jueves, abril 29, 2010

COPA LIBERTADORES // La armada Argentina


Contrariamente a la prédica de cierto periodismo encolumnado en denunciar en un día lo que calló durante años, el fútbol argentino demostró estar a la altura de los acontecimientos tras los encuentros de ida disputados por sus tres representantes locales, correspondientes a los octavos de final de la Copa Libertadores. Con matices en los resultados, es cierto, pero fieles a una idea futbolística y a concebir a estos encuentros definitorios como un único partido pautado a 180 minutos, Estudiantes, Banfield y Vélez mantienen las chances intactas de acceder a cuartos debido a los antecedentes en el certamen (dos de ellos finalizaron primeros en la zona de grupos), el juego exhibido en los cruces de octavos y las reservas anímicas y físicas de que disponen.

El primero en mostrar su jerarquía fue el actual campeón del máximo torneo continental, Estudiantes, al conseguir triunfo meritorio en condición de visitante ante el discreto San Luis de México, lo que dejó una serie de conclusiones positivas. Además de la victoria, Estudiantes reservó inteligentemente a varios futbolistas titulares en su afán de acreditar el torneo local luego de 4 años, reafirmando, entre otras cosas, el espíritu de conjunto que impera en el cuadro dirigido por Alejandro Sabella. Un espíritu que recuerda a los equipos de Carlos Bianchi, especialmente durante sus dos etapas en Boca, donde los intereses colectivos estaban por encima de los egos, las disputas internas y distintas situaciones perjudiciales en favor de un objetivo superior: salir campeón, acumular prestigio, dejar una huella en el club con logros resonantes.

Este Estudiantes parece continuar aquel precepto de Bianchi a partir del aporte de sus referentes y de los lazos afectivos que lo unen a una historia de epopeyas y hazañas que lo fortalece y, al mismo tiempo, genera nuevos retos en una institución que se sabe poderosa, especial, dueña de un estilo que refundó el juego en determinado momento mediante transgresiones permitidas, innovaciones tácticas y buen fútbol.

Banfield, en algún sentido, presenta rasgos parecidos al cuadro de Sabella. Tiene oficio, mística, un entrenador estudioso y mucho coraje para lidiar en la adversidad. Le ganó con garra y prepotencia al Inter de Brasil en un encuentro donde fue superado en algunos tramos, si bien logró nivelarlo producto del compromiso de sus jugadores y del sentido de la oportunidad que caracteriza al equipo de Julio Falcioni. El tres a uno final, de todos modos, no cierra la eliminatoria, ya que los brasileños dejaron una saludable impresión en el llamado Lencho y, como locales, posiblemente crezcan en su rendimiento al contar con el apoyo de un público apasionado que sueña, entre otras cosas, con empardar a su eterno rival en el número de copas obtenidas (dos). En benefecio de Banfield cabe puntualizar su recorrido en la Copa fuera de casa -no perdió nunca en esta edición-, la tranquilidad del resultado que, a priori, favorecería implementar el esquema táctico que mejor ejecuta el equipo del sur y, también, el ánimo de revancha del público y del cuerpo técnico tras la frustrante eliminación de la Libertadores en 2005, su primera participación copera.

El único derrotado, siguiendo con el resumen, fue Vélez aunque se trató de un accidente, basta rever el tape de lo ocurrido en el Estadio Jalisco. Mala fortuna, sobre todo, y una sucesión de errores defensivos derivaron en un abultado 0-3, absolutamente remontable en la revancha que se disputará en Liniers. ¿Por qué? Porque Vélez falló en numerosas opciones de gol, dominó el partido en varios pasajes frente a un rival que pareció confundido e inconsistente y, se supone, desplegará todos sus recursos en esta serie para no comprometer el futuro económico de una institución modelo que hizo una fuerte inversión destinada a reeditar el título conseguido en 1994, amén de celebrar sus 100 años de vida en lo más alto, a tono con las dos décadas recientes cuyos triunfos futbolísticos en ese ciclo posicionaron al club en un lugar de privilegio, expresado en las obras realizadas y en el sostenido crecimiento de su matrícula de asociados.

Al cabo: tres clubes, tres realidades y tres historias con finales abiertos, disímiles unos de otros. Mejor que descubrir repentinamente un estado de caos que augura hecatombes y nulas perspectivas, es detenerse en lo que aún produce el fútbol argentino. Y produce cosas importantes como Estudiantes, por citar al de mejor desempeño, nuevamente protagonista de los torneos continentales, firme candidato a levantar por quinta vez la Copa, algo que acrecentería el dominio de los equipos argentinos en la competencia. Más aún si se piensa que la admirada Inglaterra, este año, se quedó sin representantes en cuartos de final de la Copa de Campeones y que hasta el mismísimo Barcelona ya no podrá darle una revancha al club que lo tuvo contra las cuerdas en la final del Mundial de Clubes, exponente sudamericano con sus formas, emergente nacional como algunos otros, capaz de introducir una fisura ante análisis totalizantes y maniqueos de coyuntura.

lunes, abril 26, 2010

PRIMERA DIVISIÓN // Riquelme es Boca


Juega Riquelme y la canción es la misma: Boca será Boca, vigoroso, especial, por momentos vistoso, por momentos garra y corazón, por momentos invencible. Desde hace un tiempo a esta parte el diez xeneize ocupa el centro de la escena debido a causas múltiples aunque una sola prevalece sobre el resto: su rendimiento en la cancha.

Comprensiblemente, los hinchas lo idolatran y lo admiran, se identifican con su juego pero también con su especial carisma, con sus apariciones determinantes, con su figura cargada de misterio y de encanto. Así, Riquelme ganó duelos encapsulados en el devenir mediático, por ejemplo acalló las voces críticas de dirigentes que procuraban desplazarlo, prevaleció sobre Maradona, emblema boquense, tras una semana cargada de acusaciones mutuas entre los dos ídolos, hizo evidente los contornos nocivos que precedieron al récord establecido por Martín Palermo (máximo goleador xeneize de todos los tiempos), el otro prócer vigente, y logró diluir la figura de un tercer ilustre, Guillermo Barros Schelotto, ungido por influyentes sectores de la comisión directiva y por cierto periodismo para asumir como entrenador. Tampoco la número 12, denominación que en este caso alude a la barra brava, salió indemne: Riquelme pica en punta llegado el caso de elegir entre Palermo y él, según encuestas variopintas y expresiones del público manifiestas en los encuentros.

No existe, como se advierte, un jugador más representativo de un club en el fútbol argentino actual como Riquelme. Alguien que sabe jugar como nadie esos dos partidos gravitantes que nutren la agenda constitutiva de un ambiente complejo, malicioso, cruel; el de los 90 minutos que presenta deslealtades de distinto cuño, y el de los medios revulsivos, auténticas instancias de producción de significados y de polémicas residuales. Sumado a ello, Román exhibe las marcas visibles que remiten a una identidad poderosa, que podríamos catalogar como el "ser boquense", un ADN inscripto en una historia centenaria donde cuentan procedencias, estilos y modos de habitar el templo sagrado, la Bombonera.

