Hace poco nos referíamos a la primera baja millonaria, Eduardo Tuzzio. Ayer se confirmó la salida/abandono de Sebastián Abreu, quien había regresado a River por decisión propia -muy acertada cabe decir- tras su brevísimo paso por el fútbol israelí. Real Sociedad, de la segunda de España, será ahora el club que cobijará al uruguayo junto a sus termos, mates y vinchitas. Enfocar la cuestión por las conducta asumida por el delantero (mercenario, pesetero, traidor y todas las adjetivaciones negativas que ya conocemos)es, a mi juicio, un error. Con esta dirigencia, lo decimos por enésima vez, no hay sopresas: todo es demasiado coherente y demasiado lógico. También es demasiado triste. En charla con otros futboleros, conjeturábamos sobre el verano y las crónicas de la nada. ¿Qué o quién ocupará esas páginas? La respuesta era previsible desde marzo. Ojalá los otros autores de este blog puedan aportar alguna explicación menos circular y descifrar el destino de un club que, a esta altura, parece esfumarse en el anuncio intrascendente y monótono de su propio derrumbe.
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