miércoles, diciembre 15, 2010

FÚTBOL ARGENTINIO // Juego y negocio


La consagración de Estudiantes, inobjetable con solo revisar su campaña en el Clausura y el puntaje acumulado en la tabla general, se vio enriquecida por los desempeños de quien peleó el torneo hasta el final, Vélez Sarsfield, sólido y tenaz adversario que redondeó un torneo de campeón, como parte de un certamen con altibajos, levemente emotivo, aunque con varios condimentos para analizar.

El primero, y da la sensación que muy importante, fue el nivel futbolístico de los dos aspirantes principales al título y de otros equipos que ofrecieron buenos espectáculos (Racing, Godoy Cruz, All Boys), lo cual parecería marcar una tendencia. Luego del opaco Apertura 2009 que consagró a Banfield tras una discutida y brumosa diputa con Newell's, los dos torneos de este año exhibieron, si bien con intermitencias y siempre en un plano relativo, ganadores con interesantes atributos, definiciones menos pantanosas, partidos más disputados y no del todo mal jugados, aparición de juveniles con algún grado de proyección. No alcanza para lo que pretendemos, desde luego, pero una vez más conviene puntualizar de dónde venimos, de un ultraje mediático-dirigencial de largos 18 años que dejó inevitables secuelas. Por tanto resulta curioso escuchar a reconocidos periodistas esbozar muletillas sesgadas y cargadas de intencionalidad producto de intereses que ni se preocupan en ocultar. "Me aburre el torneo local" ,"Así está el fútbol argentino". Seguramente no está como antes, catalogado como el "certamen más apasionante del mundo", una mentira flagrante que, rescindido el contrato AFA-TSC,  se derrumbó igual de rápido que una denuncia de diputado de Valores para mi País.



Un segundo aspecto a tener en cuenta se vincula con la aparente superioridad de Estudiantes y Vélez sobre el resto, de acuerdo con la tabla del Apertura en la cual se observa que el cuadro de Liniers (2º) le sacó a River (4º) 14 unidades. No obstante, y si se toma como referencia la clasificación anual, también entre Estudiantes y Vélez hay una diferencia considerable de 15 puntos en favor del equipo platense. ¿Indican algo estos números? En principio sí, debido a que en este caso esos números corresponden a un ciclo plausible de mensurar: el trabajo a largo plazo, la solidez institucional y el cambio de mentalidad de pinchas y fortineros. Pero, además, sugieren que algo ha empezado a modificarse: la paridad de antes parecería ceder ante la coherencia de proyectos y la apuesta sensata de algunos clubes, casualmente o no los que terminan ganando los campeonatos.

 Es un dato, apenas, no muy confiable en este fútbol dominado por la urgencia y sectores del medio cuya función primera es desestabilizar y alimentar escenas de un show generoso en actores y episodios. Aunque sí encierra una moraleja para los encandilados con las luces de Europa: este circunstancial predomio de uno o dos clubes, en Argentina -donde el reparto de los ingresos por televisación es más equitativo- no obedece a la prepotencia del dinero ni al destino de una historia reservada a los grandes. Acá intervienen, además de contar con los inevitables recursos para gestionar, otros factores como la inteligencia en la planificación, la impronta de cada club, la ética y el compromiso de dirigentes y asociados con clubes que siguen siendo entidadades sin fines de lucro. Así, hoy son Estudiantes y Vélez los primeros en el reconocimiento. Mañana serán otros, posiblemente situados en el lugar por el cual trabajaron con esfuerzo y seriedad, fieles a su historia, sin sacarle nada a nadie. Y lo bien que le hace al  fútbol juego, atribulado muchas veces por los dictados del negocio.

P.P.

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