Se dijo, con razón, que Boca suscita imágenes de las más diversas: allí está la noche, la pasión, los sueños de los humildes que encaran ls semana alegre cada vez que gana su equipo. El diez xeneize sabe de estas cosas, algo poco frecuente en relación con otros colegas, y lo demuestra a fuerza de talento, de inteligencia para desmontar operaciones en su contra, consciente que detrás suyo hay un orgullo que defender, una causa superior, esa identidad que trasciende a dirigentes, periodistas y allegados que buscan apropiarse de una tradición para propósitos nunca explicitados. Es la razón central, de acuerdo con este panorama, que justifica semejante demostración de afecto de los hinchas hacia Riquelme. Acaso sea una cortina de humo, una representación ficcional, sin embargo los cuestionamientos a Román chocan con una realidad perceptible: en la cancha gana siempre y no hay modo de que una crítica, leve o amplificada, derribe el largo peregrinar de un jugador enraizado en la rica biografía de un club, con sus conquistas y con sus fracasos, con la inocultable certeza, además, que conecta con el inciso 1 del decálogo xeneize en el cual todo se reduce a Boca o nada, Boca y los otros, Boca y sus blancos o negros, Boca como fenómeno cultural de este país que incluye a numerosos protagonistas: empresarios inescrupulosos, dirigentes honestos, intelectuales y una serie de factores que explican su popularidad, entre ellas un fuerte componente de clase.

Minimizados los conflictos, ocluidos los debates de coyuntura, queda su juego virtuoso. Y es una buena noticia para el fútbol argentino reparar en el íntimo y último vínculo que refiere a una historia donde los futbolistas y el público reencuentran la posibilidad de creer que el negocio no lo acapara todo. Hoy el mejor dirigente de Boca es Riquelme, verdadero actor en defensa de los intereses del club, hombre que atestigüa con su protagonismo que existen montones de motivos ligados a los núcleos vitales de una trayectoria donde los espectadores no son pasivos. Son, tal como sugiere el sentido originario adjudicado al jugador Nº 12, quienes inciden aún en un escenario tumultuoso con sus gestos y conductas. Los dueños de la última palabra.

Con sus defectos, que los tiene y muchos, Román nos recuerda que alguna vez existió un juego donde lo importante, lo trascendente, transcurre en la cancha. De los símbolos, se trata, de cómo el deporte expone grandezas y miserias, incluso una ilusión entre tantas otras: la de creer que no hay un mecenas capaz de apropiarse de una institución donde se cuecen esperanzas colectivas. Porque Riquelme no se apropió de Boca. En todo caso Boca encontró en Riquelme un jugador a tono con ese recorrido lustroso donde la camiseta y los hinchas definen, con contradicciones desde luego, pero con la reconfortante sensación de que son ellos y nadie más que ellos los que avalan qué quieren y qué sueñan para su club. Román lo fue entendiendo desde que llegó a este mundo, entre picados y las primeras impresiones de la Vieja Bombonera, enfundado en azul y oro.
Pablo Provitilo

jueves, abril 22, 2010

PRIMERA DIVISIÓN // ¿Quién es el mejor?


Cuando restan pocas jornadas para el cierre, no asoma una figura que se revele indiscutida para erigirse como el mejor jugador del Torneo Clausura. El año pasado fue el uruguayo Santiago Silva, de Banfield, quien acreditó ese lauro, con 13 goles festejados en variadas coreografías y actuaciones sobresalientes en tramos determinantes del certamen, seguido por su compatriota, Joaquín Boghossian (11 tantos), y el mediocampista argentino Walter Ervitti, también del cuadro del sur. Tres piezas gravitantes en un podio improvisado que, afortunadamente, no corona a un MVP como en el básquetbol.

En el actual campeonato, no obstante, hay una serie de futbolistas destacados que podrían recoger numerosas adhesiones al finalizar el torneo, si bien el reconocimiento general deberá esperar unas semanas y dependerá, como ocurre entre quienes pontifican con el diario del martes (las últimas jornadas incluyeron partidos los días lunes), de sus rendimientos en las fechas restantes. Una lista provisoria -siempre sujeta a correcciones, críticas u otras preferencias por parte de los lectores- la encabezarían los siguientes jugadores, clasificados en rubros no necesariamente entrelazados ni por encima unos de otros: cualidades técnicas/templanza/inteligencia/liderazgo. Se consignan, además, las fortalezas y las debilidades para una eventual elección, ya en éste u otro medio.

1) Andrés Gabbarini: Figura de Independiente en reiteradas ocasiones, tiene el aspecto de los viejos guardavallas. Hombre vestido de negro, gran atajador, discreto con los pies, logró sostener el arco del Rojo invicto en 9 ocasiones. A favor: demostró condiciones para adueñarse del arco ante un hecho imprevisto (lesión de Hilario Navarro), al tiempo que hizo olvidar a otro canterano de nivel aceptable, Fabián Assman, ex arquero en 2008/2009, novio de la modelo Melina Pitra. En contra: a veces se lo ve apurado, algo indeciso, y comete errores como ante Vélez.

1) José Sosa: jugador exquisito, de notable pegada, le aportó velocidad y desequilibrio al ataque de Estudiantes con goles importantes y desempeños meritorios. Uno de los destacados del certamen y un regreso virtuoso tras su paso por una de las mejores ligas europeas: la Bundesliga alemana. A favor: anotaciones clave en momentos clave, favorecido por el despliegue de Rodrigo Braña y Juan Sebastián Verón. Su retorno, además, le da brillo a una liga alicaída, cuyas estrellas duran menos en el torneo que un interinato de Juan Barbas o Gabriel Rodríguez. En contra: habrá que ver si puede sostener el ritmo en la competencia doméstica teniendo en cuenta que Estudiantes clasificó a octavos de final en la Libertadores.

3) Mauro Boselli: Es el delantero más influyente del fútbol argentino. Encabeza la tabla de artilleros con 9 tantos y exhibe una serie de virtudes notorias: olfato, tacto y visión de goleador, contundencia en la red y capacidad para generarse espacios para convertir. A Favor: No es egoísta y suele relegar sus legítimas ambiciones personales en favor del equipo. En contra: Así como convierte mucho, suele errar situaciones propicias en determinados encuentros. En muy pocos, claro.

4) Marcos Pérez: La sorpresa de La Plata tras una serie de partidos consagratorios. El colombiano, de proseguir la racha positiva de Gimnasia, será uno de los principales artífices de la gran campaña del Lobo y, consecuentemente, de eludir el descenso. Una campaña con triunfo frente al clásico rival y victorias ante 4 grandes, tres de ellas en su estadio del Bosque que recuperó su condición de escenario complejo para los rivales. A favor: velocidad, gambeta indescrifable y un combo de rarezas futboleras que suelen confundir a confiados defensores. En contra: con escasa picardía y torpezas indisimulables, también dilapida situaciones favorables para anotar.

