El año del Bicentenario de la Patria esconde otras celebraciones, felices o no tanto, afincadas en distintos oficios y actividades sociales, de proyección nacional o acotadas a un territorio pequeño, pero imposibles de soslayar. En el fútbol argentino, en este 2010, primero fue Vélez quien conmemoró su centenario de logros, desarraigos y promisorios horizontes, y ahora es Excursionistas, un club tradicional del ascenso, el que sopla 100 velitas de orgullos, sinsabores y alguna victoria circunstancial.Por eso y porque el fútbol no empieza y termina en Primera División, viene bien un escueto recuento de momentos, registros y curiosidades de equipos como Excursionistas.
Entre los datos a consignar cabe apuntar que el verde genera adhesiones fuertes entre seguidores ignotos y famosos (Javier Saviola, René Houseman, Ignacio Copani, Emir Kusturica, Victor Bo) y exhibe un estadio pintoresco ubicado en Pampa y Miñones, el primero y único que consta en su ficha, escenario que motivó el mote de villeros por el derruido paisaje del viejo barrio de Belgrano. Un mote que, más allá de la dictadura militar y sus topadoras, persiste hasta hoy, ya sea como gesto de afirmación emblemática de los propios hinchas (la inversión del gesto) o como estigmatización de sus rivales, que son muchos, si bien no conforman un frente único.
Pero también, Excursionistas habita otra casa, una casa chica, acompañado de otros estigmas: la Primera C, una divisional descorazonante para un club popular, que supo jugar en primera en la etapa amateur, que recoge simpatías como las mencionadas, que tiene entonados y tradicionales rivales como Almagro, Colegiales y, especialmente, Defensores de Belgrano (hay paternidad del Verde en el historial, lo mismo ocurre, por caso, con Almirante Brown). No obstante, permanecer largas temporadas en la cuarta división del fútbol argentino no ha mitigado fervores, militancias y peregrinaciones de los hinchas villeros por terrenos desapacibles que, eso sí, conservan los rasgos del potrero profundo. La estadística de las dos últimas décadas arroja un número elocuente, en consonancia con un pasado en el cual abundan crisis futbolísticas: desde hace 15 años Excursionistas juega en la C y enfrenta con asiduidad a rivales habituados a la divisional, por ejemplo Justo José de Urquiza o General Lamadrid y otros aún más inferiores, que provienen de la D y lograron afianzarse (Fénix, Barracas Bolívar, entre otros). Sin embargo, los hinchas perseveran.
Claro que un club no son solo resultados sino también equipos que, a lo largo de una trayectoria, dejaron una marca, como aquella formación ideada por Néstor Rapa en 2001 que finalmente no subió debido a la injusta organización, el del ascenso a la b en 1994 que cerró un ciclo de 22 años en la C aunque por poco tiempo (descendió al año siguiente) o, más actuales, la versión 2009-2010 que dirige Sergio Rondina llamado a devolver al club al lugar que sobradamente merece. La lista de grandes conjuntos no hace justicia con otros equipos notables, simplemente intenta puntualizar -arbitrariamente- determinados momentos de esplendor.
Y un club, además, son sus jugadores referentes que, en distintas etapas y circunstancias, aportaron al crecimiento y el prestigio de la institución, por citar algunos destacables: el Beto
Horvath, el Loco Seria, Ricardo Mazariche, Oscar Fonseca Gómez y el vigente polaco De la Marchesina.
En definitiva, Excursionistas conmemora 100 años de una historia donde escasea la gloria y sobran infortunios y desdichas. Pero hay un raro y saludable gesto que debe subrayarse. La gran mayoría de nosotros, alguna vez y aunque más no sea mediante relatos de terceros, hemos conocido a un hincha de Excursio. Ninguno -al menos los que conversaron con quien escribe-, y pese a las continuas decepciones, parece resignado a soñar epopeyas, triunfos en la Bombonera, duelos con el Barcelona o el Real Madrid en el pequeño templo de Pampa y Miñones (el Coliseo del Bajo como también lo bautizaron) o -simplemente- abandonar la categoría que lo retiene desde el 95. Es, como dijimos, una manera de perseverar.
Más todavía: hace poco, un hincha que fue ayudante de Rapa, dirigente de la institución y cronista de la agencia Télam, decidió finalmente emigrar del Bajo y fundar un club en una pequeña localidad de la provincia de Córdoba, Santa Rosa de Calamuchita. "Vamos de a poco, pero la idea es competir, armar algo, hacer historia. Construir desde abajo un lugar en el mundo". El gran objetivo del flamante club; participar del Torneo Argentino en 2015. El nombre: Asociación Civil Excursionistas de Santa Rosa del Río.
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