jueves, enero 14, 2010

RIVER // Sujetos a la incertidumbre


Antonio Caselli, en sus días de campaña proselitista, anunció con bombos y platillos acuerdos para contratar cuatro refuerzos rutilantes para el River 2010: el uruguayo Diego Lugano, el argentino Mariano Pavone, y los brasileros Julio Baptista y Adailton. Menos histriónico, Rodolfo D' Onofrio evitó decir quiénes serían los nuevas incorporaciones del plantel millonario aunque su eventual manager de fútbol, el intrépido Enzo Francescoli, sugirió que venía a River a "gestionar fútbol", a "reposicionar al club entre los grandes", con avales conocidos: la llegada de jugadores de calidad con la venia de grupos económicos y representantes curtidos en el oficio de explotar capitales ajenos.


Lo cierto es que tras el apretado triunfo de Daniel Passarella en el acto comicial se esfumaron los apellidos ilustres de Caselli y los nombres hipotéticos de D'Onofrio, y con ellos también parecería esfumarse una forma de hacer política en River, si bien trascendieron versiones relativas al apoyo económico de Caselli a la flamante gestión.


En ese escenario, novedoso y al mismo tiempo complejo, los hinchas de River deberán ser pacientes, adaptarse a un tiempo de austeridades y excesivas previsiones, aceptar que los millonarios, actualmente, residen en Bogotá (Colombia), y sobrellevar, quizás por un periódo más, la irritabilidad y el sosiego que genera un plantel devaluado, desabrido, afirmado en resortes últimos como la experiencia acumulada, la idolatría borrosa, esos últimos vestigios de una historia a refundar ya. Por eso conviene moderar las expectativas, y comprender que 8 años de práctica fallida, desvergonzada, no salen gratis. Como tampoco salen gratis los refuerzos prometidos por influyentes empresarios-dirigentes que, de haber ganado, hubiesen dinamitado algo más que una economía raquítica: nada menos que el sentido pertenencia, y los fervores legítimos que genera un club de fútbol.



Aun así, y pese a la sumatoria de factores adversos ( jugadores que eligen Banfield o Lanús, apremios con el promedio, actuaciones fallidas, vergüenzas continuas, escaso recambio) River elige, en aparencia, transitar por un camino distinto en comparación con la última década. Con incertidumbres, desde ya, pero son las incertidumbres -precisamente- las que abrigan alguna esperanza.

1 comentario:

Tres bufones muertos dijo...

River necesita un nueve en forma urgente. Dejar ir a Danilo Gerlo fué un gravísimo error (?)
Los desaciertos se pagan caro.