5) Andrés Silvera. Volvió a Independiente en otro nivel tras una amarga despedida de San Lorenzo. Hizo goles importantes (actualmente contabiliza 7), pero lo más relevante fue que mostró compromiso, disposición para entrenar, ganas de retribuir el afecto de los hinchas, salir campeón y, después sí, retirarse. Silvera, en definitiva, es otro de los jugadores fundamentales de Independiente ante las intermitencias de Gandín, la lesión de Martín Gómez, la incipiente recuperación de Nuñez. A Favor: futbolista de categoría, su juego crece cuando está enfocado y se muestra con ánimo suficiente para no defraudar a nadie, inclusive a él mismo. En contra: el esquema de Gallego suele alternar/variar durante los partidos y el equipo muestra evidentes grietas cuando retrasa hasta a los hinchas al arco propio. Silvera no es la excepción.

6) Néstor Ortigoza. Junto con Mercier armaron una dupla inteligente, por momentos elegante, siempre bien ubicada para construir buenas jugadas y contener las embestidas rivales. Ortigoza, además, sobresale por otros atributos: mentalidad ganadora e incursiones ofensivas que suelen en terminar en goles o en penales, la especialidad del ex Nueva Chicago, nacionalizado paraguayo. A Favor: jugador insustituible, con algunos destellos técnicos, se luce en un equipo con una propuesta generosa con el espectáculo. En contra: temperamental y con mañas, a veces queda al borde de la expulsión.


En definitiva, presentamos una lista provisoria, discutible, seguramente con omisiones y exabruptos. Más en un torneo regular e inestable como el Clausura, cuyas últimas fechas -no sería extraño- acaso obligue a reformular los nombres y el orden de los nominados. Allí están los Óbolos y los Leguizamones de nuestro Arsenal, actores de reparto como tantos otros que afectan el desarrollo de las mejores tramas.

miércoles, abril 21, 2010

ASCENSO // Camiones, barraqueños y un viejo Furgón


Luego de una temporada corta pero intensa, novedosa en su desarrollo y cargada de matices, los certamenes de Primera C y de Primera D coronaron a Barracas Central y UAI Urquiza, respectivamente, entidades que inauguran la nómina de campeones 2009-2010, tras curiosos desenlaces y escasas repercusiones en el medio local.

Una constante de las dos categorías menores de la Argentina: olvido, postergación y breve reseña de coyuntura ni bien se apaga la euforia. Es parte de una tradición donde cuenta la popularidad/importancia de cada divisional, que genera lógicas jerarquías en la organización de los campeonatos y en la atención del público. Sin embargo, y pese a no figurar en casi ninguna grilla televisiva, la C y la D dejaron un serie de aspectos a considerar a partir de sus justos y sorpresivos ganadores.

Barracas Central, por ejemplo, protagonizó un hecho digno de encomio. Entre otras razones, porque vuelve a la B después de 61 años y porque consumó una campaña descollante al superar con el último suspiro al club que lideró el campeonato durante casi todo el torneo pautado en 38 jornadas: el viejo, sufrido, desdichado y queridísimo Excursionistas. Recordemos un dato: el cuadro del Bajo Belgrano celebra en 2010 sus 100 años de vida, razón más que suficiente para concretar el ascenso tras 15 temporadas de sedentario reposo en la C. No obstante, es menester señalar que Excursionistas carga con una historia de fantasmas, estigmas y emblemas que sintetizan buena parte de su identidad. Acaso hayan influido algunos de esos factores, especialmente los negativos. El Centenario de su fundación, por tanto, llega entre desilusiones y recuerdos vitales de una trayectoria que fue y es: barrio, cracks, infancias, tablones, amistades, triunfos, celebridades, sosiegos. Al cabo, los núcleos constitutivos de esa identidad.

La envergadura de Excursionistas, precisamente, su condición de institución tradicional y respetada, realza lo logrado por el equipo dirigido por Juan Carlos Kopriva, que venció a su principal oponente en un inusual desempate disputado en el estadio de Atlanta con un tanto de su goleador y figura, Carlos Salom, proveniente de Sacachispas y máximo artillero del actual certamen. La campaña del equipo "Camionero" -apodo que parecería haber desplazado a "Barraqueños o Barraqueros"- también tuvo otros valores: las oportunas apariciones de Lucas Del Río, la experiencia de Pablo Lamberbont y Alejandro Orfila, y el aporte en ofensiva de su enganche, el paraguayo Ricardo Cáceres Silva. Con esas armas tuvo un meritorio desempeño en la segunda rueda en la cual acreditó 14 victorias, 5 empates y apenas 1 derrota que le permitieron, en definitiva, descontar una diferencia de puntos considerable por parte de Excursionistas (llegó a ser de 10 puntos antes del receso).

Asimismo se le adjudican al logro de Barracas otras razones concomitantes: la perspicacia de su presidente, Claudio Tapia, yerno del líder de la CGT, Hugo Moyano, personaje nocivo según el firmamento mediático y con presuntos poderes mágicos. De todos modos, y sin soslayar posibles aportes externos, abundaron recuerdos acerca de personalidades íntimamente ligadas al derrotero del club como uno de sus fundadores, Silverio Ángel Gardella, primer presidente, jugador y capitán del equipo, que tenía un sueño entre tantos otros: reeditar las conquistas de Alumni en base a un proyecto con rasgos propios, colectivo, lejos de cualquier negocio. Por eso los colores de Barracas se inspiran en aquella entidad emblemática situada en los orígenes del fútbol argentino. El título conseguido por Barracas, por tal motivo, honra con justicia el esfuerzo de sus precursores, evocados afortunadamente en los momentos de dicha para conocimiento de las nuevas camadas de hinchas.

La Primera D, en tanto, exhibió a un campeón inédito: FC Urquiza, llamado actualmente UAI Urquiza tras un convenio firmado entre el club y la Universidad Abierta Interamericana, aprobado en asambleas generales de socios de ambas entidades. Con un equipo nuevo, ideado para mejorar la pobre campaña de la temporada 2008/2009 donde quedó al borde del descenso, el viejo Furgón acreditó un triunfo mayúsculo ya que jugará en la C por primera vez en su historia. Una historia singular, vale agregar dado que el club nacido en Villa Lynch y emplazado en los confines de una vieja estación de tren, recién comenzó a participar en torneos de AFA en 1970, con varias frustraciones a cuestas: 6 desafiliaciones, ya que aún no existe la categoría E en el fútbol argentino. Con el propósito de redimir los infortunios del pasado y las sombras del presente, la fusión posibilitó que la entidad recuperara protagonismo a raíz de una fuerte inversión: 40.000 millones de pesos mensuales en el presupuesto para fútbol. De ese modo, UAI Urquiza pudo arrebatarle el título al solitario Yupanqui y al popular San Martín de Burzaco, dos de los animadores del torneo, afirmado en las convicciones de su juego cuyos puntos altos fueron el conocimiento de un entrenador marcado por el ascenso, el ex jugador deTemperley Cristian Aldirico, y un goleador implacable como Mariano Pano, responsable de 22 de los 58 goles convertidos por la UAI.

