lunes, enero 17, 2011

INDEPENDIENTE // Año bisagra


El año no comenzó bien para Independiente aunque recién el próximo 25, cuando inicie su participación en la Copa Libertadores, habrá elementos más confiables para analizar la actualidad futbolística del cuadro de Mohamed. De los dos amistosos en Mar del Plata, por tanto, apenas puede señalarse la saludable intención de evaluar esquemas y jugadores, cotejar rendimientos con oponentes de similar jerarquía y tomar nota de aspectos negativos en el juego, sobre todo en el rubro defensivo.

Como se dijo en otra nota, es pertinente matizar las derrotas estivales dado el carácter de prueba de estos encuentros, lo cual no impide apuntar algunos datos importantes respecto de un equipo que enfrentará una temporada cargada de exigencias. Por ejemplo, la apuesta por Matías De Federico, flamante refuerzo, aporta variantes a un ataque dependiente al extremo de Andrés Silvera, teniendo en cuenta la movilidad del ex Huracán y Corinthians por todo el frente de ataque, su capacidad de asociarse criteriosamente con sus compañeros en la gestación del circuito ofensivo y ofrecerse como una alternativa más idónea a la de Mancuello, por buscar un parámetro cercano o con características parecidas en el plantel, menos lúcido y explosivo en los tramos finales. Otro tanto supone la contratación del colombiano Iván Vélez, quien mostró cualidades interesantes y viene a llenar un vacío tras la incomprensible partida de Luciano Vella y las discretas performances de Vallés en una zona clave del campo, si bien es prematuro sostener que ese marcado defícit está resuelto. Muchos colombianos con cartel- fútbolísticamente hablando- generaron expectativas a patir de detalladas referencias sobre sus virtudes, luego no corroboradas en la cancha.

Pero este corto verano de Independiente (solo dos encuentros en los clásicos torneos), además de las incorporaciones de De Federico y Vélez y los resultados del equipo, deja otras impresiones, entre ellas la diversidad de nombres y la consecuente amplitud del plantel con el que trabajará Mohamed, conformado con jugadores experimentados y jóvenes promisorios, a los que ahora se suman dos piezas que habría que considerar: Martín Gómez -reapareció sobre el final de 2010 tras una prolongada lesión- y el salteño Walter Busse, otro que regresa después de una larga ausencia, ambos con meritorios rendimientos vistiendo la camiseta roja y muy apreciados por los hinchas. Y hasta podría arribar un tercer refuerzo, de jerarquía según los pedidos del entrenador.

En un año extenuante con 6 competencias por delante, da la sensación de que existe material y opciones para afrontar dos complejos y simultáneos desafíos que marcarán el rumbo futuro de la institución: consolidarse nuevamente en el mapa internacional, la seña de identidad de los hinchas, sin perder de vista el torneo argentino con sus particularidades y escollos. Demasiado en juego, al cabo, para que el medio futbolero esté expectante y atento debido a que el 2011 indudablemente no es un año más en la trayectoria de un club impensadamente tonificado luego de obtener un título que, sin dudas, lo obliga a diseñar distintas planificaciones y estrategias. El armado del plantel, para tranquilidad de los hinchas, parece responder a esas imperiosas demandas.

P.P.

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