martes, mayo 26, 2009

Enigma y estigma


Arsenal quedará en la historia como uno de los grandes equipos del 2000. Sus números en la presente década así lo testimonian: ascendió a la A y se afianzó con llamativa celeridad en la máxima categoría, venció a clubes poderosos en escenarios siempre adversos, ganó la Copa Sudamericana y la Copa Suruga Bank, fue subcampeón de la Recopa y eclipsó circunstancialmente a los vecinos Racing e Independiente. Con estilo aguerrido, pocas figuras y técnicos adaptados a las expectativas del club, el equipo de la banda roja se convirtió en un auténtico fenómeno de la divisional si consideramos infraestructura (el viaducto cobija 18.300almas), presupuesto (en apariencia escaso), historias (el Arse nació en 1957), planteles (conformado casi siempre por players en retirada, Matellán, Gandolfi, Sava son algunos ejemplos)y su clásico rival (El Porvenir).
Sin embargo, el renacimiento deportivo de la institución no se tradujo en un aumento sustantivo en la matrícula de asociados y nuevos hinchas. Por el contrario, las tribunas de Sarandí cobijan soledades y melancolías como ningun otro estadio de la A. Esta disociación debe tener razones de fondo que no pretendemos abordar aquí.
Contentémonos, en cambio, con señalar que los años dorados de Arsenal están íntimamente ligados al presidente de la AFA. Y, ayudas más, ayudas menos, nada ni nadie podrá convencernos de que los logros hubiesen sido posibles sin los abnegados ferreteros en el poder. La parábola de Arsenal carga con el estigma. Pensemos, sino, en sus fundadores, pioneros dirigentes que completaron la obra al rebautizar el estadio en 2004. Ni siquiera la contratación del hoy querido Angel Cappa eludiría los prejucios de un club que interfiere en la máxima categoría, como también interfiere el titular de la AFA.
De pésima campaña en este Clausura y promedio amenazante, el club de Sarandí encontrará los caminos para sostenerse o repetir nuevas épicas. Aunque conviva con rechazos mayoritarios, tribunas silenciosas y las miradas exteriores de quienes no se resignan con ocupar su lugar.

viernes, mayo 22, 2009

Crack


¿Quién es el mejor jugador del Clausura? Difícil respuesta. Repasemos una antojadiza lista de destacados: Pastore, Blanco, Sand, Bolatti, Otamendi, Caruso, Fuertes. Sin los laureles de los anteriores pero con rendimientos top, en una segunda línea aparecen Rinaudo, Salvio, Andújar, De Federico, Prediger, Montenegro, Pozo, Cuevas y V.Figueroa. Más atrás, podemos ubicar a Luguercio (?), Zuculini, Sebastián Fernández y el Fornica de Newell's. Hasta aquí los candidatos al balón de oro nuestro. (Sanchez Prette, pese a su notable efectividad, no cumple con el requisito de partidos y a Matías Urbano lo mata su irregularidad). Claro que cada fecha es un cofre de sorpresas y los destacados de hoy pueden ser los peores rankeados según la lógica exitista. Pensemos, sino, en Fabbiani.
Pero detengámonos en Carusso, el de Godoy Cruz, gran definidor y gran gambeteador, dueño de una técnica exquisita que deleita a tombinos y extraños. Una técnica, cuentan, pulida a fondo durante exitoso paso por el fútbol de salón. A veces parece perezoso y de inmediato bajan los correspondientes murmullos en el mundialista mendocino. Sin embargo, Carusso es de los jugadores que nunca puede faltar en cualquier alineación porque algo grande anuncian sus movimientos de crack y su condición de delantero gravitante. Con un detalle no siempre señalado por analistas de TyC: Carusso es estratega de lujo y definidor implacable en proporciones similares. Buena parte del fútbol de Godoy Cruz, precisamente, empieza y termina en el ex Arsenal.
Es cierto; acaso caemos en el exitismo aquí mismo criticado. Pero también es verdad que rendirle pleitecía continuamente a Bergessio, Palermo, Sand o Falcao nos hace olvidar del otro fútbol. Ese que Caruso dignifica en la periferia.