Claro que la victoria, muchas veces, tiene sus costos, sus bemoles, sus aristas imposibles de eludir. La camiseta del viejo Furgón presenta hoy un color más (el bordó de la institución con la que suscribió el citado convenio se agregó a los tradicionales blanco y celeste) y el escudo de ambas entidades, lo cual suscitó quejas en algunos hinchas por dos motivos vinculados: la desaparición de Ferrocarril en el nombre del club, y las dudas sobre qué pasará con la entidad en caso de que se interrumpa el acuerdo. Sin embargo, el proyecto parece ambicioso y los responsables se muestran confiados en consolidar la nueva estructura. "El objetivo es estar en 6 años en Primera B y en 15 en Primera", indicó el jefe de prensa del club, Agustín Sileo, en una nota publicada por el diario Clarín.

Se trata, en definitiva, de las particularidades de ese mundo invisible, relegado, con escenas atractivas y futbolistas que lidian con amor propio en los pastizales del atraso, como es el ascenso en Argentina. Ese supuesto atraso es parte de su encanto, en una temporada donde hoy celebran los camioneros de Barracas y retumba el sonido, pasado y latente, del viejo Furgón.

lunes, abril 19, 2010

PRIMERA DIVISIÓN // Para todos, todo

Banfield, el último campeón. ¿Volverá a festejar un club de los denominados chicos en el presente Clausura?. De ganarlo Estudiantes, Godoy Cruz o Argentinos, sería el tercer torneo consecutivo sin los grandes en lo más alto del podio. Algo que no ocurre desde hace 18 años. Entre 1983 y 1985 se consagraron seguidamente Estudiantes, Argentinos, Ferro y nuevamente Argentinos.

El torneo del Bicentenario, como lo promociona la Televisión Pública, arroja hasta aquí algunas notas positivas. Una de ellas es que la apertura de las transmisiones y, consecuentemente, un reparto más equitativo de los ingresos, logró achicar la brecha entre poderosos y humildes. El pasado Clausura coronó por primera vez a Banfield, mientras que en el actual certamen Estudiantes, Godoy Cruz y Argentinos se ilusionan con relegar a Independiente, el de más nombre y cantidad de hinchas entre los candidatos.
Si se consigna, además, la paridad reinante en un campeonato en el cual prevalecen duelos cerrados, resultados sorpresivos y múltiples incidencias, la resultante es que la nueva etapa benefició a la competencia. Repetimos un concepto que permite establecer comparaciones: basta detenerse torneo de España, gobernado por los de siempre, Barcelona y Real Madrid, a partir de la negociación de los derechos televisivos de manera individual, amén de sus fluidos vínculos con otros estamentos influyentes. Y hay una posible razón que explica la incipiente democratización en Argentina, al menos relativo a este ítem: el cambio obedece a una decisión impulsada por el Estado al concebir al fútbol televisado como un servicio y no como un negocio.

Es cierto que el nivel futbolístico exhibe grietas, abundan partidos soporíferos y escasean figuras, pero cabe preguntarse si un torneo con dos buenos, tres apenas correctos y quince malos concitaría el mismo intéres. No olvidemos que, además de sus componentes estéticos, el fútbol es ilusión. Y en esa ilusión conviven deleitarse con el juego pero también asomarse a un mundo de incertezas, de posibilidades parejas para todos, un campo abierto donde nada es seguro para nadie, donde todo comienza hoy. Con un detalle a veces opacado por la queja crónica del ambiente: en la liga argentina se destaca un equipo lleno de virtudes como Estudiantes de La Plata, subcampeón del mundo.

El otro elemento a tener en cuenta, asociado con lo anterior, es que la nueva etapa derribó mitos. Como se dijo en recientes artículos impresos y comentarios radiales o televisivos los partidos suelen ser chatos y tediosos, en muchas ocasiones, debido a que ahora vemos los noventa minutos de los diez encuentros pautados por fecha. No hay filtro, no hay compacto, no hay manera de vender el producto como "el torneo más lindo del mundo", pero tampoco hay espectáculo en clave televisiva. Hoy, en todo caso, advertimos la herencia del despojo urdido durante dos décadas, con una invisible aunque sustancial ventaja para los hinchas de los clubes menos poderosos: más minutos destinados a sus clubes, sin sesgo de ningún tipo ni codificaciones insalvables.

En ese escenario, por tanto, sobresale un aspecto ocluido a raíz del show montado por la empresa que poseía los derechos. Que revela, además, un fracaso periodístico: Fútbol de Primera -el clásico televisivo de los domingos a la noche- desapareció del aire entre silencios y algunos repudios, lo cual expresa que el núcleo atrayente de un programa sin competencia ni regulaciones de ninguna índole estaba dado por la exclusividad de las imágenes. Como señala el colega Ezequiel Fernández Moores en el último número de la revista Un Caño, "Una pena que Canal 13 no se haya animado a manterlo para competir realmente por primera vez con el resto. Para demostrar que el Martín Fierro al que estaba abonado no era consecuencia de sus derechos exlusivos".
Asimismo, hubo otras reflexiones interesantes del mismo periodista en las últimas semanas. En Un Caño, fustiga con razón las imposturas de Marcelo Araujo, si bien aclara: "Julio Ricardo no canta ni se disfraza, mucho menos Alejandro Apo, que encima apela a la nostalgia y, cada tanto, nos recuerda que también había otro fútbol, con ídolos más duraderos y emociones más populares". Posiblemente, y pese a los destacables intentos, aquella época haya terminado. Como también parece haber finalizado un período en el fútbol argentino, según opina Fernández Moores ante este cronista consultado por una nueva etapa cuya perdurabilidad dispara conjeturas diversas. "Difícil saber que puede pasar. Lo seguro es que de retornar el viejo sistema nada será igual". Suena razonable. Atrás parecen haber quedado los goles cautivos, las aberrantes transmisiones de hinchas gesticulando emociones, una burla manifiesta en diferentes dispositivos que lesionaron seriamente a este deporte y que la Televisión Pública no logra desmontar del todo. Dudosamente lo logre con primeros planos de hinchas rabiosos y entrenadores taimados.

Aún así, y con mucho por mejorar en tantos órdenes, da la sensación de que algo hemos avanzado.

miércoles, abril 14, 2010

B NACIONAL // Una promo: la defensa de All Boys


Como ocurrió en la última temporada, All Boys concretó uno de los objetivos delineados por su entrenador, José Romero, en el inicio del certamen, allá por agosto de 2009: llegar a los 50 puntos con el propósito de consolidar al cuadro de Floresta en la B Nacional. De aquí en adelante, según los dichos de Romero, las unidades que sume el equipo implicará mejorar la campaña precedente, confirmar los recientes progresos exhibidos y reorganizar el plantel, con miras a pelear en serio por un boleto a la A, el próximo año.

