viernes, enero 21, 2011

FÚTBOL CHILENO // Otro proyecto para otro Bielsa



El último año sucedió en Chile un hecho curioso, no del todo sorprendente, pero sí con rasgos particulares: en los comicios presidenciales triunfó el candidato de centroderecha, Sebastián Piñera, sobre el espacio de la Concertación al cual pertenece Michele Bachelet, la ex mandataria, quien contaba con más del 80 % de imagen positiva antes de abandonar el poder. El opaco y devaluado perfil de Eduardo Frei (postulante de la Concertación), sumado al alejamiento de aliados influyentes, por ejemplo Marco Enríquez Ominami, y la multimillonaria campaña mediática de una derecha en condiciones de gobernar, propiciaron la victoria del hombre de sonrisa fácil y modales correctos.

Piñera, se sabe, cobró notoriedad pública a través del fútbol, alentado por asesores de marketing y grupos económicos que procuran proyectar a la escena política a candidatos que defiendan sus intereses, asentados en un modelo empresarial cuya única posibilidad de lograr adhesiones significativas pasan por el éxito deportivo. Ergo, a Piñera no le es ajeno el fútbol y su impacto en la vida social según los aportes sustantivos que realizó en Colo Colo, la entidad más popular del país trasandino, y la conformidad con la gestión privatista llevada adelante en la mayoría de los clubes de Chile, producto de una medida dispuesta por la Concertación en 2006: permitir que las instituciones se transformen en Sociedades Anónimas. Así, el cambio de autoridades en la Asociación Nacional de Fútbol Profesional de Chile (ANFP) parecería responder a dos factores concomitantes: por un lado, al modelo de institución que predomina en el país, por otro,  al  proyecto político de Piñera destinado a reconvertir o consolidar a entidades de bien público en empresas que persiguen el lucro.



Claro que la renovación de autoridades en el ente rector del fútbol chileno devino compleja, con una votación impugnada dado que el aspirante a suceder a Harold Mayne-Nicholls, Jorge Segovia, incumplía el artículo 164 de su reglamento, "que impide ser dirigentes de la entidad a aquellas personas que tengan una participación superior al 10% en empresas que hayan celebrado algún contrato con la ANFP o clubes asociados". Más aún, según ese reglamento, tampoco podría ser dirigente de la Unión Española. Pero además, Bielsa manifestó su partida de la Selección Chilena en caso de asumir Segovia, arguyendo fidelidad con Mayne-Nicholls, un hombre que confió en el rosarino, al que luego admiró, de acuerdo con la exhaustiva biografía realizada por el periodista argentino Román Iuchk, titulada Bielsa, el último romántico.

Lo concreto es que, inhabilitado el pope de Unión Española, Sergio Jadue sería el nuevo titular de la ANFP, dirigente de la lista opositora a Mayne-Nicholls, hecho que generó expectativas en el público chileno (casi en su totalidad apoya la continuidad de Bielsa) y llevó a que intervieniera Piñera, fiel a la demagogia de campaña. "Nunca hay que dejar las obras inconclusas, todo Chile quiere que esta obra siga y pueda llegar a un final feliz", declaró el actual presidente. No obstante, se sabe de la simpatía de Bielsa con Bachelet y de su fría relación con Piñera expresada en dos encuentros en el Palacio de la Moneda donde el entrenador poco menos que minimizó el gesto/saludo -cabe decir, interesado y con tonos rimbonantes- del presidente, antes y después del último mundial.

De modo que, en estos días, se define el futuro del Seleccionado de Chile, ya que para muchos no estaría sellada la partida del rosarino quien, a priori, dirigiría el último partido de la Roja en la madrugada de este domingo, frente a Estados Unidos, en Los Angeles. En caso de seguir, indudablemente, estaríamos asistiendo a otro Bielsa, hombre que edificó su exitosa trayectoria en base a una defensa de la ética y la coherencia con valores opuestos, definitivamente opuestos, a los de Piñera . Prueba de su dignidad y de su trabajo y de su perseverancia, por caso, la Federación Internacional de Historia y Estadística del Fútbol (IFFHS) lo eligió como uno de los diez mejores técnicos de la década, si bien ese ranking no parece confiable. Sergio Batista, de hecho, figura en un insólito puesto 73º. Calificaciones aparte, lo del ex entrenador de Newell's trastocó el fútbol transidino, incluso referente un como Iván Zamotano se pronunció a favor de la continuidad del Loco y´señaló con énfásis la transformación de la Selección chilena en el último período, aportando un ejemplo de cara a los próximos desafíos: "Ahora Chile no va a ver qué pasa a la Copa de América de este año, va a ganarla ".

Habrá que esperar, entonces, la decisión final de Bielsa. Y contemplar, por qué no, la posibilidad de que se anime a un nuevo y viejo desafío: confrontar con los poderes de siempre desde adentro. No será la primera vez aunque, debería saber Piñera, parece difícil que el rosarino cambie de valores y de conductas con ciertos factores de poder, lo cual supone que el proyecto del presidente chileno para el Seleccionado, de no ocurrir nada extraño, tiene una amenaza imposible de atenuar con demagogia, sonrisas, y mucha, pero mucha, hipocresía.

P.P.

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