lunes, abril 25, 2011

ALL BOYS // Cuestión de fe



El cine latinoamericano guarda tesoros escondidos, verdaderas obras de arte que no siempre tienen la difusión que merecen. La película boliviana Cuestión de Fe es una de ellas a partir de sus imágenes conmovedoras y los trazos una historia aparentemente sencilla aunque cargada de sentidos y posibles lucubraciones relativas a la religión, la política, el destino y las caprichosas implicancias del azar. Repasando el film: a tres personajes le encargan la construcción de una virgen para trasladarla a un paraje perdido de la ciudad de La Paz. En el viaje se ponen de manifiesto diversos sentimientos sobre el objeto -la virgen- y el mandato que pesa sobre ella en función del deseo de los protagonistas -la llegada-, sazonada con escenas donde la naturaleza adquiere un papel predominante. No vamos a decir, como le gusta a ciertos analistas, "no se la pierdan". Alcanza con evocarla y reivindicar a un tipo de cine austero, emotivo y -sobre todo- bien hecho.

La referencia a esta película acaso podría tener correlato, con todas las salvedades del caso, en el tránsito de All Boys por la máxima categoría. Un viaje en el cual también aparecen obstáculos, objetivos y complejos desafíos. Vaya si no le era enfrentar a Independiente teniendo en cuenta un cúmulo de razones que tornaban al partido perdible dada la trayectoria del rival, el escenario de la contienda, el plantel de unos y otros, y la necesidad del cuadro de Avellaneda de reponerse a una dura derrota en su clásico zonal. Ni hablemos si se considera lo que fue el trámite del encuentro, adverso en el resultado y en el juego durante la primera etapa, si bien All Boys aportó bastante con su actitud cautelosa y la comprensible inexperiencia de retornar a ese estadio tras 31 años, además de una breve racha favorable de Independiente en condición de local con 1 empate y 2 triunfos (ambos por goleada). Haberlo empatado y hasta ganado en los minutos finales de no mediar una oportuna intervención de un defensor del Rojo constituye un mérito y un nuevo ejemplo de los misterios de este juego. También un logro derivado de la creencia y de la fe.




Asimismo, el encuentro dejó otras impresiones. Por un lado, los conocidos desacoples defensivos producto de la posición retrasada en el campo, un plan que no suele ejecutar con éxito el cuadro de José Romero y un plan que, en proporción, deviene ineficaz para obtener resultados, primera necesidad de All Boys en este momento. Por otro, y asociado con lo anterior, juntar a jugadores de buena técnica dota a este equipo de varias alternativas para doblegar al rival y lo reconcilia, al mismo tiempo, con el estilo que lo llevó a la Primera División. Recuperados futbolísticamente Emanuel Gigliotti y Ariel Zárate, la companía de Agustín Torassa y Sebastián Ereros le dan a All Boys otra consistencia, como ocurrió ante Independiente, sin dejar de consignar  el aporte de Ariel Ortega, en mejor estado físico y, ojalá, consciente de que parte de atrás que sus compañeros. Difícilmente todos ellos sean de la partida más allá del reiterado reclamo por Torassa, desequilibrante una vez más, pero se revela una opción idónea y redituable cuando se lee bien el partido y los cambios -todo un tema de debate en los últimos años del cual este sitio no es ajeno- se producen a tiempo.

Sobre las modificaciones implementadas también conviene decir algo. Expulsado Romero por la aplicación del reglamento, su ayudante, Aníbal Biggeri, estuvo activo desde el banco de suplentes y, seguramente, intercambió ideas con el técnico. Nada nuevo, cabe aclarar, ni tampoco determinante ya que los entrenadores no juegan. Sí puntualizar que Biggeri, alguna vez cuestionado, forma parte del conjunto y de este período inolvidable, lo cual -da la sensación- lo pone en carrera para la sucesión de Romero, inexorable más allá de cualquier resultado.Por lo pronto se trata de conjeturas ligadas, eso sí, con el espíritu de un ciclo al que no se le puede reprochar nada excepto la persistencia y la responsabilidad de honrar la camiseta. Ya se dijo, lo importante es cómo encarar la itinerancia, sobreponerse a los escollos independientemente de su influencia. Y así sucede con la mencionada película boliviana donde existe una meta y una promesa que nadie sabe si podrá alcanzarse o cumplirse. Lo que cuenta es el intento. Ingenuo, desordenado, lleno de obstinaciones, adherido al cuerpo de la historia de All Boys.

P.P

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