Las crónicas del aguante, tan en boga para una sociología de deporte destinada -muchas a veces- más oscurecer antes que aclarar cuestiones vinculadas con los temas del fútbol, sumaron un nuevo capítulo en Floresta con el encuentro entre All Boys y Racing. Y la responsabilidad no remite al cantito de los hinchas locales, dolidos por el ensañamiento mediático con un jugador del club luego de la lesión del crack Giovani Moreno meses atrás, sino a los discursos de cierto periodismo encerrado en un decálogo hipócrita, apartado de la autocrítica y la denuncia seria. Nuevamente, ese sector arremetió contra un club humilde e inserto euna trama social de la que forman parte los medios de comunicación, al criticar la conducta de los simpatizantes de All Boys, quienes fijaron posición con virulencia, pero también con ironía, en el episodio entre Hugo Barrientos y Moreno. "Esta es la banda de Hugo Barrientos, la que te rompe los ligamentos" decía la letra del cantito, impugnada, repudiada y poco menos que causante de censura para ese sector imposibilitado de advertir las causas del conflicto, amén de englobar a todos los hinchas de All Boys como bárbaros e ignorantes porque, ya sabemos, “en Argentina no aprendemos más”.
Bien mirado el hecho, cabe detenerse en el doble estándar de la citada prensa. Un diario deportivo tituló en tapa "Que se vengan los macacos", en alusión a un futuro enfrentamiento con Brasil; una transmisión de un partido de verano vio charlar amablemente a un periodista y a un candidato a gobernador salteño que reivindicó el trabajo esclavo; otro programa dedicado a los hinchas puso al aire -en reiteradas ocasiones- insultos y agresiones variadas en clave exótica y humorística. Nunca, pero nunca, la prensa que hoy pondera sobre el buen folclore hizo autocrítica de ello, lo cual supone una posible conclusión: el inciso moral, desde hace rato, no anida en las canchas de fútbol ni en algunas redacciones, estudios de radios o sets televisivos. Más: las crónicas del aguante que nutren las agendas de esos envíos lo expulsa, no lo concibe y lo degrada en caso de tomarlo en cuenta, dado que atenta contra sus propios intereses.
Ahora bien, si la única nota destacable del partido se circunscribe al mecionado hecho es porque fue muy pobre lo entregado por All Boys y Racing, acaso el peor encuentro en lo que va del torneo. Impreciciones, nula elaboración, roces permanentes y poca audacia de los dos marcaron el ritmo de 90 minutos para olvidar rapidito.El cuadro de José Romero, en ese panorama sombrío, intentó un poco más, si bien evidenció problemas nítidos: sufrió la ausencia de Carlos Soto en el lateral izquierdo, no enhebró jugadas de peligro al apostar a un planteo de mucha presencia en el medio pero sin profundidad en ofensiva y equivocó los cambios de acuerdo con el desarrollo del partido. A favor cuenta haber nivelado un partido ante un rival de jerarquía y candidato al título, más allá de dos aspectos negativos: la racha adversa con Racing desde el retorno a Primera (2 derrotas, 1 empate, ningún gol) y continuar sin ganar de local en el torneo, algo que exige fortalecerse en condición de visitante, uno de los viejos déficits del equipo. Godoy Cruz, por ejemplo, asoma como un oponente de sumo riesgo.
Después, poco más para agregar acerca de este duelo que trancurría en relativa calma previo a la feliz idea de Diego Simeone de incluir a Moreno. Conscientemente o no, Simeone logró desvíar la atención en torno de un cantito de tribuna que, aunque fuerte, hiriente y reprobable, le sirvió a ciertos editorialistas para discernir sobre qué folclore está permitido y qué otro no. Curiosa parajoja: hablar de moral cuando en sus medios no rige estatuto ni norma ni ley acerca de cuestiones éticas y morales. No aprende más este periodismo. No hay caso.
P.P.
2 comentarios:
mejor expresado imposible!!!
100% de acuerdo con vos. Es el mismo periodismo que comentaba (comenta) la anécdota de Chicho Serna averiguando cual era el tobillo que tenía lastimado Aimar para (como finalmente ocurrió) entrarle duramente apenas empezado el partido.. Qué plato este Chicho! (?)
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