miércoles, febrero 10, 2010

SELECCIÓN NACIONAL // Campañas


El título del post no alude al muy buen programa que conducía el versátil Gonzalo Bonadeo, un auténtico polibrubro del deporte como Gustavo Kuffner. Tampoco remite a la marcha en el presente Clausura de Boca, River o Racing. Nos referimos, una vez más, a la Selección Nacional que dirige un personaje ignoto de este país, vapuleado desde distintos estamentos privados a raíz de un ciclo plagado de contradicciones, errores en la conducción e intereses que trascienden al juego.

La novedad en el discurso de ciertos emisarios mediáticos, de acuerdo con un panorama donde retacean entusiasmos y apoyos, es apelar a los números en tono presuntamente jocoso. "Se viene el 102, el 105, el 108", aurgüyen, en relación con la manía de Maradona por convocar a cuanto jugador encadene una racha de partidos aceptables, ya sea en las cotizadas ligas del exterior o en el ámbito doméstico. Sería ético que muchos de estos comunicadores contabilicen, también, la cantidad de elogios que le dispensaron al diez tras su arribo al cargo, en octubre 2008 (recordemos que todas las encuestas públicas daban como candidato a suceder a Basile a Carlos Bianchi), manifiestos en apelaciones a la mística, la gesta heorica de la muchachada del '86, los especiales con la historia de Diego.

Las mentadas convocatorias, a partir de una mirada indulgente, quizás obedezcan, en realidad, a una búsqueda genuina del entrenador, a un intento para democratizar el seleccionado, a reivindicar su condición de seleccionador que mira todos y cada uno de los rincones de la patria. Pero no. Definitivamente no hay modo de esquivar la crítica, claro que amplificada y repetida hasta el cansancio si viene de actores implicados en la conferencia de Montevideo. Entre otros motivos porque no se vislumbra un proyecto ni un plan con cada llamado y porque detrás, y no tan detrás, asoma la oscura figura de Bilardo en el concierto albiceleste, "Carlos Salvador Cobos", como la rebautizó la revista Un Caño.

En rigor, y como se sostiene desde algunos espacios no obsesionados con obstruir y horadar un ciclo más en la trayectoria del seleccionado, Maradona podría cerrar la etapa de prueba y focalizar en un trabajo con no más de 30 futbolistas, una base que le permita delinear el funcionamiento del equipo -a qué se juega- y, de este modo, anunciar con algún fundamento la esperada lista de 23. Partidos como los de los últimos meses, ya sean ante Jamaica, Polonia o Costa Rica, se inscriben dentro de un proyecto interesante a corto y mediano plazo, bien recibido en los pueblos y ciudades del interior, pero improductivo si se olvida que hay un grupo que construir a la brevedad y una campaña para resignificar en todos los órdenes.

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