En este campeonato, y si bien los números aún lo ubican en una expectante posición pese a la catarata de derrotas (12), no habrá manera de disputar una de las dos promociones disponibles, si All Boys juega como lo hizo ante Sportivo Italiano, equipo ya descendido hace un par de jornadas que mostró su mejor versión en 32 fechas a partir de dos promisorios jugadores, Emiliano Ronconi y Sebastián Gómez, siempre en el marco de un encuentro vibrante, por momentos insólito dada la infinita sucesión de errores, pero entretenido para el numeroso público que soportó la incesante lluvia.

Y una de las razones que explican las limitaciones de All Boys es su defensa, tal como quedó en evidencia ante el cuadro azurro, donde recibió tres goles de pelota parada, tuvo llamativas distracciones en sus dos centrales (Fernando Fayart y Carlos Madeo) y ofreció la peor actuación de su arquero Nicolás Cambiasso desde su arribo al club en 2006. La estadística, en este caso, resulta inapelable: Italiano es el club con menos efectividad en la B Nacional (28 conquistas) y nunca marcó 4 goles en un mismo partido.
Pero las carencias/debilidades de All Boys no se agotan únicamente en su defensa. Tardó Romero en incluir a Mauro Matos, un jugador de indudable jerarquía para la divisional, que conforma una dupla interesante con Agustín Torassa, la mayor apuesta de desequilibrio en función de ataque dado que Matías Pérez García y Mariano Campodónico no atraviesan su mejor momento, Ariel Zárate juega (mal) un partido aparte con sus compañeros y el entrenador, y Pablo Solchaga parece relegado tras recuperarse de una seria lesión. También cabe mencionar el error de la dirigencia en materia de incorporaciones, concluida la primera rueda. Transferidos Darío Stefanatto, el alma del equipo, y Facundo Tessoro, un aceptable sustituto, All Boys quedó sin un referente vital en la zona media, se revela inconexo en todas las líneas, y presenta graves dificultades para contener las embestidas de sus rivales que, en un torneo competitivo como la B Nacional, constituye un factor central según los escenarios en condición de visitante y la necesidad de puntos de oponentes que procuran ascender o sostenerse en la categoría.

Por tanto, la respuesta de los hinchas albos osciló entre el conformismo y el desencanto tras el histórico 5 a 4 ante Italiano, debido a que All Boys atraviesa un momento institucional propicio para imponerse otro tipo de desafíos y, por otra parte, se trata de un campeonato cuyo desarrollo irregular le abrió oportunidades en reiteradas ocasiones, nunca aprovechadas por el cuadro de Romero. No menos cierto es consignar que All Boys consiguió idéntica cantidad de puntos que en el año de su esperado retorno, mantiene a su entrenador como no lo hace casi ningún club del fútbol argentino y se ganó cierto respeto en la divisional. Aunque con una diferencia a tener en cuenta entre los ítems mencionados: el famoso objetivo lo logró seis fechas antes del final mientras que en la 2008/2009 obtuvo los 50 puntos en la última jornada frente a Belgrano de Córdoba.

Dependerá de los jugadores resignarse a ocupar un lugar subsidiario en la categoría o, en cambio, tramar otro final para una campaña irregular y apenas aceptable hasta aquí, con promos bien aprovechadas por los adversarios.

lunes, abril 12, 2010

OPINIÓN // Demasiado técnico para este club


Sellada la desvinculación de Leonardo Astrada como entrenador de River, uno de los candidatos a sucederlo en el cargo es nada menos que Ángel Cappa, técnico con convicciones y un pasado inmediato lustroso. Entusiasma, a priori, la llegada de un hombre con los conceptos y las ideas de Cappa. No así el club donde, presumiblemente, volverá a trabajar. Porque River agotó su período de gracia, dispone del peor plantel del fútbol argentino y es hoy, sobre todo, otro club. Si se añade la inquina hacia el entrenador desde ciertos estamentos y un escenario que augura el descenso inminente, difícilmente cambien las cosas en la entidad millonaria dado que Cappa es, ante todo, un excelentísimo entrenador, no un mesías ni un mago.
Si detrás del nombramiento existe una idea constructiva, por ejemplo refundar el club ya sea en Primera División o la B Nacional, sobran razones para ilusionar a los hinchas con Cappa, un técnico que sabe de las urgencias pero sabe todavía más de la paciencia, del proyecto institucional que deben priorizar los clubes, de un modo de entender este juego que, transcurrido un tiempo prudente, conectará con el remanido paladar riverplatense.
De lo contrario nada alterará la agenda diaria de un club a la deriva, perdedor en todos los órdenes y sin soluciones visibles en el corto plazo. Que expone, tras la deficitaria gestión de Astrada, algunas conclusiones: por un lado, desnuda la inexperiencia de la conducción entrante, por otro, enaltece la figura de Néstor Gorosito, quien terminó octavo hace un año.
River está mal, muy mal para creer en cambios mágicos que borren de cuajo su triste derrotero. Ojalá Cappa salga indemne y con ánimo suficiente para hacerse cargo de una empresa superior y que merece: la Selección Nacional después de junio, con Maradona.

viernes, abril 09, 2010

Fútbol Español // Valorar lo propio

España atraviesa un tiempo de esplendor en el plano deportivo. Allí asoman su Armada española en el tenis -bicampeón de la Davis-, la selección de fútbol ubicada entre los favoritos a levantar por primera vez la Copa del Mundo, el retorno de Fernando Alonso a la Fórmula que bate récords de audiencia y, por supuesto, una liga de fútbol con dos protagonistas poderosos, que cobijan estrellas, suscriben fabulosos contratos y explotan una marca que alimenta distintas tipos de industrias.

Pero España también es un país con crecientes demandas sociales y profundas heridas. Con una justicia y un Tribunal Supremo llenos de sadismos -y de cinismos- que taladran sobre la memoria colectiva de un pueblo. Basta consignar un hecho no atendido con la difusión que merece, exceptuando a esa agenda paralela instituida en determinadas zonas de las llamadas redes sociales, que repone olvidos y desmonta operaciones interesadas por parte de los grandes medios. Se trata, en esta oportunidad, del juez Balltasar Garzón, alguien que intentó juzgar a los responsables del genocidio argentino hacia fines de los años 90, a quien le abrieron, recientemente, un procedimiento penal en el país ibérico por intentar denunciar los delitos del Franquismo, bajo un argumento establecido en una de esas leyes que sí se respetan: una amnistía sancionada anteriormente a los culpables de homicidios y torturas que no le otorga competencias a Garzón para investigar a los autores y los cómplices de uno de los períodos más oscuros de la historia europea.

