domingo, agosto 30, 2009

Gol a gol


Como dijimos en artículos anteriores, los veteranos sobresalen a fuerza de gambetas, atajadas, roce, amarillas y -obvio- goles. Y hablando de goles, viene bien referirse a Martín Palermo, romperredes de arcos y rachas, goleador implacable, prócer xeneize que sabrá inspirar estatuas y agradecimientos infinitos. Transcurrido el tiempo, la historiagrafía reportará seis nombres seis entre un centenar de apellidos boquenses: Cherro, Boyé, Tarasconi, Varrallo, Sarlanga y Palermo. Tal vez el Titán ocupe el primer lugar de ese lujoso y consultadísimo podio.
Yendo a los hechos del domingo, Boca cifra buena parte de sus expectativas en el rendimiento colectivo. Es cierto: no fue la mejor tarde del equipo xeneize en el sur, pero cabe apuntar que mereció ganar en un escenario especial y problemático que asegura derrotas para los visitantes. Tuvo convicciones para defender la pelota y determinación para ganarlo, dos cualidades que distinguen a equipos protagonistas y ambiciosos. La otra clave del triunfo remite a las calidades de una plantilla numerosa y bien estructurada, factor clave para sostener las aspiraciones teniendo en cuenta la maratónica gira invernal y un segundo semestre exigente. En suma: triunfo importante de Boca que reafirma candidaturas y termina con la infausta racha de dos partidos oficiales sin ganar.
Pero Boca también debe su victoria y la condición de favorito a Palermo, el jugador imprescindible, el hombre de las mil resurrecciones, el 9 que la Selección Nacional -con o sin razón- olvidó tempranamente. El jugador, finalmente, que sacude la modorra con alguna aparición inclasificable y genial a la vez.
Una clave para entender la vigencia de un ciclo exitoso.Podrá menguar el funcionamiento colectivo, podrá jugar pésimo el poker de estrellas, podrá fallar el arquero celeste, lo que no falta nunca es el aporte de Palermo. Y con Palermo hay un Boca posible y hay un fútbol argentino que reescribe su historia cada domingo.

1 comentario:

Pablo Suárez dijo...

Maradona leyó esta nota y se terminó de decidir

está bien, mal que nos pese, es así.

Saludos