viernes, octubre 29, 2010

POLÍTICA Y DEPORTE // Un modelo trascendente y para todos


La multitud que colmó durante tres días la Plaza de Mayo para despedir a Néstor Kirchner expresó (expresa) con rotunda fuerza el cariño de un pueblo hacia una figura decisiva de la política argentina. Bastaba recorrer cada rincón de esa plaza histórica de fin de octubre, entre sus gritos emocionados y sus silencios ruidosos, sus banderas empapadas de orgullo y el largo peregrinar de sectores provenientes de distintos estratos sociales, para advertir la dimensión del acontecimiento. Con excepción de Maradona, en nuestro país no hubo en el transcurso del último medio siglo un personaje de esta estatura y con este nivel de popularidad. Y habrá que pensar en las derivaciones ante semejante demostración de afecto que desnudó -una vez más- las mentiras, zonceras y banalidades de los medios hegemónicos de comunicación.

 La despedida de Néstor, por muchos motivos, se inscribe en un tramo fundamental del derrotero argentino, dado que su gobierno y el de Cristina Fernández, su compañera y sucesora en el cargo de presidente, produjeron inéditos y profundos cambios estructurales en variados órdenes. No es materia de este blog detenerse en cada una de las transformaciones ocurridas desde el 25 de mayo de 2003. Alcanza, de acuerdo con nuestros tópicos habituales, consignar al deporte en general y el fútbol en particular, áreas donde el Estado desplegó una intensa y exitosa política de desarrollo de diferentes disciplinas, inclusiva, tendiente en algunos casos a reparar injusticias, miserias, despojos diversos.

Decir, por ejemplo, que el presupuesto para el deporte argentino creció exponencialmente tras el arribo de Kirchner: de 26 millones de pesos en 2003 se pasó a casi 100 millones en 2008, acompañado del trabajo continuo realizado por la Secretaría de Deportes de la Nación que, por intermedio de Claudio Morresi, su titular, fomentó el aumento de las becas para el deporte amateur, renovó por completo las instalaciones del Centro de Alto Rendimiento Deportivo (Cenard), impulsó distintos homenajes a atletas desaparecidos durante la última dictadura militar, promovió la ley del Enard destinada a coordinar apoyos económicos específicos para la implementación de las políticas de alto rendimiento y priorizó la labor formativa de los jóvenes mediante los Juegos Evita, una herramienta para integrar a chicos y grandes de poderosa tradición, cuyo flamante exponente -entre muchos otros- es Braian Toledo, un pibe de un barrio humilde y perdido de la localidad bonaerense de Marcos Paz, que acaba de conseguir un logro resonante en los Juegos de la Juventud celebrados en Singapur.

Como siempre, y más en un país exitista, no faltan voces que denuncian la escasa inversión pública para el deporte, algo desmentido por el citado presupuesto, focalizando en la acumulación de medallas en competencias de relieve como variable de una política eficaz y perdurable. También allí los gobiernos de Néstor y Cristina tiene algo que decir, al margen de una diferencia de corte ideológico si pensamos que el desarrollo del deporte no es, ni podría ser, sumar éxitos sin contemplar una planificación que estimule la práctica, dado que un país vigoroso y en crecimiento se expresa en una serie de aspectos hoy abordados por el Estado: más gente haciendo deporte, integración y participación deportiva en igualdad de oportunidades, programas sociales destinados a todos los sectores. Los Juegos Evita, de hecho, contienen a más de un 1 millón de chicos, jóvenes y adultos de todo el país.

Pero, aceptada esa regla donde las medallas definen la política deportiva de un país, cabe reponer un dato elocuente: después de 52 años, Argentina volvió a ganar no 1 medalla de oro sino 4  en los Juegos Olímpicos (2 en fútbol, 1 en básquet y 1 en ciclismo, en Atenas 2004 y Beijing 2008), posiblemente obtenidas por importantes apoyos de sponsors privados debido al carácter profesional de algunas de esas disciplinas, pero conseguidas en el período kirchnerista, sensible al rendimiento de sus atletas. ¿Casualidad? Una presea dorada, podría ser. Cuatro parecen demasiadas, sin contar bronces y platas.

Es pertinente, en tal sentido, una aclaración. La reseña de hechos meritorios no se agotan en el presente. Así lo hizo saber la ministra de Desarrollo Social, Alicia Kirchner, en un mensaje publicado en el sitio web de la Secretaría de Deportes, al afirmar: "El Plan Nacional de Deporte 2008-2012 aspira a superar lo coyuntural, a fortalecer lo estructural y a profundizar la gestión en función de lograr mayor calidad de vida en todas y todos. Nos permitirá darle la dirección adecuada a todos los programas, proyectos y estrategias conducentes a contribuir con la creación de una nueva cultura de la actividad física y el deporte a nivel nacional. Este complejo proceso de construcción debe integrar y ser protagonizado por todos, en una convocatoria para transitar juntos este camino cuya meta final es crecer no sólo en capacidades y habilidades deportivas, sino como personas, como parte de una Argentina que debe ser definitivamente para todos y todas".



Claro que, en el repaso de la trayectoria de Néstor, resulta insoslayable referirse al fútbol y aquél 11 de agosto de 2009 que puso límites a una estafa pergeñada entre la AFA y TSC- Grupo Clarín a lo largo de 18 años. Hoy casi 30 millones de argentinos ven fútbol por televisión, lo cual equivale a recuperar un derecho, a compartir la pasión con todos, a celebrar el domingo con un Boca-River o un Independiente-Racing sin ningún tipo de arancelamiento, a intentar confrontar con el mensaje único enarbolado por un tipo de periodismo decidido a no investigar nada, situado en ninguna trama histórica, entregado a los mandatos del negocio, responsable de violencias varias disfrazadas de editorial preocupada y apunte intranquilizador sobre los pliegues de un sesgado y mendaz discurso progresista. Un día, ese periodismo, tomó nota del cambio de época, aunque el retorno a lo viejo, revestido de nuevos contornos, sigue entre sus planes.

En definitiva, el deporte no pasó inadvertido bajo la gestión de Néstor, y no pasa inadvertido con Cristina. Existen demasiadas razones para no entristecerse en estas horas y también alegrarse, o al menos ilusionarse, con proseguir en el rumbo transitado desde hace 7 intensos y dramáticos años.

Pablo Provitilo

1 comentario:

Anónimo dijo...

fijense cuantos jugadores se nos van del campeonato local. en esta pagina puden seguir a cualquiera. http://www.futbolpunto.com