Creáse o no, el hecho ocurre en España, el país del admirado primer mundo, el de nuestros abuelitos inmigrantes, el de los poetas asesinados y las dictaduras impunes. Resulta pertinente transcribir un breve párrafo del escritor uruguayo Eduardo Galeano, publicado en el diario Página 12, para ilustrar la dimensión de la cuestionada medida: "De los quince miembros de este tribunal, diez han llegado a sus cargos jurando fidelidad al Generalísimo Franco. Y no lo olvidan, para que no se diga que ellos niegan el derecho de recordar".

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Al margen de un hecho institucional grave, con movilizaciones locales y solidaridades extendidas hacia Garzón a través de la web, el fútbol español sigue su marcha. Siempre sigue su marcha dado que no hay Francos ni crisis económicas destructoras de bancos que lo detengan. Real Madrid, uno de los protagonistas del clásico de hoy, invirtió una suma fabulosa de dinero en medio de una economía raquítica, con índices de desocupación que aumentaban en forma proporcional a la llegada de futbolistas cotizados al cuadro merengue. Un asunto que seguramente escapa al Tribunal Supremo, posiblemente hinchas del Madrid como lo era el General Francisco, pero no a un Tribunal de Ética deportiva. Aún así el fracaso futbolero golpeó dos veces, en 2010, la puerta del Bernabeu: primero tras una derrota categórica ante los esforzados muchachos de la Agrupación Deportiva Alcorcón (club de la tercera categoría) que lo sacó de la Copa del Rey, luego al ser eliminados por el Lyon de Francia en la Copa de Campeones, el objetivo principal de una temporada que se evaporará rápido como los euros.

Barcelona, futbolísticamente, es su contracara. Viene de ganar seis títulos en 2009, humilló al Madrid en los dos últimos duelos, tiene en sus filas al talentoso Lionel Messi, dueño de varios récords, y prepara un retorno especial: el arribo de Johan Cruyff a la presidencia de la entidad.
Pero también se maneja en ese mundo de billetes y derroches que legitiman una industria. Entre otras, la de su prensa deportiva, que necesita escándalos y buenos resultados futbolísticos para subsistir, dado que han aceptado que el deporte tiene una función primaria: entretener.

Como parte del espectáculo y del show, entonces, madridistas y catalanes reeditarán un encuentro con historia aunque actualmente se trata del único de esa liga capaz de generar interés entre los neutrales. La tabla, elocuente, indica que Barcelona y Real Madrid han conseguido la mayor cantidad de puntos posibles. Y hay razones que explican semejante dominio: por un lado cuenta la tradición (sobre 78 títulos disputados, blaugranas y merengues ganaron 50), por otro inciden los redituables aportes del gran actor de la época: la televisión, cuyos derechos son gestionados por ambas instituciones en forma individual. En consecuencia, un Barsa-Madrid suscita atractivos diversos porque desaparece la desigualdad: juegan los que ganan todo siempre, los que miran de lejos la tabla pero también el mundo exterior, las potencias que se saludan y se necesitan no por un folclore romántico y acaso caduco para el gusto de los españoles, sino por el negocio que promueven. ¿Cuál es la gracia si solo dos ganan? ¿Adónde radica el sentido del juego? En España, ya sea sobre éste u otros temas, quizás no abunden interrogantes como acá.

Difícil imaginar un escenario de ese tipo en Argentina, donde se produjo un episodio relevante en agosto 2009 tras la rescisión del contrato entre una empresa monopólica y la Asociación de clubes. Desde aquella fecha en adelante existe un reparto más equitativo del dinero que impacta en la competencia, procura achicar la brecha histórica, nivela el torneo y genera emociones. Lógicamente los partidos no se destacan por su buen nivel, luego de la herencia recibida, en la cual escasean figuras y urge retornar a los campeonatos largos, pero cabe subrayar que predomina el misterio y la incerteza, la creencia ilusoria de que todos ganan y pierden. Porque la gracia del juego, por si hiciera falta decirlo, consiste en desconocer el desenlace, emprender la rutina de ir al estadio o prender el televisor sin saber el final de una obra que será mala, soporífera e inolvidable, nunca un hecho que siempre, o al menos en reiteradas oportunidades, reafirme al pie de la letra las propias presunciones.

El fútbol de España entrega una función especial, de alto nivel, que concita la atención del público en todo el mundo. Finalizado el duelo, habrá repercusiones y poco más. El posible final ya está escrito, como las leyes de una historia definitivamente transcurrida. En Argentina hay un enigma cada fecha, una historia entre pobres y poderosos con épilogo abierto. Y también existe un saludable gesto por intentar saldar viejas deudas de un pasado que involucra al fútbol y no pocos segmentos del público aprueba.

miércoles, abril 07, 2010

LANÚS // Toma Luis


Severamente cuestionado hasta hace pocas semanas, el técnico de Lanús, Luis Zubeldía, parece haber tomado aire ante las críticas, luego de una serie de triunfos recientes del cuadro granate en la Copa Libertadores y en el torneo doméstico. Una leve mejoría expresada sobre todo en los resultados, dado que el juego de Lanús se revela descompensado, irregular, alejado de sus grandes producciones en el último lustro.

Pero hay otros elementos que permiten evaluar a Zubeldía como un personaje inusual para este medio, capaz de entregar una frase o una reflexión provocadora que promueve debates en una escena diaria donde abunda la cháchara y el show. Por ejemplo en el suplemento deportivo del diario Perfil, el último domingo, Zubeldía puso el dedo en la llaga acerca de un tema que es, para muchos, una posible causa de la decadencia del fútbol argentino. "Me parece que la PlayStation le da información importante a los jugadores. Algunos saben de sistemas tácticos, de estadísticas, o si los jugadores son zurdos o derechos, gracias a la play", señaló en ese breve y colorido reportaje. Consultado si él juega, respondió sin titubeos: "No, pero me parece piola, aunque estaría bueno que usaran el tiempo libre para descansar o leer".

Es un punto de vista interesante teniendo en cuenta que Zubeldía aporta un argumento novedoso relacionado con la tecnología y los consumos culturales de los jóvenes, basado en usufructuar para el trabajo la utilización del tiempo de libre de sus dirigidos, pero consciente de que la lectura es infinitamente más provechosa y más saludable. Con el agregado de que quien lo dice es uno de los entrenadores con menos edad entre los técnicos de Primera, lo cual realza el valor de la frase.

No es casual que Zubeldía diriga en Lanús. Ya Diego Valeri, ex jugador de la entidad, manifestó en otro momento su inclinación por la lectura y el estudio, aunque presentado en algunas notas realizadas en los grandes medios desde el exotismo y la banalidad. Algo entendible, cabe admitir. No vaya a ser cosa de que una nota publicada a pie de página estimule el ejemplo y contradiga el reglamento de ciertas agendas destinadas a relevar botineras, camisas, cremitas y esa burbuja de zonceras que anida en cada vestuario.

