sábado, enero 02, 2010

ANIVERSARIO // Crónicas de un Fortín


Suele decirse, con razón, que la memoria siempre es selectiva. Ocurre en diversos campos sociales y culturales, entre los cuales figura el deporte desde ya. Los hinchas de Vélez, quizás por esa razón, se sienten con derecho a ubicar a su club en la mesa de los grandes del fútbol argentino. Muchísimo más tras una sucesión logros deportivos recientes que lo ubican, indudablemente, como una de las entidades mejor administradas del fútbol argentino. Alcanza con repasar algunos datos actuales que avalan las creencias de los simpatizantes fortineros: en los últimos 17 años, Vélez obtuvo 11 títulos oficiales, 4 de ellos en competencias internacionales, su masa societaria trepa a casi 30 asociados con su cuota el día, construyó obras propias de una institución de primer mundo como la Villa Olímpica emplazada en Ituzaingó o la pileta olímpica en su templo de Liniers, y cosechó elogios unánimes por parte de un ambiente renuente al reconocimiento desinteresado.

Sin embargo, la historia abarca periplos más amplios, derroteros visibles, itinerarios donde anidan éxitos pero también momentos críticos. Cumplido el 100º aniversario de Vélez, viene bien un recuento sobre hechos, nombres, curiosidades y etapas claves de una de las instituciones afiliadas a la AFA con más proyección en la década que comienza, la institución -curiosamente- más joven del fútbol criollo junto con Lanús. Algunos hinchas de Vélez, envueltos en dos décadas de dicha y alegrías continuas, habrán reparado en los laberintos de esa historia cuyos rostros nítidos resuenan hasta hoy.


El constructor


Tras los inicios en la estación Floresta (ex Ferrocarril del Oeste, hoy General Sarmiento), la elección del nombre y los colores, y esos lógicos avatares de los nuevos clubes en el amateurismo, los primeros 50 años de Vélez, sin embargo, remiten a un nombre que explica su crecimiento y consolidación; José Amalfitani. Periodista del diario La Prensa y ex presidente de la institución entre 1923 y 1928, en 1941 se hizo cargo de recuperar al club tras sendos hechos desgraciados que pusieron en riesgo su permanencia un año antes: la pérdida de la categoría -su único descenso en la historia- y el desalojo de su estadio convertido en una auténtica fortaleza para los hinchas, el "Fortín" como lo bautizó un periodista del diario Crítica, situado entre las calles Basualdo y Guardia Nacional del barrio de Villa Luro.

Pepe Amalfitani, inaugurando una tradición de dirigentes comprometidos con el destino de su club que persiste hasta hoy, puso empeño para trabajar sobre aquellos despojos de la institución y produjo dos sucesos durante su gestión: la construcción de la nueva cancha, en el barrio de Liniers, y el primer título profesional en 1968, después de imponerse en un definitorio triangular que disputó junto con River y Racing.

Con toda justicia, el estadio que se levanta hoy frente a la avenida Juan B. Justo, escenario de encuentros internacionales y entrañables contiendas en el ámbito local, "el teatro Colón de la Argentina", se llama "José Amalfitani", en homenaje al constructor. No parece casual ni antojadizo. Si Vélez, como presumen sus hinchas, integra el grupo de colosos mucho le debe a su dirigente emprendedor, "uno de los mejores de todos los tiempos", como señalan hombres que conocieron y conocen la ardua y dificultosa tarea de conducir a un club.


Virrey de Liniers


Además de Amalfitani y la excelsa camada de dirigentes que continuaron su obra; Victorio Spinetto -leyenda de Vélez por su destacado aporte como jugador (45 goles en 240 partidos en los años '30) y director técnico (17 temporadas consecutivas entre 1942 y 1959)-, y Daniel Willington -de extraordinaria técnica, fue pieza clave del campeón del '68- existe otro nombre paradigmático e imprescindible que marcó un antes y un después en la historia de la entidad: Carlos Bianchi. También campeón del 68, máximo artillero del Fortín con 206 gritos y técnico multicampeón (el más ganador de Vélez), Bianchi es la figura deportiva más importante del club. En los primeros años de la década del ´90 ideó, desde su rol de entrenador, una formación que ganó absolutamente todo a partir del liderazgo de un jugador símbolo que revolucionó su puesto y el fútbol argentino: el arquero paraguayo José Luis Chilavert, quien conquistó 8 títulos en su paso por el club y anotó 48 goles.

Pero Bianchi, además de formar aquel equipo inolvidable, redefinió el lugar de Vélez en el fútbol argentino: lo hizo crecer fruto de un meritorio trabajo que incluyó -por sobre todas las cosas- revalorizar las divisiones inferiores, entendió que la hora demandaba un salto cualitativo, y sentó las bases de un equipo protagonista, impermeable a los cambios de entrenadores y la transferencia de jugadores. De ese modo, y tras el alejamiento del Virrey, los logros continuaron con Osvaldo Piazza, Marcelo Bielsa, Miguel Angel Russo y Ricardo Gareca. Un progreso manifiesto que estableció un rumbo en el camino futbolístico del club y, consecuentemente, augura nuevos triunfos.


Grandezas en debate


Teniendo en cuenta el sostenido crecimiento de la institución en el período que abarca de los '90 a esta parte, parece razonable que los hinchas reivindiquen la grandeza su club, su ingreso en el podio de ilustres, los títulos que hablan de una historia de gloria. Sin embargo, aún se discuten los merecimientos de Vélez para considerarlo a la altura de Boca, River, Independiente, San Lorenzo y Racing, los cinco grandes tradicionales. Suena injusto si se consideran los antecedentes inmediatos. Y suena lógico si el análisis contempla otras variables como la capacidad de convocatoria. De ser lineal la relación entre títulos y cantidad de hinchas, Vélez se ubicaría en el segundo o tercer escalofón de popularidad, algo que de ninguna manera es así, aunque hay indicios que permiten suponer que el club ensanchó su base de simpatizantes y adherentes.

De todos modos, nadie puede asegurar que estos mismos debates prosigan en 2060, cuando el Fortín celebre los 150 años de su vertiginosa, enigmática y fecunda historia.







4 comentarios:

Francisco dijo...

El crecimiento de Velez es magnifico, no lo ayuda la hinchada y tampoco los enfermos plateistas que tiene.

guido dijo...

Es un equipo chico, clásico de Ferro

MODO TERMO OFF

guido dijo...

Fue Brazenas a la fiesta de Velez?

Modo sangre en el ojo OFF

Ernesto dijo...

Guido, te moris de la envidia (?)