miércoles, agosto 10, 2011

ALL BOYS // De dónde venimos



La décima temporada de All Boys en Primera obliga a ser cautos en los análisis y justos a la hora de reseñar errores. No se jugó bien en el debut con Belgrano, es cierto, pero debe considerarse que se trata del primer partido, de las dificultades de enfrentar a un adversario ultramotivado y de valorar este inicio en la máxima categoría, en las antípodas de compartir escenarios con Flandria o Brown de Adrogué, dos clubes simbólicos para este sitio. Sucede que si se pierde de vista el recorrido de estos años, los avances consumados en distintos planos, la exigencia podría redundar en la ingratitud y un olvido contraproducente que no se corresponde con el presente deportivo ni con la impronta de un club memorioso hasta de los nombres más infaustos.

Que All Boys juegue en Primera configura un dato para valorar independientemente de los resultados, lo cual de ningún modo supone conformarse con lo conseguido o no proponerse objetivos superiores. Simplemente ayuda a bajarle el tono al exitismo, influido por el discurso de algunos medios, y a disfrutar de este tiempo para muchos impensado luego de haber internalizado relatos que hablaban de un pasado alguna vez glorioso, especialmente quienes conocieron las canchas más hostiles, las derrotas más hondas, la sensación amarga de verse reflejado en un espejo impermeable al paso del tiempo. Por eso el cuestionamiento ante resultados adversos convive con la estela de un ciclo de crecimiento y fecundas alegrías, dado que sería engañoso creer que la historia de All Boys comenzó en 2008 con abundancia de triunfos y enemistades con Vélez y Argentinos Juniors. Detrás de este presente se esconden esfuerzos de años, sueños colectivos nacidos de la adversidad, batallas pasadas que se prolongan hasta hoy y mucha capacidad para absorber desengaños, errores evitables, crueles designios del destino.

Ese mecionado trayecto sirve para dimensionar que no es menor observar al cuadro de Floresta en la A. No es algo de todos los días o un hecho natural de su historia para rendirse a una crítica desmedida, quejosa, o a una obsecuencia interesada que no ayuda a lo que hoy debe ser la principal tarea: trabajar por el club desde distintos espacios como viene ocurriendo, conscientes de que lo primero es All Boys. Señalar lo que está mal y lo que está bien, sabiendo de los avatares de este club, da la sensación que es la mejor respuesta, la más constructiva, cuando lo prioritario es All Boys, un club de los hinchas y de los socios afirmado desde su condición barrial, no sometido a los dictados de una sola persona o sujeto a inoportunas acciones de personajes habituados al conflicto que enturbien los progresos de estos años .

En ese sentido, y aunque el resultado del debut dejó un sabor agridulce, cabe mirar otros aspectos. Las partidas de Fabbiani y Ortega, y los regresos de Stefanatto y Pérez García, a los que se suman otros dos jugadores de la casa como Coronel y Bargas, son noticias positivas, al margen del error de Darío con Belgrano y los interrogantes sobre los futuros rendimientos de los retornados. También la continuidad de José Romero, quien advierte la necesidad de mirar a las inferiores, da elementos para ser mesuradamente optimista. De cualquier manera, nada indica transitar la temporada sin contratiempos en la marcha, con dudas o replanteos agudos, además de denodados esfuerzos para mantenerse y creer en un horizonte con nuevas gestas por protagonizar.

¿Alguna vez lo fue?   

P.P.

2 comentarios:

Matias LR dijo...

Muy bueno Pablo, comparto. Habria que corregir, el apellido correcto del delantero es Bargas. Slds

TPP dijo...

gracias Matias, se me chispoteó.
Abrazo.