sábado, agosto 27, 2005

Cantame canta Walter cantame un gol

Videla, Menotti, Tucho Méndez, Cappa, Pichi Escudero, Bielsa "resignificado", en fin, una ensalada rica pero con muchos ingredientes. Desglosemos.
1-Por qué la pasión del fútbol no se puede encontrar en África: las selecciones africanas, en su mayoría, juegan a la pelota. Cappa, no olvidemos, rechazó dos ofertas de equipos europeos (que pagan, obviamente, muy bien). Pocos jugadores me deslumbraron como JJ Okocha, africano, dueño de una técnica impresionante. O acaso la liga inglesa, ponderada por muchos, no es el reino del centro a la olla, del roce físico, del negocio millonario (por favor basta con el verso de que juegan por abajo, me cansé de ver al bambino pons y hacer zapping deseperadamente buscando un fútbol peor aunque más cercano afectivamente: el del ascenso querido)
2-Precisamente porque es una relación social, reinvindiquemos al café cuyo abanderado -que duda cabe- son Basile y Menotti. El café, como momento de reflexión pero también como posibilidad de encuentro. El café, la vida, lugar de las emociones, de la contemplación silenciosa, de la espera amorosa. Templo sagrado de la bohemia, de la discusión inútil pero también de los sueños postergados y las esperanzas que nos esperan. ¿Por qué está mal, en el fútbol, condenar al café? ¿Por qué la verdad estaría en otro lado?, ¿por qué en el fútbol debiera existir una verdad? Y sí así fuera, quién es el dueño de esa verdad. Posiblemente ni Menotti, ni Bilardo, ni Niembro, ni Falcioni, ni Alfaro, ni Ramón Díaz, ni Provitilo, ni Schneider.
3-Pareciera que reconocerse Menotista es un pecado inadmisible, un defecto congénito, una fatalidad del destino, lo mismo pasa con algunos bilardistas. Cabe la crítica, eso sí, reconocer que uno puede no estar de acuerdo ni con uno ni con otro. El riesgo es creer que son iguales y no asumir -como sucede en el campo de la política- que en el medio hay una batalla de ideas que no ha sido saldada, que sigue en pie, que debemos combatir todos los días. En esto acuerdo con Pagani: yo creo que efectivamente hay un fútbol de derecha y otro de izquierda. (y no caigamos en la chicana de Niembro, sos combativo pero trabajás en Clarín, qué tiene que ver?). Por caso, Bielsa -pongo la firma- adscribe ideológicamente a la escuela de Valdano, Cappa y el flaco desde las ideas, desde la reflexión y, fundamentalmente, el pensamiento. Aunque en el terreno, se sabe, la historia transita por caminos diferentes. Y eso forma parte del gusto, el estilo. Ya sé, Bielsa plantea la superación de la vieja dicotomía...Ufff
4- Ganar por demolición. Está bien, y? Que me dejó ese partido sino una sucesión de movimientos repetidos, mecanizados y atrofiados. Con Bielsa -ahí sí- todos los partidos eran iguales. ¿A quién beneficia ganar por demolición? Tinelli, en otro rubro, gana supuestamente por demolición. Y? ¿Qué viene después de la chatarra? Más chatarra, más de los mismo, más vacíos, más fragmentos.
5-Sinceramente, prefiero la pausa, me gusta Riquelme y no Verón, me gusta más Gago que Almeyda, prefiero línea de 4 a jugar con 3 en el fondo, me quedo con un wing como Estévez a un carrillero atolondrado, un loco inspirado (que piensa) a un obediente que no puede escapar de su libreto. Un Capria a un Verón, un Saviola a un Rosales.
6-No, Boca no es igual a Quilmes como el Cata Díaz no es igual a Schiavi. Por favor tengamos claro esto. Vayamos al antecedente más cercano: Quilmes gritó, hasta el momento, 1 gol (de orto). Boca hizo 6 y contra los jujeños pudo haber hecho 10. Creer que la antesala de un partido de Boca es lo mismo a uno del Cervero, es confundir(nos) más de lo que estamos. Si yo repaso una formación y leo: Caneo, Alayes, Pietravallo. Y comparo otra con Insúa (amargo), Gago, Delgado y el negro Ibarra, las diferencias están más claras. Y si la duda pasa por el juego, el fútbol es también la esperanza que aportan las individualidades. Espero algo de Capria, de Delgado, de Aguero, de Giovanni, siempre persiste esa esperanza. El otro día pensaba, en relación a esto que plantea Ernesto, ¿miro los partidos con afán de que mi equipo gane y nada más, celebro las derrotas del rival y a otra cosa?. ¿Dónde queda el placer estético, me preguntaba, y el espectáculo de las tribunas y la jugada que me saque de la modorra? Pienso que no es ni una cosa ni la otra. Se trata de buscar el equilibrio. Y si mi esfuerzo por buscar, y si lo afortunadamente lo encuentro, seguramente me voy a convencer que Boca no juega igual a Quilmes.7-"Lo moderno", con comillas, como la moda, pasan. Ineludiblemente. Porque habrá otros que superarán a Falcioni y Alfaro. Y si lo supera Menotti o Basile, pregunto: ¿serán modernos? No confundir moderno con modernidad. Aludo, sencillamente, que ahora se necesitan técnicos "modernos" (yo mismo incurrí en ese error). Pero ¿qué es lo moderno?, Bielsa, Alfaro. Nada me ha conmovido más en el fútbol que ver jugar -en alguna oportunidad- a un equipo de Menotti (hasta llegué a hinchar en contra de River) porque cuando pudo -o supo- conjugó todo lo hermoso de este juego: habilidad, riesgo, improvisación, errores, azar, psicología y, fundamentalmente, ver equipos que juegan simple, con jugadores que piensan y juegan a la pelota.
8-Por eso -en la vorágine de noticias- lucho, combato, imploro, milito activamente contra estos "modernos" que son reporonga porque trabajan la pelota parada, juegan de contragolpe, la llevan al corner y aprietan al rival a la salida. Porque la tradición, en definitiva, nunca se la rehace ni se la confisca al archivo de una memoria muerta. La tradición, simplemente, está. Y gracias a que permanece, el viernes iré orgulloso con mis 300 pesos en el bolsillo, ahorrados con esfuerzo y sudor, a comprarme el deco que alimente la esperanza de ver esa jugada que siempre espero y que, últimamente, nunca llega.
Perdón por la extensión y sin animo de ofensas, vale mucho este intercambio
Con afecto y "cantame, cantame Walter cantame un gol"
Pablo "Walter gol" Saavedra

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