miércoles, febrero 16, 2011

FEBRERO // El fútbol triste


El mes del Carnaval, de la fiesta luminosa de los pueblos, de la distensión y de los amores novedosos, deparó lo contrario a la alegría en otro fenómeno de la cultura popular como el fútbol que incluye las citadas características. Y, en rigor, Febrero a muchos nos encuentra un poco apesadumbrados, serios, tal vez conscientes de que las injusticias y el paso del tiempo abarcan los designios de la pelota y las ilusiones que se tejen de modo irracional, apasionadamente, pero ancladas en las reglas de este juego lleno de incertidumbres y contingencias donde no siempre ganan los justos. O mejor: ganan muy de vez en cuando.

Primero fue el retiro de Ronaldo, un jugador de excepción que marcó a varias generaciones de futboleros con su estilo exquisito y una estela de goles y lujos en los 7 clubes en los cuales jugó (Cruzeiro, PSV, Barcelona, Inter, Real Madrid, Milan y Corinthians) y en la Selección de Brasil donde convirtó 62 goles en 97 partidos, algunos de ellos imposibles de olvidar dado que su clase y sus apariciones fulminantes parecían llamadas a dejar una marca. Definitivamente lejos de las canchas Maradona, Romario, Hagi, Stoichkov, Zidane, Van Basten, Cantoná, Francescoli, entre otros grandes de los últimos 20 años, Ronaldo quedaba como testimonio vivo de una época menos sobreactuada, fria, especuladora, una época  más genuina que, de alguna manera, inducía a pensar que todo estaba por hacerse y todo estaba por jugarse, que había lugar para rebeldías en serio detrás del talento de un puñado de futbolistas insolentes, distintos, formados en la escuela de brindarse a sus hinchas con empeño y mentalidad ganadora. Su despedida, emotiva y sincera, anuncia que se fue un verdadero animal del área, acaso el último crack.


Nicolás Casullo y Néstor Kirchner, Peronistas y de Racing. Dos que nunca bajaron los brazos. Como su hinchada.

Claro que si se habla de cracks, el fútbol, con sus azares y sus sorpresas, hizo que los argentinos también se esperanzaran y disfrutaran en el presente con un colombiano alto, de tranco cansino y mirada extraviada, cuyas destrezas en la cancha parecían rescatadas de otro momento de la historia. Gio Moreno, aunque suene exagerado, vino a refundar el fútbol local y generó, en mayor o menor medida, una corriente de simpatía en torno de sus cualidades y de su rápido conocimiento de los humores y las exigencias de nuestro torneo, al margen de esa rara sensación de observar en escena a un auténtico artista de este juego, con sus destellos creativos permanentes y también con su compromiso hacia el público. Precisamente, la lesión que lo deja afuera del Torneo Clausura configura un golpe duro de digerir para los hinchas, especialmente los de Racing, club que parece condenado a ilusiones pasajeras, festejos esporádicos y sufrimientos constantes, inmerecidos para una hinchada que acompaña y alienta como pocas, habitualmente obligada a sacar fuerzas para creer y soñar que allá lejos asoma, por fin, un futuro lleno de dicha.

No fue el verano ideal, indudablemente. Para los futboleros en general y los de Racing en particular, que viene golpeado tras reiterados y ajenos contratiempos con miras a redimir parte de sus infortunios en el Torneo Néstor Kirchner. Una vez que tiene todo, hasta el nombre del certamen, para reencontrar y honrar sus grandezas. La lesión del colombiano es un nuevo escollo en la trayectoria de La Academia, otra desventura, otro obstáculo difícil de metabolizar en este febrero triste que exige a todos los hinchas convivir con las ingratitudes, los finales y las injusticias que no mellan, afortunadamente, una pasión sostenida.

P.P.

3 comentarios:

Wes Anderson dijo...

groso.
Posta fue loco cuando me vi a mi mismo triste por la lesión de un jugador de otro equipo. Pero infladuras al margen (que las hay) ciertamente Gio Moreno..crá.
bueno, era eso nomás (?)

Wes Anderson dijo...

ah, a que se debe el nombre del blog?

TPP dijo...

Gracias Wes. El nombre del blog tiena una historia (?): comenzó cuando 3 tipos al pedo jugaban una boleta de prode semanalmente, pero con una salvedad: no pagaba la lotería nacional al ganador sino los otros dos contendientes (?). También es un homenaje a ese ciclo deportivo que cambió la TV argentina: Tres en el fondo, con Lázaro, Julio Papalardo y Cherquis.

abrazo