miércoles, diciembre 24, 2008

Uf


Ya está. Lo lógico y lo temido. Realidad y sufrimiento. Boca campeón. El título vigésimotercero de su historia. Uno más en la larga lista de logros acumulados en la última década. Sin fondo negro ni prematuros abandonos, desde este espacio, un post de cierre de temporada. Difícil, necesario. Por acertar un pronóstico más (de ahí venimos), por responder en esta malaria, este tiempo maldito, esta sucesión infinita de desdichas propias y dichas ajenas. Tristeza y rebeldía expandida en múltiples rostros, múltiples escenarios, múltiples escritos. Periodismo caliente, lecturas críticas de una época. Para destacar: el corajudo Tigre, el bienintencionado Lanús, el porvenir de Racing y Newell's. No alcanza. Telón para un año en que la gloria nos rozó de lejos. A contramano del tiempo. Un bálsamo que prefiguró algún entusiasmo, pero que no clausuró escepticismos, quejas, dudas, odios. Textos de barricada. Sombras. Año nuevo: nuevas noticias, nuevos relatos, nuevos diagnósticos desde la trinchera que conocemos y queremos. Pasión que despunta en cada barrio argentino. Ese pibito y su banda. El cemento esperando, una red limpita, un orgullo incomprensible y bien suyo. Emoción que marcha. Una historia para reparar entre el fondo negro del presente y el fondo rojo de los cursos venideros. Año nuevo, de nuevo: otras tonalidades, otros contornos, otras voces. Ojalá.

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