sábado, agosto 27, 2005

Ernesto dice

El pensamiento es parecido pero distinto. No reniego de la tradición del fútbol argentino y coincido con que hasta lo más asquerosamente rígido se rompe con la inspiración. O no recuerdan un Estudiantes 0 - River 1 en cancha de Véñez con gol de Marcelo Pichi Escudero donde el Profe Córdoba había planeado a la perfección la anulación de ese River de estrellas que no podía desarrollar su juego habitualmente demoledor. Le salió casi a la perfección. Pero bastó un taco del Enzo inmortal para dejar solo al perro ese que definió cerrando los ojos. Ello muestra como el jugar para que el otro no juegue te anula. Un taco, una rabona, una "desobediencia táctica" en noventa minutos atenta contra el Alfaro más despierto. Los equipos de Bielsa siempre juegan con la misma intención. En cualquier cancha del mundo. Ante cualquier rival. Y ganan por demolición. Lo estético está en función de lo colectivo. Y no sé bien cuales son las fuentes. Porque yo al Tucho Méndez y al Charro Moreno los vi por Sucesos Argentinos. Y más cercano, un equipo indiscutiblemente criollo como el Estudiantes de Zubeldía sigue siendo el único que dio una vuelta en Old Trafford. Y Menotti abrazado con Videla con La Fiesta de Todos no me cierra. Ni adentro, ni afuera de la cancha. Y Bilardo llenando bidones tampoco. No me gusta el pragmatismo tramposo, pero tampoco la mentira de café porque el fútbol no pasa necesariamente por el fútbol. Es una relación social. De amigos que juegan un prode, de la cargada del lunes, del comentario de dos sujetos que solo se dicen "y cómo la ves" y no hace falta más nada que agregan, ya se sabe de qué hablan. Retomando, si Agüero es Romario quedate en el club, no huyas, porque con un pibe así te salvas. Si tu doctorado en Sociología es insignificante al lado de la pasión del fútbol no creo que ésta la encuentres dirigiendo a un equipo sudafricano. O el dólar te tapa la convicción? La tradición merece que todo el tiempo esté resignificada. Por eso me sigue gustando que Manso tire un caño y sigo detestando que Pusineri y el Cata Díaz peguen como sucios. Eso no va a cambiar nunca. Pero entre el pragmatismo "inteligente" y el chamuyo old fashion hay intersticios que representan lo novedoso, que se apropian de la novedad. No hay que ser un intelectual para ello, ni leer a la Kristeva. Al Pelado Díaz nunca le gustaron los perros, sus equipos siempre jugaron bien y no tiene un Master en Princeton. Si siguen bien las declaraciones de Ramón verán como respeta a Bielsa y como hay una coincidencia en la elección de actores. El juego merece ser deconstruido como toda actividad colectiva porque yo me canso de ver siempre los mismos partidos, o ustedes no? No son todos los partidos iguales? Cambiemos las camisetas y la verdad Boca el otro día era Quilmes, no noté la diferencia entre Bilos y Palermo con Alayes y Desábato. Lo moderno no pasa nunca de moda, por eso es moderno, no tiene principio ni fin, se autoconstruye permanentemente. Eso no quita que esté como un enfermo frente al televisor haciendole cuernitos al rival y rogando que el Tecla la meta de una puta vez. Un filósofo inglés decía que el fútbol no era cuestión de vida o muerte, sino que era mucho más que eso. Y yo también prefiero el desorden al orden, prefiero el caos, siempre. Pero pensado.
Por lo menos así lo veo yo (Guillermo Nimo, 1985)
Ernesto

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