miércoles, abril 21, 2010

ASCENSO // Camiones, barraqueños y un viejo Furgón


Luego de una temporada corta pero intensa, novedosa en su desarrollo y cargada de matices, los certamenes de Primera C y de Primera D coronaron a Barracas Central y UAI Urquiza, respectivamente, entidades que inauguran la nómina de campeones 2009-2010, tras curiosos desenlaces y escasas repercusiones en el medio local.

Una constante de las dos categorías menores de la Argentina: olvido, postergación y breve reseña de coyuntura ni bien se apaga la euforia. Es parte de una tradición donde cuenta la popularidad/importancia de cada divisional, que genera lógicas jerarquías en la organización de los campeonatos y en la atención del público. Sin embargo, y pese a no figurar en casi ninguna grilla televisiva, la C y la D dejaron un serie de aspectos a considerar a partir de sus justos y sorpresivos ganadores.

Barracas Central, por ejemplo, protagonizó un hecho digno de encomio. Entre otras razones, porque vuelve a la B después de 61 años y porque consumó una campaña descollante al superar con el último suspiro al club que lideró el campeonato durante casi todo el torneo pautado en 38 jornadas: el viejo, sufrido, desdichado y queridísimo Excursionistas. Recordemos un dato: el cuadro del Bajo Belgrano celebra en 2010 sus 100 años de vida, razón más que suficiente para concretar el ascenso tras 15 temporadas de sedentario reposo en la C. No obstante, es menester señalar que Excursionistas carga con una historia de fantasmas, estigmas y emblemas que sintetizan buena parte de su identidad. Acaso hayan influido algunos de esos factores, especialmente los negativos. El Centenario de su fundación, por tanto, llega entre desilusiones y recuerdos vitales de una trayectoria que fue y es: barrio, cracks, infancias, tablones, amistades, triunfos, celebridades, sosiegos. Al cabo, los núcleos constitutivos de esa identidad.

La envergadura de Excursionistas, precisamente, su condición de institución tradicional y respetada, realza lo logrado por el equipo dirigido por Juan Carlos Kopriva, que venció a su principal oponente en un inusual desempate disputado en el estadio de Atlanta con un tanto de su goleador y figura, Carlos Salom, proveniente de Sacachispas y máximo artillero del actual certamen. La campaña del equipo "Camionero" -apodo que parecería haber desplazado a "Barraqueños o Barraqueros"- también tuvo otros valores: las oportunas apariciones de Lucas Del Río, la experiencia de Pablo Lamberbont y Alejandro Orfila, y el aporte en ofensiva de su enganche, el paraguayo Ricardo Cáceres Silva. Con esas armas tuvo un meritorio desempeño en la segunda rueda en la cual acreditó 14 victorias, 5 empates y apenas 1 derrota que le permitieron, en definitiva, descontar una diferencia de puntos considerable por parte de Excursionistas (llegó a ser de 10 puntos antes del receso).

Asimismo se le adjudican al logro de Barracas otras razones concomitantes: la perspicacia de su presidente, Claudio Tapia, yerno del líder de la CGT, Hugo Moyano, personaje nocivo según el firmamento mediático y con presuntos poderes mágicos. De todos modos, y sin soslayar posibles aportes externos, abundaron recuerdos acerca de personalidades íntimamente ligadas al derrotero del club como uno de sus fundadores, Silverio Ángel Gardella, primer presidente, jugador y capitán del equipo, que tenía un sueño entre tantos otros: reeditar las conquistas de Alumni en base a un proyecto con rasgos propios, colectivo, lejos de cualquier negocio. Por eso los colores de Barracas se inspiran en aquella entidad emblemática situada en los orígenes del fútbol argentino. El título conseguido por Barracas, por tal motivo, honra con justicia el esfuerzo de sus precursores, evocados afortunadamente en los momentos de dicha para conocimiento de las nuevas camadas de hinchas.

La Primera D, en tanto, exhibió a un campeón inédito: FC Urquiza, llamado actualmente UAI Urquiza tras un convenio firmado entre el club y la Universidad Abierta Interamericana, aprobado en asambleas generales de socios de ambas entidades. Con un equipo nuevo, ideado para mejorar la pobre campaña de la temporada 2008/2009 donde quedó al borde del descenso, el viejo Furgón acreditó un triunfo mayúsculo ya que jugará en la C por primera vez en su historia. Una historia singular, vale agregar dado que el club nacido en Villa Lynch y emplazado en los confines de una vieja estación de tren, recién comenzó a participar en torneos de AFA en 1970, con varias frustraciones a cuestas: 6 desafiliaciones, ya que aún no existe la categoría E en el fútbol argentino. Con el propósito de redimir los infortunios del pasado y las sombras del presente, la fusión posibilitó que la entidad recuperara protagonismo a raíz de una fuerte inversión: 40.000 millones de pesos mensuales en el presupuesto para fútbol. De ese modo, UAI Urquiza pudo arrebatarle el título al solitario Yupanqui y al popular San Martín de Burzaco, dos de los animadores del torneo, afirmado en las convicciones de su juego cuyos puntos altos fueron el conocimiento de un entrenador marcado por el ascenso, el ex jugador deTemperley Cristian Aldirico, y un goleador implacable como Mariano Pano, responsable de 22 de los 58 goles convertidos por la UAI.

Claro que la victoria, muchas veces, tiene sus costos, sus bemoles, sus aristas imposibles de eludir. La camiseta del viejo Furgón presenta hoy un color más (el bordó de la institución con la que suscribió el citado convenio se agregó a los tradicionales blanco y celeste) y el escudo de ambas entidades, lo cual suscitó quejas en algunos hinchas por dos motivos vinculados: la desaparición de Ferrocarril en el nombre del club, y las dudas sobre qué pasará con la entidad en caso de que se interrumpa el acuerdo. Sin embargo, el proyecto parece ambicioso y los responsables se muestran confiados en consolidar la nueva estructura. "El objetivo es estar en 6 años en Primera B y en 15 en Primera", indicó el jefe de prensa del club, Agustín Sileo, en una nota publicada por el diario Clarín.

Se trata, en definitiva, de las particularidades de ese mundo invisible, relegado, con escenas atractivas y futbolistas que lidian con amor propio en los pastizales del atraso, como es el ascenso en Argentina. Ese supuesto atraso es parte de su encanto, en una temporada donde hoy celebran los camioneros de Barracas y retumba el sonido, pasado y latente, del viejo Furgón.

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