La llamada play, en ese marco, contiene elementos para aprovechar en función del conocimiento, según opina Zubeldía, quien parece resignificar una práctica extendida entre los
futbolistas. Si bien, de acuerdo con su mirada, lo ideal es combinar su uso con la lectura. Desde esta columna se señaló hace poco el gravitante rol que cumplen dirigentes y técnicos para formar y educar a los jugadores del club. El técnico de Lanús ofrece una señal en esa dirección, en el marco de un club que se distingue por sus obras, el trabajo colectivo, la solidaridad en múltiples causas, como quedó evidenciado en el encuentro ante River. Un club que ya definió al sucesor de Zubeldía en el cargo de entrenador del fútbol profesional, con el consentimiento del técnico en funciones. "Cuando dirigía Ramón (Cabrero) ya se sabía que yo lo iba a reemplazar, y en algún momento, cuando esté Schurrer (Gabriel), se va a saber el nombre del que este detrás. Es el proyecto del club y no tiene por qué condicionar al técnico que está trabajando", admite Zubeldía en la entrevista de Perfil.


Schurrer, seguramente, estará a la altura de la mentalidad, los pergaminos y las obligaciones de una construcción social y deportiva que nutre su trayectoria con la cantera. La cantera de donde surgió Zubeldía.

martes, abril 06, 2010

B NACIONAL // La fuerza interior


A solo 8 fechas del cierre, la B Nacional definió, al fin, los aspirantes a conseguir alguno de los cuatro ascensos en oferta. Tras una fecha decisiva en la cual ganaron casi todos los del lote de arriba, la nómina de candidatos se cincunscribe a seis equipos: Quilmes, Olimpo, San Martín de San Juan, Instituto, Unión y Atlético Rafaela.

Predominio de entidades del interior, como se advierte, si bien el puntero es de Buenos Aires y acredita lo que ninguno de sus circunstanciales competidores posee: un campeonato de Primera División. Una situación muy similar a la temporada 2008/2009 en relación con las procedencias de los candidatos, cuyo desenlace -cabe recordar- fue el siguiente: Atlético Tucumán y Chacarita (ascensos directos), Belgrano y Atlético Rafaela (promoción).

No es inapropiado, de acuerdo con este panorama, puntualizar qué rol juegan los equipos del área metropolitana (al cual puede sumarse Tiro Federal), muchos de ellos agobiados ante el peligro de perder la categoría, o bien entregados a transitorias ilusiones que se desvanecen a la fecha siguiente, amen de serias deficiencias internas y cuestiones propias del certamen que limitan sus ambiciones, Un buen ejemplo es All Boys, ubicado sorpresivamente entre los primeros 8, pero sin el convencimiento suficiente por parte de sus dirigentes y de su cuerpo técnico para imponerse un objetivo superior. La campaña del cuadro de Floresta, transcurridas 30 jornadas, dista de ser mala aunque la cantidad de derrotas (11) sugiere que no dispone de reservas suficientes para arribar a las instancias decisivas. En buena medida debido a las mencionadas fragilidades de su proyecto, agravadas -como se dijo- a raíz de una serie de factores externos y lesivos como enfrentar a clubes respaldados por provincias, localidades o municipios poderosos, con otras exigencias y mayores recursos para afirmarse en el torneo. Si se añade la prohibición de ingreso de público visitante y los arbitrajes que dirigen con un reglamento propio en aquellos encuentros no televisados, el tránsito por la divisional resulta complejo y redunda en la pelea por subsistir o acumular puntaje con el único propósito de perdurar.

Platense es otro caso especial; su público parece adaptado a la categoría y sus metas, frente a las dificultades del torneo, remiten a eludir el descenso. Hablamos de una entidad que jugó en Primera durante varias temporadas. Y, en rigor, no es para menos que los esfuerzos marrones se centren en conservar su lugar, ya que la B Metro es la verdadera B, un lugar pantanoso que cobija a 22 equipos muy parejos, la mayoría detrás de un objetivo tan díficil como agotador: finalizar primero y conseguir el único ascenso directo, después de 42 partidos. El Torneo Argentino A, huelga aclarar, ofrece similares escollos, con el agregado de que los viajes se multiplican, su organización jeróglifica desalienta a muchos y el número de clubes participantes aumenta.

En ese escenario, subyace una conclusión: la B Nacional deviene un certamen de jerarquía, con oportunidades para ascender, pero también para navegar en intrascendencias o en desafíos menores según la trayectoria de algunos de los clubes que intervienen, especialmente los del área metropolitana. Alguien podrá reclamar que el torneo favorece el federalismo, que el fútbol argentino no empieza y termina en Buenos Aires, que los presuntos obstáculos son iguales para todos. Posiblemente tengan razón aunque vale aportar un argumento sin pretensiones de verdad absoluta: hay disparidad de fuerzas cuando los enfrentamientos son entre provincias y ciudades pujantes con barrios o localidades pequeñas.

El reclamado federalismo, en todo caso, demanda reveer la organización de los campeonatos. Y uno de los aspectos a tener en cuenta, si alguna vez vuelve a debatirse en profundidad sobre el tema, se llama tradición.

domingo, abril 04, 2010

PRIMERA DIVISIÓN // Una pequeña revancha de Gimnasia


El 15 de octubre de 2006 un hecho inédito sacudió la peculiar rivalidad futbolera entre dos de los cuatro equipos de AFA ubicados en La Plata y zona de influencia: Estudiantes vencía 7 a 0 a Gimnasia. Triunfo categórico, inolvidable y fundante de cargadas múltiples destinadas a un club acostumbrado a la desdicha. Con resonancias, además, que perdurarán durante décadas, si es que no ocurre un episodio similar con distinto vencedor.

En aquel equipo del Pincha jugaban muchos futbolistas que integran el actual plantel: Verón, Braña, Angeleri, Sosa, Benítez, al margen de que las grandes figuras en el clásico hayan sido dos ausentes (Pavone y Calderón). Y el técnico era un joven y muy promocionado Diego Simeone, quien tras coronarse con Estudiantes en el Apertura 2006 continuó su carrera en otros dos clubes con historia como River y San Lorenzo. Del Cholo, justamente, se trata. Con excepción de Racing, primera experiencia del entrenador, Simeone acredita un currículum favorable ante Gimnasia: le ganó casi siempre, de local y de visitante, con el 7 a 0 como bandera.

Un día, sin embargo, Gimnasia tuvo una mínima, desfasada y tardía revancha. Porque triunfó en un duelo importante para mantener la categoría y porque derrotó al técnico verdugo, identificado con Estudiantes, pese a algún desencuentro, pero identificado todavía más con aquella tarde ominosa en el Estadio Único. Fue un pequeño desahogo, seguramente ineficaz para olvidar la herida. No obstante tiene su valor en este medio donde los entrenadores juegan sus partidos y en el cual el cuadro Tripero resiste con encomiable amor propio las dagas de una historia de largos 122 años, hasta ahora no redimida en sus trazos más sensibles.
Pablo Provitilo

PRIMERA DIVISIÓN // Buen bicho


El primer tiempo de Argentinos Juniors ante Chacarita, correspondiente a la 12º fecha del Clausura, entregó momentos de emoción y de reencuentro con un fútbol presuntamente obsoleto según especialistas avezados en postular un extenso decálogo sobre el juego y sus conveniencias ligadas al despliegue físico, la marca tenaz, el sentido de la oportunidad.

