lunes, septiembre 26, 2005

Comentario 7

EL COMENTARIO
Por Pablo P.

El más malo, lejos...

Consulta a los otros dos del pozo: cuando Burruchaga decidió el cambio de Maceratessi por Calderón o Pavone, no intuyeron lo peor. Si dicen que sí, me anestesian la bronca aunque sea un ratito (precisamente hasta el miércoles 28/9, 21.45 hs, en ocasión de enfrentar al mafioso timao). Y como de penas andamos, qué decir de una nueva derrota, otra vez sin goles, otra vez sin alma, otra vez con Farías pegandole mordida y Zapata estremeciendo la siesta de mis vecinos.
Soy sincero: no creo en las responsabilidades de Merlo, él no tiene la culpa de la herencia negra que dejó el oligofrénico Jefe (el mismo que ahora de notas, relajado, y habla del gran plantel que formó). Mostaza agarró este rejuntado de perros porque quiere a River desde lo más profundo, no especuló con las elecciones y el apoyo popular que -intuyo- se hubiese ido a las nubes si reflexionaba seriamente en lo que se metía. Tampoco es cierto que no siguió en Estudiantes por un pre-acuerdo con JM, el hincha pincha debe saber que volverán a jugar una libertadores por Merlo, que hoy no están jugando con Chicago y Ben Hur por el rubio, que salieron del oprobio Bilardiano por el gran 5 que lleva una banda roja en su corazón..Más vale que Calderón y Alayes son pinchas y Mostaza no. Merlo es, fue y será de River, jamás un leoncito maricón de un pueblo boanerense..

Curioso lo de los pincharratas: silban a Mostaza, silban al tecla (récord de goles) y tiran las mismas flores que antes rejuntaban para no sufrir el inminente descenso. Precisamente, las flores, el viejo ídolo en ruinas (que se puso a propósito la campera de River) indica de qué están hechos estos pincharratas que consideran traidor a quien les devolvió identidad y vanoglorian a ídolos de bidón turbio, alfileres marca cañón y deslealtades de toda índole..

Pero las flores, Estudió y el doctor que le gusta a Alejo Fabbri, son la escuela que nos conducen a Falcioni, Alfaro, Bianchi sostenidos por una prensa miserable y voraz. Existe una línea de continuidad ineludible en todo esto cuya marca de origen nació en La Plata, el pueblito resentido, la ciudad acomplejada y sin horizontes de grandeza porque la grandeza, uno supone, nunca puede convocar a multitudes que celebran con la trampa como aliada fiel.

Punto aparte, Estudió.. Releía los primeros boletines y en una editorial señalo dos modelos/filosofías en disputa. Le hegemónica, en ese momento, conformada por el tándem Alfaro-Falcioni y una menos rígida y más interesante encarnada por Basile-Russo. Tras 8 fechas refuerzo aquél argumento y le agrego algo más fruto del intercambio que mantuvimos a través de este medio: que le vaya bien a Boca, desde mi óptica, es una buena noticia a futuro obviamente sacándome la camiseta. Basile es severamente resistido (tengo un amigo de informante) y Macri, lo dijo Hamilton de Un Caño, quería a Falcioni. Las victorias de Falcioni y Alfaro, tengámoslo claro, son derrotas a plazo fijo porque ahí se cocina el fútbol que viene, la fórmula ganadora, el discurso oficial. Necesitamos alternativas contra eso: soñar con el Olimpo de Omar que tan bien anticipó Ernesto, seguir los pasos de Racing cuando se vaya Rivarola (no todos tienen a Capria, Matute, Estévez y una joyita llamada Maxi Moralez en las gateras); observar las dudas de Gorosito en qué cristalizarán -el mejor partido que ví jugar este campeonato fue el de Lanús contra San Lorenzo- y, claro, soñar con el repunte de River porque nosotros no podemos hacer la plancha hasta el 2006. Somos River y una historia gloriosa detrás.

Finalmente, nadie quiere ver campeonar a Boca, por favor que eso quede claro: lejos estoy de afirmar que Boca juega bien. Pero la disciplina de los pragmáticos pareciera colapsar y en ese debate juegan las escuelas futbolísticas, las ideas que las sustentan y la ideología que subyacen por detrás. Esto, en cuanto al discusión futbolera cuando nos sacamos la pilcha del millo.

En relación a los afectos: Carlos Bianchi, el hombre del Banco Galicia, pierde seguido. Y pierde mal últimamente. A veces pienso que si era Menotti el DT, los triunfadores de siempre ya pedirían su cabeza sin ruborizaciones ni culpas. Pero el virrey es técnico del fútbol pragmático y moderno que les gusta y, por tanto, no podría ser castigado tan rápidamente. Eso sí: cuando aparece el pasado, las copas bosteras, los enrrollos mediáticos, pienso que está bien que pierdan los que creen que jugando a los penales se sale siempre campeón. Y también digo: por qué no pueden perder los que nos hicieron sufrir innumerables humillaciones; esto es fútbol y nada debiera ser definitivo, la justicia también juega en algunas oportunidades. Uno, al menos, quiere creer eso. Aunque las flores pinchas revoleteen y la fórmula ganadora sacuda la densa calma de un domingo que no pudo ser.

hasta la próxima

P.P

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