lunes, agosto 29, 2011

ALL BOYS // Adentro y afuera



Para algún desprevenido, Vélez no es uno de los clásicos de All Boys. Tampoco lo fue ni posiblemente lo será, habida cuenta de una historia con trayectos distintos, objetivos e intereses diferentes a futuro y circunstanciales situaciones deportivas que podrán variar con el tiempo teniendo en cuenta la dinámica cambiante del fútbol argentino. Pero sí es un partido importante para los hinchas, especialmente los de Floresta, dado que intervienen cuestiones ligadas con el territorio, ámbito donde se construyeron fuertes identidades desde la década del 90 a esta parte. La cercanía geográfica, sumada a la ausencia de los viejos oponentes de ambos (Nueva Chicago y Ferro) y nuevos alineamientos surgidos de progresos institucionales compartidos en una zona también compartida, hicieron de este duelo un encuentro con matices, en cierto modo picante y muy esperado en Floresta por los más jóvenes, muchos ellos sin vivir aún la experiencia del clásico con Chicago. El rival de siempre que, fruto de estas realidades inestables y oscilantes, también rivaliza con Vélez.

Habrá que seguir de cerca, por tanto, el devenir de este duelo y algunas notas aleatorias que dejó su reciente edición para All Boys. Por caso, la caravana rumbo a Liniers recordó las viejas peregrinaciones a Mataderos, con el orgullo barrial a flor de piel y esa emoción colectiva de estar en la antesala de un gran acontecimiento; y un ejemplo a tener en cuenta, si bien forzado, antojadizo y no transferible, aunque revelador de cómo se cimentan las rivalidades en los últimos años: Lanús y Banfield, dos clubes del sur del Gran Buenos importantes en su debido momento como Temperley, Los Andes, Quilmes o Talleres de Escalada, hoy protagonizan el "clásico del sur", en una rivalidad ceñida a aspectos futbolísticos, fundamentalmente, además de la cercana distancia que explican los enconos y las disputas entre ambos. Vélez y All Boys es un partido que se inscribe en otra trama, huelga aclarar, ya que hay notorias diferencias en distintos planos, pero viene creciendo en interés de acuerdo con la trascendencia que le adjudica uno de los implicados y con este presente deportivo y espacial que los encuentra más próximos que nunca.

Se agrega un dato, asimismo, que los hinchas de All Boys valorarán tras este triunfo en Liniers. Y que refuerza la competencia con Vélez, a raíz de que el cuadro de Floresta inclinó el historial en su favor, cuya nómina de enfrentamientos no se reduce a cinco o 10 partidos sino a más de 20, con la siguiente síntesis en Primera: 7 victorias de All Boys, 8 empates y 6 triunfos de Vélez. Como con Chicago y Atlanta, también se celebra este triunfo por los números aunque más, mucho más, debido a la jerarquía del rival (el campeón del fútbol argentino) y a mejorar sustancialmente el rendimiento, luego de la floja actuación con Atlético Rafaela. Resultó clave, en tal sentido, el orden que exhibió el cuadro de José Romero durante todo el partido, apoyado en tres pilares fundamentales para mantener el temple y apuntalar al equipo en un encuentro muy especial, dado que Cambiasso, Perea (autor de un gol con fortuna pero buscado) y Matos fueron vitales en pasajes determinantes del partido, para abrochar una victoria trabajosa y muy festejada. En parte, y como se dijo, por un adversario ultragalordonado que jugaba en su cancha tonificado por marcar goles en sus 26 últimos partidos, y por las incidencias del juego teniendo en cuenta la expulsión de Soto, en el comienzo del segundo tiempo.

Pero existe un tercer aspecto importante del triunfo en Liniers vinculado con la motivación y el esfuerzo. Jugadores e hinchas sienten este tipo de encuentros de modo similar, razón por la cual prevalece otro ánimo para salir airosos de paradas muy difíciles en base a la entrega dentro y fuera de la cancha. El desafío es sostener ese ánimo y esa seriedad en otros duelos, que entregan puntos como todos, aunque estar en Primera -siempre conviene apuntarlo- no debería demandar tareas adicionales para lo que supo y sabe hacer muy bien este club: dejar el alma en la cancha y en la tribuna.

P.P.

2 comentarios:

Seba Ray dijo...

Tal cual Pablo, mejor imposible. Muchas veces decimos que "con huevo" al futbol no se gana. Pero se deja en evidencia que con "actitud" se pueden suplir falencias. Porque si no, es aún hoy, que no entiendo como jugando con un sólo delantero hayamos jugado el mejor partido del campeonato.
Y cómo no bancar aún mas a Pepe: Sólo el entendio el cambio de Matías (a priori temeroso) Pero el ingreso de Zapata oxigeno el carril derecho donde Rudler y Fernando ya no podian mantener el ritmo. Podremos decir muchas cosas de Pepe, me puedo bancar en la tribuna cuando lo reprueban pero estoy convencido que es él el único que puede trasmintir como es eso de dejar el alma con futbol en la cancha. Mas que una estatua se merece una calle por este barrio.
Un saludo.

TPP dijo...

Hola Seba: gracias por pasarte, como siempre. Desde luego que comparto la reflexión: muy buena síntesis.
Abrazo