viernes, agosto 13, 2010

SELECCIÓN NACIONAL // Fuimos felices



Muy lejos de vislumbrarse un cambio sustancial en la estructura organizativa del Seleccionado según los fatuos personajes que habitan en la AFA, Sergio Batista debutó como técnico de la Mayor en el opaco triunfo argentino sobre Irlanda, en Dublin. Al margen de los jugadores que incluyó el ex entrenador del Sub 20, nueve de ellos titulares en Sudáfrica 2010, se trató de un encuentro liviano, de resultado y desarrollo previsible, alejado en el tiempo de competencias importantes, lo cual habilita múltiples interrogantes: ¿qué ciclo se dice que comienza con la designación de Batista?, ¿qué idea de juego incipiente asoma en un partido similar a los duelos del Seleccionado local ante Jamaica y Panamá, por ejemplo?, ¿quién le confirió a Batista atribuciones suficientes para postularse como un entrenador que asume para quedarse? ¿Y sus méritos, dónde radican? ¿En la eliminación con el sub 20 en el premundial de Venezuela? ¿En su trato amable con un sector periodístico que hoy lo ve como Vicente del Bosque, técnico de España, y mañana le caerá encima con todos sus rigores, ya sin Mancuso como pieza execrable de un cuerpo técnico miope y terco?

Preguntas, al cabo, de lo que constituye un nuevo despojo. ¿Cuál o cuáles despojos? Que Batista diriga la Selección afirmado en la creencia de copiar lo ajeno sin revisar nada del ciclo anterior, de que la multitud convocada en Ezeiza para recibir al equipo de Maradona fue obra de barrabravas iracundos y, claro, subvencionados, de los guiños y complicidades con el nuevo proceso por parte de Messi, siempre determinante en ambiciosos proyectos futuros, de la falta de atención con los hinchas -en suma-, apenas convocados para encuestas de ocasión y de dudosa credibilidad.

Así las cosas, refundar el Seleccionado no es más que un enunciado hueco dirigido a vaya saber qué receptor adormecido. Con esta conducción, con sus alternativas posibles para 2011, con un tipo de periodismo anclado en el lobby y la cháchara, el fútbol argentino -su representación del país a través del equipo nacional- se encamina a nuevos desencuentros con un público que, curiosamente, comenzaba a creerle tras el mundial donde por un rato, en mayor o menor medida, fuimos felices.

1 comentario:

Sinpasto dijo...

No sé si conoces esa "encuesta" (no sé como llamarlo en realida) q saca la revista Barcelona de "garcas o boludos"...me pasa lo mismo con el checho. Mo sé si es un tipo que está intentando desarrollar su idea de juego en medio de la meresenda que es todo lo que rodea a la AFA; o un merquero (?)oportunista que nos plantea un aburrido toqueteo de pelota para caerle bien a la prensa.
Y vos lo decís muy bien en el post, lo de refundar la selección -sumamente necesario- es un imposible mientras tengamos esta dirigencia y este periodismo. Lo peor es q no ve nada que pueda derrumbar a la gente de Viamonte. Apareció Vila ahora. Pero mi vieja dice que mejor malo conocido...
Saludos.