martes, agosto 10, 2010

BOCA // Punto alto


Boca mostró una cara renovada en su excursión a Mendoza que sobrepasa la estrecha mirada de detenerse solo en el resultado. Con refuerzos de calidad y regresos esperados, ante Godoy Cruz se vio a un equipo rápido y comprometido con el partido que, sin deslumbrar, entregó indicios alentadores con miras al futuro debido a la capacidad de reacción frente a la temprana desventaja, al despliegue físico exhibido y al desempeño de varios de sus futbolistas.

El fluido entendimiento entre Lucas Viatri y Martín Palermo, dos delanteros de características similares, es uno de los aspectos a destacar. Lejos de superponerse o aferrarse a la posición natural que ocupan en el rectángulo, los nueves xeneizes se movieron con inteligencia, supieron complementarse alternando roles y arribaron peligro desde sus conocidos instintos goleadores. Se trata de una sociedad interesante para Boca, aun incipiente es cierto, pero con grandes perspectivas ya que Palermo y Viatri, además de tener gol, saben leer el juego y priorizan menos el lucimiento individual que su aporte al conjunto. Mérito de Claudio Borghi, indudablemente, apostar a una dupla de la casa, asiduamente descartada por otros entrenadores teniendo en cuenta la inclusión de uno u otro en la alineación titular.

También el retorno de Battaglia cobra especial interés. Luego de las insuficientes prestaciones de Ariel Rosada, Jesús Méndez y Cristian Erbes en el último torneo, Boca nuevamente cuenta con un cinco de temple y visión de juego, conocedor de un puesto clave y muy apreciado según el estilo que identifica al club, pieza indispensable para reconstruir los cimientos de un equipo compensado y ambicioso. En parte se notó ante Godoy Cruz donde, sin mayores rastros de la lesión que lo alejó de las canchas por varios meses aunque comprensiblemente falto de ritmo, le bastó para exhibir su oficio y no dejar que creciera el rival. Un papel similar al que cumple Matías Almeyda en River expresado en experiencia, sentido de ubicación, liderazgo y dominio de la situación debido al íntimo y prolongado vínculo con la propia camiseta. Con  7 años menos, eso sí, que el volante millonario.



La defensa, por último, fue lo más bajo del rendimiento de Boca, posiblemente a raíz del sistema novedoso implementado por Borghi de jugar con tres defensores. Aun así, Matías Caruzzo y Juan Manuel Insaurralde, dos de los debutantes, demostraron que pueden ser importantes en varios sentidos: para ordenar la útima línea dada su familiaridad con distintos dispositivos tácticos, para llegar al gol en el área contraria a partir de su altura y, fundamentalmente, para imponer aquello que en Boca es sagrado; los rigores de una marca férrea e implacable que desdeña delicadeza y, en algunos casos, los dictados de un reglamento con múltiples interpretaciones.

En sintesis, promisoria presentación de Boca, el más regular de los cinco denominados grandes en la primera jornada, y el de más proyección entre los 20 equipos intervinientes.

1 comentario:

Anónimo dijo...

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