viernes, julio 24, 2009
El nuevo Racing
Racing comenzó la pretemporada entre ausencias y algunas bajas. Dos de ellas muy signiticativas: Franco Zucculini y Pablo Migliore seguirán sus carreras lejos del mítico Cilindro. Uno en el Hoffenheim de Alemania que invirtió una fortuna para contratar al joven mediocampista, el segundo en San Lorenzo de Almagro.
Sin embargo, la continuidad de Luguercio, Ramírez y Yacob fue bien recibida por los hinchas. Especialmente porque se logró evitar la diáspora y, consecuentemente, desarmar un equipo exitoso y en construcción. Un proceso refundacional que se inició con el triunfo de Roberto Molina, en diciembre pasado, tras la contundente derrota político-deportiva de Blanquiceleste S.A. A propósito: Guillermo Salatino, periodista fanático de Racing, sostiene lo contrario en su libro Racing, esa pasión inexplicable. Allí, el calificado analista de tenis defiende la gestión Marín y defiende, sobre todo, el modelo de gerenciamiento que le dio a Racing un título local luego de 35 años. (*)
Claro que a la permanencia de algunos players, se añade el masivo arribo de refuerzos que permite, con fundadas razones, imaginar un Racing candidato en el ámbito local y potencial participante de torneos internacionales. Steinert, Cahais, Ledesma, Velázquez, Rosano, Tavio y Brítez Ojeda, en tal sentido, no llegan a La Academia solo por razones de mercado o producto de coyunturas imprevistas, sino que obedecen a un minucioso estudio por parte de Caruso, el técnico enamorado de los medios y de la táctica, del fútbol del ascenso y de las mañas, de la hinchada de Racing y su pasión inclaudicable.
En relación a esto último, hay dos características esenciales en Caruso que exceden al ordenamiento táctico de sus equipos y el remanido argumento de técnico motivador que figura en su ficha. Caruso tiene claro qué significa el fútbol como fenómeno social y cultural, y habría que buscar por ahí las razones de su secreto. La otra virtud del ex entrenador de Argentinos, Tigre y Ñuls es la capacidad de conducción, basta observar el compromiso de los jugadores en la cancha para advertir ésta cualidad del técnico.
En consecuencia, Racing perfila un estilo asentado en la garra, el esfuerzo colectivo y la fidelidad a una historia donde, también, no escasean las frustraciones. Y donde el técnico cumple, de acuerdo con los cánones actuales, un rol preponderante.
Caruso, en rigor, parece moldeado a imagen y semejanza del club, con modos que pueden cuestionarse en algunos aspectos, pero indudablemente sostenidos en convicciones. La alegría de los hinchas de Racing desestiman considerarlo apenas "un vendedor de humo" incapaz de movilizar sentimientos profundos.
*agradecimiento: Diego Bartalotta
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