sábado, mayo 22, 2010

OPINIÓN // La lógica de Estudiantes


La primera parte del año para Estudiantes terminó con escándalo y entendible desazón. No haber ganado ninguno de los dos torneos por los cuales el cuadro platense hizo sobrados méritos para conseguir el menos uno, constituye un fracaso, según enseña un tipo de periodismo que explica los acontecimientos desde la lógica del éxito, independientemente de las formas, los estilos, las cualidades exhibidas.

Curiosamente no hubo mayores críticas desde ese sector que editorializa y descalifica cuando los derrotados de turno se oponen a esa lógica binaria y engañosa. Y, en rigor, poco se le puede cuestionar al equipo de Sabella: jugó bien en muchos partidos, fue el único conjunto argentino que peleó hasta las instancias decisivas en ambos torneos y mostró compromiso y determinación para responderle a una hinchada exigente y, en algunas situaciones, ingrata. Precisamente, un segmento del público pincha cargó contra Sabella -especialmente tras la eliminación en la Libertadores- con argumentos conocidos: la falta de tacto para cerrar los partidos con las viejas recetas asentadas en la trampa, la dilación, esa zona de la mentada mística pincharrata que clausura cualquier debate sobre el juego y la ética. Sería saludable que esos hinchas, aun en la derrota, reflexionen sobre las virtudes del equipo proyectado por Sabella y que, en tren de buscar culpables, sepan que los responsables de esta "frustración" fueron Desábato y Verón, dos referentes que se apartaron del discurso sencillo y honesto de su entrenador con actitudes deplorables, reafirmando ciertos mandatos de la escuela de Zubeldía: no tolerar perder, nutrirse de las estrategias más perniciosas para vencer.

La lógica de Estudiantes, por tanto, obliga a consignar los hechos de acuerdo con ese paradigma que concibe como único relato posible el de los ganadores. Estudiantes perdió, ergo, no hay allí injusticia sino fracaso. Resonante fracaso. Y olvido, claro, porque la historia -aparentemente-recuerda a los vencedores. Ahora bien: ¿alguien de verdad puede avalar que a este corajudo y ambicioso equipo de Sabella se le achaque que no existe ni existirá en ninguna memoria?.

1 comentario:

matiasmintz dijo...

Lo que yo creo es que la mìstica sigue. La Copa en la instituciòn es demasiado, a un punto impensado.
Yo tengo 21 nada màs y, gracias al cielo, estoy viviendo un gràn momento del club. Me acuerdo de comerme de a 6 cada vez que jugabamos contra River y èsto es el paraìso.
Un paladar exigente? puede ser, de momento. Pero no de plateìsta, sino de impotencia. Estudiantes se fue preso con medio Milan por trompadas en una intercontinental. Esa escuela de Zubeldìa pisa fuerte en el Club, es una insignia, y es asì. Como el hincha de Racing es seguidor y sufrido, el de Boca agrandado y ganador, etc. El Pincharrata tiene ese Bilardìsmo.
En èste momento tenemos un excelente tècnico, muy muy humano, y que le interesa que el club juegue bien. El ùnico planteo que se hace es "a què precio?" porque en èste momento podemos aspirar a pelear por màs cosas, pero siempre està el miedo de desarmarse y volver a la intrascendencia de la mitad de la tabla.
Por eso... tàn difìcil era agarrarse a trompadas y hacerse hechar de a uno en Dubai? Caìmos de pie, pero si nos hubièsemos parado de manos seguro volvìamos con otra intercontinental.
La verdad, què se yo. Què vuelvan las piñas si traen tìtulos. Bah, digo. O, mejor, que sea lo que Bilardo quiera.