su resonante, sorpresiva y dolorosa caída. Eso se llama grandeza.

jueves, julio 01, 2010

MUNDIAL 2010 // Cuartos de final, el pálpito de la web


Bien amigos, el mundial ingresa en su etapa decisiva y no queríamos apartarnos de nuestras raíces, de aquello que le dio sentido a este espacio que en agosto cumplirá 5 años.Tres por el Pozo, cabe recordar, nació como un sitio dedicado al pronóstico, a honrar a la querida y olvidada boleta de prode, a la competencia hermética entre tres conocidos que reportó, para sus autores, jugosos premios: cd's grabados, vcd con estrenos de películas, 3 D (los saladitos). En consecuencia, queríamos homanajearnos y homenajear a los que día a día llevan adelante la dificultosa tarea de hacer, mejorar y actualizar un blog, con profesionalismo y honestidad, por amor a la camiseta.
Como dijimos, el pronóstico nos puede, nos subyuga, nos hermana en el acierto casual o estudiado, nos hace hinchas de todos los equipos por conveniencia pero también por afecto, lo cual es sano y enfermo a la vez. Por eso, en la barra derecha de esta página encontrarán la vieja boleta de Prode, la que remite a la historia del sitio y la que solo desaparecerá de esta pantalla cuando la CAI descienda y se nos vaya de las tarjetas y de las agencias y de las quinielas y de la faz de la tierra. Larga vida, entonces, a Tres por el Pozo.

 Ofrecemos, para salir de la autoreferencialidad, la opinión de 7 prestigiosos blogs/sitios deportivos (*), muchos de ellos con un largo recorrido en la web, quienes aceptaron el desafío y apostaron por sus tres candidatos a ganar el mundial antes de que comenzara el certamen y atronara el sonido incomparable de las vuvuzelas. Aquellos que quieran aportar sus 3 favoritos pueden hacerlo aquí si tienen ganas. No hay premios para los que acierten los finalistas, hay dicha. ¿Es lo mismo, no?





La Redó (http://www.laredo-net/)

Federico Ruiz: Brasil, España, Holanda
Marcos Vásquez: Inglaterra, España y Argentina
Esteban Giler: Brasil, Italia, España
Fernando Stefanelli: Argentina, Brasil, España
Cristian Trillini: España, Inglaterra, Brasil

La Pelota No Dobla (http://www.la-pelota-no-dobla.blogspot.com/)

Alejandro Nogueira: Brasil, España, Camerún

Tic Espor (http://www.ticespor.com/)

Javier: España, Inglaterra, Brasil

En una Baldosa (http://www.enunabaldosa.com/)

Juan C. Castro: España, Inglaterra, Brasil

Album Blanco, diario de un hincha de All Boys (http://www.albumblancodiariodeunhinchadeallboys.blogspot.com/)

Javier Aguirre: Brasil, Italia, Argentina


La Caldera del Diablo   (www.lacalderadeldiablo.blogspot.com)

Emiliano Penelas: Argentina, Brasil, Spain

Lo que al fútbol le gusta (www.loquealfutbollegusta.blogspot.com)

Kun: Brasil, Inglaterra, Spain


Tres por el Pozo

Pablo Provitilo: Brasil, Uruguay y Holanda


TABLA MUFA

1º Brasil (11 votos)
2º España (10 votos)
3º Inglaterra (5 votos)
4º Argentina (4 votos)
5º Holanda (2 votos)
6º Italia    (2 votos)
7º Uruguay (1 voto)
    Camerún (1 voto)

(*)Un agradecimiento especial a los compañeros de los otros blogs.