jueves, septiembre 16, 2010

SAN LORENZO // Santos y diablos, vienen marchando


Todavía sin demasiada repercusión en los medios masivos pero de indudable trascendencia para el futuro de la entidad, en pocos meses los asociados de San Lorenzo elegirán al nuevo presidente que gestionará los destinos del club durante los próximos tres años. Se trata de un comicio singular, lleno de curiosidades y negociaciones subrepticias, personajes de importancia según sus biografías y sus plataformas político-deportivas, los cuales deberán afrontar complejas tareas en caso de ser favorecidos por el voto de los casi 10 mil socios habilitados para sufragar. Una de ellas, indudablemente la más relevante, será remontar el pasivo de una institución que hoy supera los 100 millones de pesos, al margen de una deuda futbolística a esta altura intolerable para su nutrida parcialidad: la ausencia de la Copa Libertadores en sus vitrinas.


No obstante, el discurso de los 6 aspirantes al cargo mayor subrayan promisorias iniciativas tendientes a regularizar el aspecto financiero y crecer en el plano deportivo e institucional, consolidar la "marca San Lorenzo" según algunos de ellos, en un gesto nítido que expresa los beneficios de acceder a la presidencia de un club con historia, el grado de visibilidad pública que conlleva y los distintos tipos de intereses personales cuando asoma la posibilidad de acumular poder.  En ese panorama, la varipiopinta nómina de candidatos abre un juego de posibilidades y futuros acuerdos ni bien se acerque la fecha del acto eleccionario, prevista para el 11 de diciembre. Entre los postulantes figuran Fernando Miele, envalentonado tras haber sido sobreseído recientemente en la causa por administración fraudulenta, quien afirma sin rubores "tener la necesidad de terminar lo que dejamos por la mitad", si bien esa mitad abarca 14 años de mandato ininterrumpido y aun no está habilitado para presentarse dado que no recuperó su condición de asociado. Por su parte, autoexcluido Rafael Savino, el oficialismo lleva como nombre fuerte a Claudio Di Meglio (actual tesorero), acompañado por un histórico, Horacio Arreceygor, y -entre otras personalidades-el diputado de Nuevo Encuentro, Gonzalo Ruanova; mientras que Cruzada por San Lorenzo conformada por los autoconvocados, denominación cargada de múltiples significados, irán al comicio con Claudio De Simone como aspirante al sillón y el reaseaguro ante los socios de ser un grupo genunio surgido desde la base, la subcomisión del hincha.



Los otros 3 postulantes opositores revisten especial importancia, de acuerdo con sus patrimonios, contactos, procedencias y apoyos conseguidos. Uno de quienes reúne mayores chances para suceder a Savino y desbancar al oficialismo es el joven abogado Marcelo Moretti -hijo del vicepresidente de Editorial Perfil Luis Moretti-, quien propone -entre otras medidas- convocar a Marcelo Tinelli para reforzar la política de marketing, ensanchar la cantidad de socios, achicar el gasto en el fútbol profesional y una vuelta "paulatina" a Boedo, el barrio de origen.

También dice tener posibilidades de ganar Carlos Abdo, ex integrante del Grupo Inversor que desembarcó en San Lorenzo hace poco años, actualmente es titular del Grupo Estática Internacional (dueña de los derechos de publicidad en los estadios de fútbol argentino), que posee porcentajes en los pases de varios futbolistas y, quien tendría "un plan", como diría el empresario colombiano Francisco De Narváez. ¿Qué plan? Si bien manifestó la intención de regresar a Boedo, su programa incluye reestructurar la relación con socios e hinchas mediante diversas obras, entre ellas remodelar el Nuevo Gasómetro para que esté "a la altura de los mejores del mundo", convertir a la sede de Avenida La Plata en un "ícono social y deportivo" y focalizar en un fuerte campaña de marketing asentada en algunas particulares iniciativas: el marketing "responsable" (orientado a generar objetivos deseables para la sociedad en su conjunto), y "relacional" (formalizar relaciones duraderas con los hinchas, "redefiniéndolos como miembro de un único club"; habría un carnet del hincha donde los socios -además de favorecer al club abonando 120 pesos- recibirían beneficios como participar de sorteos, una publicación periodística en forma regular y poder ver Casla TV, la señal propia de San Lorenzo.


Menos pendiente de la publicidad y las bondades de la imagen, la lista encabezada por Ramiro Monner Sans, hijo del abogado experto en denuncias con impacto mediático, Ricardo Monner Sans, también centra sus propuestas en la "Vuelta a Boedo", a partir de un proyecto que pondera la honestidad, la transparencia,la participación del socio, el trabajo en divisiones inferiores y una consigna con ribetes emotivos: "volver a estar orgullosos de San Lorenzo". En ese sentido, algunas ideas de esta lista integrada por las agrupaciones Progreso azulgrana y DeBoedovengo apelan a la trayectoria de estos nucleamientos en la vida institucional y a interesantes fundamentos para conducir la entidad: "Los intereses del club y sus objetivos como única prioridad (...) Sin identidad no se puede mirar de frente al futuro (...) Pasión, fe (..) Esas son nuestras armas". Al margen de la sencillas y conmovedoras proclamas, el único interrogante que suscita Más San Lorenzo -así se llama la lista- se liga con la agenda laboral de Monner Sans (h) en caso de ganar el comicio, ya que en agosto el atosigado Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires lo nombró como procurador general de la ciudad.

En suma, abundan opciones, promesas y palabras. Con el correr de los días, posiblemente se irá aclarando el escenario de acuerdo con el presente futbolístico de San Lorenzo, que suele reportar a favor del oficialismo si persisten los triunfos, y la difusión de las propuestas. Dos de esas propuestas son vitales o excluyentes, podría decirse con cierta exageración, al considerar las implicancias del proyecto de fútbol profesional y el retorno al barrio que identifica al club. De la comunicación y sus infinitas estrategias, pero también de la historia reciente, de la madurez y el discernimiento de los socios para elegir lo mejor para un club que es suyo y -sobre todo- de la potencialidad transformadora de la política sin fines de lucro, dependerá el resultado que, aquí sí, es lo único y más importante para el futuro de una entidad fundamental de la Argentina.

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