domingo, septiembre 13, 2009

Desde el sur y sin permiso


Se comenta en el sur bonaerense que hay un clásico fascinante y multitudinario. Desdibujados en el último tiempo, Los Andes y Temperley -hoy competidores en la competitiva B Metro- serían los protagonistas de ese choque fallido en Primera División.
Por supuesto que existen otras voces y otras razones que desestiman aquella versión. Lanús y Banfield, entidades enemigas, se apropiaron del derby zonal a partir de meritorias campañas en el ámbito local e internacional, perspicacia de los dirigentes para potenciar a las instituciones y una rivalidad que fue creciendo conforme a las fortalezas propias y el despiste del resto. En tal sentido, el duelo número sesenta y seis del historial tuvo fervor en las tribunas y dos equipos a la altura de las circuntancias. Duelo de primera, cabe resaltar.
Tras dos victorias y un empate en las fechas precedentes, Banfield llegó entonado al clásico. Y vaya si se notó: no perdió la calma luego del tempranero gol de Salcedo y edificó, pacientemente, una victoria inobjetable cuyas claves fueron el orden defensivo y haber convertido en tramos decisivos del partido: el empate antes de finalizar el primer tiempo, y el segundo gol promediando la segunda etapa, algo que aplacó una eventual reacción de Lanús.
Pero también hay otras lecturas del partido. Una de ellas indica que con las gravitantes actuaciones de Ervitti, el liderazgo de Méndez y Bustos, y la dupla integrada por los orientales Fernández y Silva (autor de dos goles), el Taladro fundamentó un triunfo que, en realidad, empezó a gestarse antes.
Banfield, sin ir más lejos, demostró con encomiable fortaleza mental que es más que Lanús por juego y por nombres. Se reforzó convenientemente para este torneo y capitalizó la ventaja de contar con un plantel experimentado y de más jerarquía. El banco de suplentes ofrece una pista, ya que Battion y Marchant indica que Banfield tiene otro material, más variado y mejor preparado para enfrentamientos de este tipo.
Es que los pibes pueden ganar torneos y hasta alguna copa, pero los procesos madurativos demandan más clásicos y entrenamientos para suplir bajas sensibles (Valeri, Sand). Lo sabe Lanús.

1 comentario:

Marco dijo...

Si Falcioni no sacaba a Ervitti lo prendían fuego.