viernes, diciembre 17, 2010

FÚTBOL ECUATORIANO // Un grande del siglo


En este apurado repaso por el fútbol sudamericano que hemos iniciado en Tres por el Pozo, el torneo ecuatoriano ocupa un lugar central y protagónico, tanto en el continente como en Argentina. Como se dijo, y aunque suene reiterativo, no siempre los medios gráficos y audiovisuales de nuestro país le dedican el espacio, las imágenes y los reconocimientos que merecen los torneos de América del Sur. Y eso que el torneo ecuatoriano cobija a varios compatriotas, por ejemplo 3 fubolistas entre los primeros 4 que encabezan la tabla de goleadores y 6 entrenadores dirigiendo en Primera. En definitva, la referencia acotada y el desdén solapado son reflejos que conspiran contra incidencias que acercan a los futboleros argentinos con sus raíces y su cultura, con eventuales rivales en las copas de la región, con episodios en el campo y en las tribunas posiblemente más desprolijos e improvisados que en Europa, pero insertos en los pasadizos de una trama especial donde el cruce entre deporte, historia y política iluminan -o iluminarían- desarrollos no siempre visibles.

Ecuador, en ese sentido, presenta a un club que viene dejando su marca en la región tras conseguir valiosos logros internacionales (Libertadores 2008, Sudamericana 2009, Recopa 2009 y 2010), a lo que se añaden conquistas en el torneo local, como ocurrió este año al adjudicarse su 10º campeonato luego de superar en la final al Emelec de Guayaquil. Reviste, de acuerdo con algunos factores, mucha importancia este triunfo del cuadro dirigido por Edgardo Bauza. En el plano deportivo, lo obtuvo en el marco de un certamen maratónico dividido en tres etapas (Apertura y Clausura de 22 fechas cada uno, los ganadores disputan la  final), pese a que solo 12 equipos participaron del torneo, un dato que realza los méritos del ganador, fundido físicamente ante un calendario exigente que parecería priorizar lo propio, sus campeonatos, por sobre las copas internacionales. El cansancio y la superposición de fechas, de todos modos, no fueron óbice para que la Liga impusiera su predominio, esta vez con un esquema más cauteloso, a tono con las variantes que le posibilitaron acreditar títulos en el continente y con el incipiente crecimiento futbolístico de un país que disputó, en 2010, su segunda copa del mundo en 19 ediciones.




También vale la pena detenerse en un aspecto con distintas implicancias tras la coronación de Liga. Con excepción de Emelec, que realizó una gran campaña de la mano de otro argentino (Jorge Sampaoli), los otros dos representantes para la Libertadores 2011 serán de Quito, dado que Deportivo de esa localidad postergó al Barcelona de Guayaquil, el de más titulos locales (13) junto con El Nacional (13, también de Quito). Y aquí cabe una reflexión de otro tipo, acaso forzada, acerca de dos ciudades con trayectorias sociales distintas, enfrentadas seriamente en algunos casos, teniendo en cuenta el fluido vínculo entre el verdadero poder político y Guayaquil, cuna de la alta burguesía en Ecuador, y los levantamientos populares de Quito durante algunos tramos de los dos últimos siglos, reseñados recientemente por analistas de ese país y del propio presidente Rafael Correa en alusión al Bicentenario de las naciones del Continente.

Claro que el fútbol, como la historia, toma otros rumbos y otros cauces. La Liga, por caso, hoy es un club con un frondoso respaldo económico detrás, si bien Barcelona y Emelec, también tienen figuran entre los clubes poderosos. De hecho a Barcelona, hasta hace muy poco, se lo conocía como el más prestigioso de Ecuador, reconocible en la región por sus continuas participaciones en la Libertadores, sus logros en el medio local y un relato que lo consagró de ese modo. Habría que pensar, entonces, si este resurgimiento de Ecuador a nivel selecciones y a nivel clubes a través de un club de Quito coinciden con resignificatr retazos de una historia que expresa giros en distintos planos, como el político, el cultural, el deportivo. En todos los casos, y considerando las particularidades y las excepciones que correspondan, mirando al sur.

P.P.

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