Fue tan rotundo lo del cuadro de Claudio Borgui, tan honesto en su propuesta, que no hay cuestionamiento posible capaz de minimizar una producción casi perfecta, basada en el toque, la sincronización de movimientos en función de ataque y una destacable apuesta por no ceder intensidad en su búsqueda ofensiva pese a la temprana ventaja (Facundo Coria anotó dos goles antes de los 20 minutos). Es cierto que enfrente hubo un rival confundido, que cometió errores groseros en todas sus líneas y se vio superado durante tramos sustanciales del cotejo. Pero el desarrollo del encuentro dependió, fundamentalmente, del meritorio rendimiento de los jugadores de Argentinos y del esquema agresivo diseñado por Borgui, con dos volantes criteriosos para ganar la mitad de la cancha como Mercier y Ortigoza, la movilidad de Obermán tendiente a desequilibrar por las bandas, el aporte gravitante de Coria, un enlace generoso, idóneo y contundente en la red, y una dupla de ataque peligrosa e inquieta integrada por Calderón y Sosa.

El dos a cero parcial en ese primer tiempo pareció escaso debido al abrumador dominio del conjunto de La Paternal, traducido en no menos de media docena de oportunidades claras de gol. Superioridad que mermó en la segunda etapa, si bien aumentaron -curiosamente- las chances de Argentinos para ampliar el marcador. Lejos de ser abultado, un 8 a 1 en favor del equipo de Borgui se hubiese correspondido con el trámite, los merecimientos y las alternativas del encuentro. En ese marco, la chapa final del resultado -exigüa diferencia de un gol- no expresa lo que ocurrió en el Diego Maradona, escenario donde Argentinos ganó algo más que un partido dado que, por un lado, reafirmó sus aspiraciones de pelear el campeonato y, por otro, definió un esquema audaz, un estilo que gusta a los hinchas y beneficia al espectáculo.

Previo al inicio de la temporada, se dijo que Argentinos reforzó criteriosamente su plantel, apuntalado por un prócer de la casa como Borgui. Y si actualmente a Vélez, Estudiantes y hasta Banfield e Independiente le adjudican y se autoadjudican una supremacía sobre el resto -algo ceñido a sus realidades fútbolísticas, por supuesto-, no habría que descartar al Bicho del Bichi, más cercano al Huracán de Ángel Cappa trazando un antojadizo -y discutible- paralelo. Se sabe que, en caso de crecer todavía más Argentinos en su rendimiento, el debate sobre propuestas y modos de jugar reaparecerá en escena. Con las exageraciones y las saludables disputas que supone.

sábado, abril 03, 2010

PRIMERA C // ¿Y si ascienden dos?


La cuarta categoría del fútbol argentino, cuando resta muy poco para el epílogo, presenta una recta final con más de un postulante al título, apasionante en su futuro desarrollo y cargado de incidencias y matices. Los protagonistas de la disputa por el ascenso directo son tres entidades que hicieron sobrados méritos para abandonar una divisional compleja, no siempre reconocida ni con la difusión que merece: Excursionistas, el candidato de todos hasta hace pocas fechas; Barracas Central, un rival temido por su presupuesto y la continuidad del ciclo liderado por Juan Carlos Kopriva desde el año anterior, y Defensores Unidos, equipo que esquivó el descenso la temporada pasada y logró pisar fuerte este campeonato tras la llegada de un entrenador curtido, conocedor del amateurismo puro que se respira en las dos últimas categorías y campeón con Midland en 2009. Hablamos de Gustavo Di Giuli.

Con inusual expectativa y no pocos interrogantes en torno del desenlace, esta tarde se jugará la 35ª jornada de un torneo de 38, en el cual el Verde del Bajo Belgrano parecía transitar sin escollos el camino hacia una conquista especial : retornar a la B después de 15 años en el marco del centenario de su fundación. Sin embargo una sucesión de resultados adversos sumado a la regularidad de sus inmediatos rivales alteraron el escenario, al punto de que actualmente Excursionistas comparte el liderazgo con Barracas Central, envalentonado a raíz de una persecusión tenaz y redituable en los números, seguidos muy de cerca por el CADU, que se ubica a solo dos unidades de la cima.

La definición, como se advierte, deviene incierta dada la marcada paridad y las particularidades de un final donde no hay margen para empates consensuados ni especulaciones. Revisemos, por caso, el fixture de los tres, quienes tienen 4 compromisos por delante ya que una fecha, la 34, fue suspendida por lluvia y se celebrará en la semana entrante.
Excursionistas recibe a Alem, a San Miguel y a Justo José de Urquiza -tres clubes que aspiran a afirmarse entre los clasificados al octogonal por la promoción-, y visita nada menos que a Barracas en el cierre. El conjunto de Kopriva, en tanto, enfrentará a Leando Alem y al CADU (partido gravitante) en su cancha, viajará a Gerli para jugar con un agrandado El Porvenir -tanto los de General Rodríguez como los del sur procuran arribar al grupo de los 8- y, lo dicho, chocará en su estadio con el Verde del Bajo, sin visitantes en las tribunas pese a la masiva barra de dirigentes y periodistas partidarios que acompañan a Excursio juegue donde juegue. Por último y con excepción del duelo ante Barracas, a Defensores Unidos también le esperan encuentros de distinta complejidad según la posición, los objetivos y las unidades cosechadas por sus oponentes: Midland, de 43 puntos, fuera de casa; Fénix, de 44, como local, y Villa Dálmine, de 36, en Campana. Claro que hablamos de la C, una divisional impredecible.

Todo muy parejo y con una variedad de combinaciones posibles de acuerdo con los resultados que desestima, en suma, conjeturar sobre un eventual ganador, si bien existe un dato que cuenta y mucho: de las cuatro fechas pendientes, Excursionistas y Barracas serán locales en tres encuentros, lo cual abriría la posibilidad de un gran final en el estadio emplazado en las calles Olavarría y Luna.

De todos modos, existen reparos. Un torneo largo, extenuante y con apoyos genuinos -en muchos caso- por parte de dirigentes y simpatizantes, coronará a uno solo, ya que de la B Metro hacia abajo predomina el castigo y un abrupto y pernicioso cambio organizativo que ya lleva algunos años, Por tanto, los otros dos que terminen detrás del campeón, aun con la decepción a cuestas, buscarán llegar a una promoción tan seductora como difícil de sortear ante motivados rivales. Con el agregado de que la primera fase del octogonal es a un solo partido.

Demasiada austeridad de la AFA para frustrar a equipos que trajinaron bastante en busca de otra recompensa.