En un partido accidentado y mal jugado, Vélez comenzó con éxito su participación en la 51ª edición de la Copa Libertadores al derrotar a Cruzeiro de Brasil por dos a cero. La victoria, importante teniendo en cuenta la jerarquía de algunos integrantes del grupo y el cambio organizativo -clasifican los primeros de cada zona y los 6 mejores segundos- decantó tras dos incidencias puntuales, ambas en el primer tiempo: el tempranero gol de Santiago Silva y las expulsiones de dos hombres de Cruzeiro.
Resultado al margen, la actuación del cuadro de Liniers ofreció claroscuros en su rendimiento, especialmente por no saber administrar el control del juego pese a la ventaja de jugar con dos hombres más durante gran parte del partido y por ciertos movimientos previsibles en ataque y no pocas desaveniencias en defensa. Nada para alarmarse, es cierto, pero sí un llamado de atención ya que la presencia de Cruzeiro y Colo Colo en el grupo 7 supone paridad, disputa y hostilidades propias de la Libetadores.
De cualquier manera, Vélez es uno de los representantes argentinos con más chances de arribar a los tramos finales del certamen debido a su plantel abundante y calificado, y cierta mística copera adquirida desde los tiempos de Bianchi. Buenas razones para ilusionarse, más allá de un debut opaco y con resultado previsible tras las rojas de los hombres azules que desnaturalizaron el encuentro.
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