lunes, mayo 18, 2009

Boleto a la Promo


San Martín-Belgrano y Rosario Central-Atlético Rafaela estarían jugando la promoción 08/09. Claro que esta combinación de partidos variará conforme se disputen las últimas fechas de Primera y la B Nacional. Al margen de cuáles serán las trascendentales reválidas, nadie puede discutir que estamos en presencia de definiciones atrapantes, cerradas, con leve favoritismo para los equipos de la máxima categoría. La estadística, por caso, avala a Racing/San Martín/Gimnasia/Central/: de 18 series solo 7 fueron para equipos del ascenso.
No obstante, siete es una cifra alta y ninguno de los implicados debe confiarse en estas instancias. Ni siquiera la ventaja deportiva revista como un ítem decisivo. Muchísimo menos la actualidad de cada equipo. Planteles menesterosos como el Lobo Jujeño 2007-2008 pasó de taquito ante un buen Unión y planteles lujosos como el Talleres de Jota Jota (2003-2004) sucumbieron ante el criticado Argentinos de Oberman y el Polo Quinteros. Está claro, en consecuencia, que la Promo depende menos de la lógica que del azar, las contingencias y el castigo de encontrarse en el lugar menos deseado por cualquier hincha del mundo. Un castigo que, de todos modos, puede generar genuinos cambios para el futuro deportivo-institucional de cualquier entidad. Lanús, hoy el mejor club del fútbol argentino, hace siete años batalló contra un promisorio Huracán de Tres Arroyos.
Contrariamente a las opinión de las mayorías, y al sentimiento de cada hincha con su club, cabe darle cierto crédito -solo en estos casos- a un conocido enunciado: barajar y dar de nuevo. No está mal como gesto fundante de un nuevo tiempo.

lunes, mayo 11, 2009

Los descartados de la historia


Ya en el tramo final del Clausura 09, oxigena que la disputa por el título se reduzca a cuatro equipos considerados no-grandes según la doxa futbolera (evitamos decirles chicos porque no lo son). Como todos saben: hablamos de Vélez, Lanús, Colón y Huracán, entidades que merecen ocupar los primeros puestos de la clasificación. Un amigo hincha de Racing, encandilado con el tándem Zuccullini-Yacob, insiste con su prédica optimista y ve campeón a la Academia en junio. Es irreprochable ilusionarse y es cuanto menos ingrato desmerecer a un club que busca encauzar su presente deportivo e institucional. También algún portal partidario llena de elogios al Estudiantes de Sabella y sugiere tenerlo en cuenta a la hora señalada.
Pero la actualidad obliga a remitirse a Vélez, candidato de porte, institución ejemplar, líder de un campeonato interesante con final abierto. ¿Qué tiene Vélez para consagrarse por séptima vez en su historia? Una cualidad fundamental del cuadro de Liniers es saberse candidato desde la primera fecha. Jamás renuncia a ese objetivo de máxima y por ahí habría que buscar las razones de su venturoso liderazgo.
Salir segundo, como murmuran jugadores, dirigentes e hinchas en los confines de Villa Luro, redunda en franca decepción. Suena lógico si se considera que no están Boca, River y San Lorenzo al acecho; y suena exagerado cuando repasamos las últimas campañas de Vélez, sus mandatos históricos y la envergadura de los oponentes.
Precisamente, y he aquí lo más sustancioso de este certamen atípico, ningún campeón será igual al de los dos últimos torneos en lo que atañe a rendimiento, propuesta futbolera, merecimientos, idoneidades, disposiciones, éticas. Sobran ejemplos de campeones que no han sido los mejores y, al mismo tiempo, también sobran campeones que honraron semejante distinción. El Clausura, enhorabuena, contempla ambos casos y nadie podrá referirse a casualidades, arreglos o injusticias. Todos son dignos, legítimos y genuinos aspirantes al título.
Solo con un matiz, en la nómina de arriba -desgraciadamente- no consta el extraordinario Godoy Cruz de Diego Cocca.

miércoles, mayo 06, 2009

Acá hay un 2


Revelación del Clausura y sostén defensivo del consistente Vélez de Gareca, Nicolás Otamendi reúne todos las cualidades del buen zaguero: temple, voz de mando, velocidad, concentración extrema, ubicación estratégica, inteligencia para entender el clima del partido, capacidad de persuasión. No exageramos si decimos que el aplomado jugador de Vélez es un diamante en bruto capaz de superar a Roberto Ayala, ídolo de Nicolás y referente del puesto. Ayala, para desmemoriados, jugó 115 partidos con la albiceleste y dejó algo más que derrapes y torpezas en instancias clave. Por eso y porque fecha a fecha cotiza entre 7 y 9 puntos, Otamendi puede convertirse en un digno sucesor del Cabezón y en un competente central para ir a Sudáfrica. ¿De Michelis? Mientras critica los códigos del jugador boliviano, bien haría en apurar su retiro de Europa donde, dicen, es figura. La cabizbaja hilera de jugadores millonarios de cada domingo parece un habitat más acorde a su presente.