miércoles, noviembre 04, 2009

Repechajes


De los próximos dos grandes acontecimientos políticos-culturales que tendrán en lugar en el Uruguay, llama la atención que ambos sucesos, en los dominios del lenguaje , presenten rasgos parecidos no solo en el sonido: ballottage y repechaje. Parecería una marca distintiva de los orientales, un castigo de la época o la culpa de esa cadencia de la voz que torna lento y previsible cada uno de sus movimientos, el hecho de que los orientales definan sus días por venir en instancias trascendentes. Pero conviene evitar esencialismos y juicios anticipados.
Desde aquí, un blog perdido en el complejo mundo de las redes de la información, creemos que uno solo de esos acontecimientos merece debates que incluyan la participación plena de los ciudadanos y un intenso despliegue comunicacional-propagandístico con perspectivas diversas. Hablamos, claro, de la cerrada elección entre el Frente Amplio y el Partido Rosado, como llamó José Mujica -candidato del oficialismo- a la alianza entre Blancos y Colorados. El periodista uruguayo Jorge Da Silveira, al parecer, no cree lo mismo que nosotros aunque no es el único.
Sin ir más lejos, hoy en la audición de Fernando Niembro caracterizó el partido ante la selección de Costa Rica, que entrega una plaza al boleto de Sudáfrica, como una batalla donde "los orientales nos jugamos el pellejo", cargó contra el entrenador Oscar Tábarez por postergar a Santiago Silva, artillero del Banfield argentino, y habló sobre aspectos tácticos en relación al fútbol que, en su condición de cronista del diario El País de Montevideo, parecería ser un asunto a discutir con especial interés, desde Bella Unión hasta Montevideo.
Y, en cierto modo, es como señala el comunicador uruguayo, si bien avanza la campaña electoral con movilizaciones populares de ambos lados, festivales callejeros, polémicas y debates televisivos que exceden culturalmente a Lilita Carrió o Gerardo Morales. Ocurre que, Da Silveiras al margen, el fútbol tiene su importancia. Porque es un patrón cultural de los pueblos y porque está en disputa llevar la mística o una identidad construida en el tiempo a la máxima cita futbolera. Ni hablemos en Uruguay, el país de los campeones del mundo en dos oportunidades, tierra de grandes jugadores que dejaron su huella.
Con orígenes, desarrollos y derivaciones diametralmente opuestos, repechaje y ballottage coinciden en algo: son definitorios en contiendas que presentan revancha varios años después. Y más allá que forzemos comparaciones y muchos banalicen dos momentos que impactan de forma disímil, el fútbol y la política, alguna vez, podrían coincidir en su faceta menos contaminada y nociva.

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