viernes, noviembre 26, 2010

COPA SUDAMERICANA // Único Rey


La probable consagración de Independiente como campeón de la Copa Sudamericana configura un acontecimiento para destacar en distintos planos. En el estadístico, Argentina sumaría una nueva conquista en este certamen menor (5, sobre un total de 9 ediciones disputadas) e Independiente acreditaría el número 16 de su rica biografía copera, luego de 15 años sin éxitos continentales, lo cual podría generar un interminable aunque nunca agotado debate sobre quién es el Rey de Copas tanto en Argentina como en el concierto internacional. Especialmente por la avalancha de títulos boquenses en la última década que derivó en la postulación de una tabla general poco rigurosa. La encabezarían Boca y Milan (18), seguidos por Real Madrid y el conjunto de Avellaneda (15).

Y es poco rigurosa si se considera que la historia abarca ciclos más amplios en el marco de coyunturas especiales, lejos de las particularidades y las interpretaciones interesadas. Por caso Boca contabiliza la Copa Masters y la Copa de Oro Nicolás Leóz, dos torneos fugaces, pero olvida fecundas conquistas durante la etapa amateur; en tanto Independiente no suma para su ficha dos Copas Ricardo Aldao (antigüa competición disputada entre los equipos campeones de Argentina y Uruguay); el Milan dos Copas Latinas y una Copa Mitropa -dos certamenes de Europa-, y Real Madrid dos Copas Latinas y 1 Iberoamericana (la jugaban el campeón de la Nicolás Leóz con el vencedor de la Copa del Rey).

En consecuencia, conviene relativizar esas tablas que impactan bastante y dicen muy poco teniendo en cuenta diversos factores ausentes para confeccionarlas, entre ellos la heterogenidad de torneos y la forma de disputa (Independiente, por ejemplo, no jugó 7 finales intercontinentales según la cantidad de Libertadores que logró, y Boca quedó al margen de la extinguida Copa Interamericana), y  -fundamentalmente- por la imposibilidad de subsimir cada época en una lectura global, dado que intervienen singularidades, conflictos y contigencias en el desarrollo de una disciplina. Señalar un Rey de Copas puro y absoluto parece una empresa difícil, a no ser que se haga un corte sincrónico de la historia tendiente a consagrar definitivamente a la entidad del mundo más ganadora



Sin embargo, existe otro plano para darle verdadera dimensión a un eventual triunfo de Independiente sobre el Goias de Brasil, no vinculado con las características de la Sudamericana, un certamen poco atractivo y de dudosa jerarquía. En caso de coronarse, da la sensación, el cuadro de Avellaneda celebrará menos la obtención de este título que su condición pasada y presente de Rey de Copas de la Argentina, algo directamente ligado con aspectos culturales como la tradición y los cimientos donde nace y se consolida una identidad. Una marca de su porte y un mote que resiste rachas adversas o ciclos victoriosos de terceros ya que cada club atesora orgullos e improntas muy difíciles de ser emulados o arrebatados por los mandatos de cierto periodismo. En este sentido, y ya se ha dicho aquí, Independiente, Boca y Estudiantes reúnen la famosa mística copera tras conseguir éxitos recordados y protagonizar epopeyas varias, pero es el cuadro de Avellaneda quién forjó una identidad poderosa en ese terreno, primereó a todos con su denominación transformada en leyenda, nutrida con nombres ilustres en distintas etapas (Santoro, Pavoni, Pastoriza, Bochini, Bertoni).

Lo cuantititativo, entonces, no debería ser el argumento central para apropiarse de revestimientos o partes constitutivas de otros, de nombres, noches e itinerarios que definen una identidad. Y si no queda otra, si finalmente se acepta que los títulos en cadena reconfiguran una trayectoria, Independiente va en camino de terminar -presuntamente- con las discusiones. Porque esa tabla general, con sus engaños, colocaría al Rojo en una situación inmejorable en caso de ganar la Sudamericana. Además de clasificar a la Libertadores 2011 con la correspondiente chance de obtenerla, tendrá por delante dos finales directas al disputar dos breves torneos ante un solo oponente: la Recopa y la Copa Suruga Bank (podría computarse de acuerdo con esta lógica donde no queda claro qué se entiende por duelo internacional. Aquí, de hecho, se miden el campeón de la Sudamericana con el ganador de la Liga Japonesa (!)).

Sumaría, de acreditar esos 3 trofeos, los 18 del Milan y Boca según las posiciones históricas difundidas por algunos medios que instalaron con cierta repercusión esa clasificación polémica y antojadiza. Alcance o no esa cifra, Independiente tiene asegurado, de todos modos, su merecido reconocimiento y la cualidad que lo hace fuerte y popular: el Rey de Copas en Argentina tiena camiseta roja. Un hecho que no depende de nuevos éxitos y deviene indiscutible.
De acá a Japón.

P.P.

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