viernes, noviembre 27, 2009

Mirar al super 8


Astrada incurre en los mismos, patéticos, errores que algunos de sus antecesores: la ortegadependencia. Suena inconcebible que con Mauro Díaz en el plantel, juvenil de notables condiciones, el entrenador se incline por un jugador que no es la mejor opción para reemplazar a Gallardo debido a causas hartoconocidas. El fanatismo y la obsecuencia boba desmerece el recuerdo y la gratitud con el ídolo. Desacraliza su figura. De este modo, se perjudican todos; Ortega, porque constata una imposibilidad, el técnico, porque resigna poder y confianza en su trabajo, y River, porque levanta un muro que cierra el paso a los pocos juveniles del club.

Después vendrán las correspondientes autocríticas. Donde todos y nadie son culpables.

Ya que están, muchachos dirigentes, podrían recomendar a la próxima gestión seguir incorporando viejos talentos del super 8 para cuando Díaz se vaya. JJ Borrelli y Luigi Villalba ofrecen panorama, amor por la camiseta y rondas de mates en la pieza de Almeyda con el mismo termo de siempre.

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