viernes, mayo 06, 2011

ARGENTINO A // La banda de Guillermo


Luego de 9 ajetreados años en la segunda categoría del fútbol argentino, la Comisión de Actividades Infantiles, popularmente conocida como "La Cai", descenderá al Argentino A producto de una sumatoria de malas campañas que, tarde o temprano, decantarían en este inevitable  final. Del equipo chubutense cabe reconocer la tenacidad para sostenerse en la B Nacional, habida cuenta de su estructura humilde, la ubicación alejada de los grandes centros urbanos, y la fortaleza por enfrentar con llamativa audacia los escollos de una divisional competitiva, tal como muestra el inédito hecho de ganar 4 promociones para conservar la categoría ante Racing de Córdoba, Atlético Tucumán, Patronato de Paraná y Ramón Santamarina de Tandil. Su paso por la B Nacional deja emotivos partidos y muy buenos jugadores (Andres "Cuqui" Silvera, Mario Santana, José Tabares, Sergio Romero, Sixto Peralta, Lucas Villafañes, Matias Soto Torres, Mauro Villegas, entre tantos otros), además de inscibrir su nombre en el fútbol grande, algo que quedará en el registro de la historia robusta y fascinante que nutre al asenso argentino. Se lo va a extrañar.

Pero la región patagónica no perderá un representante ni su fútbol quedará olvidado entre el viento seco y los sedimentos áridos del sur, dada la probable consagración de Guillermo Brown de Madryn, puntero del torneo con nombre risuñeno (Nonagonal) en el marco de su mejor temporada en 66 años de historia. Los números devienen elocuentes: de 35 partidos jugados, Brown ganó 20, empató 13 y perdió apenas 2, una cifra que sorprende a raíz de la paridad del certamen, los continuos viajes y las intrincandas instancias que contempla el campeonato. Las razones del eventual título remiten a protagonistas similares al de otros campeones, es decir dirigentes, jugadores y cuerpo técnico constunciados con un ambicioso objetivo. Sin embargo, aquí hay particularidades que tornan muy meritoria la campaña de Brown. El progresivo crecimiento de la institución, de hecho, tiene un antecedente por demás curioso ya que en el año 2000 el club inauguró la primera cancha de césped natural en esa zona del país en un encuentro amistoso ante Chacarita Juniors. Se trató de un acontecimiento relevante para el club pero también para la ciudad, no habituada a exhibir colores verdes en su suelo frío por causas relativas a su clima semidesértico.



Envalentonado por esos esfuerzos y la concreción de una obra mayúscula, deportivamente llegaron los
primeros grandes logros: el ascenso al Argentino A (2003) y el torneo Clausura (2007) que lo dejó a un paso de llegar a la B Nacional (perdió la promoción con Ben Hur de Rafaela). Este posible ascenso en 2011, por tanto, confirma un recorrido marcado por el activo papel desempeñado por dirigentes y asociados, notorios responsables del expectante y feliz momento que atraviesa la institución. El otro gran aporte proviene de su entrenador, Arnaldo Cacho Sialle. De físico intimidante, Sialle jugó en Newell's, Douglas Haig y Central Córdoba de Rosario -entre otras entidades-, aunque el reconocimiento le llega hoy desde su condición de entrenador. Y suena lógico más allá de que, arguyen en Madryn con exageración, los rivales minimizan los méritos de Brown y de su técnico. De cualquiera manera "El equipo de Cacho de Rosario", como lo llaman en la ciudad patagónica, deja una huella en el ascenso por el orden, la eficacia y el temperamento que supo transmitir su entrenador y, fundamentalmente, por lograr que una entidad para muchos desconocida -no solo por el reclamado federalismo- acredite su máxima conquista como es disputar por primera vez el torneo de la B Nacional. Sialle, por último, fue quien eligió a futbolistas con destacados atributos, entre ellos el arquero Sebastián Pereyra, los volantes Maximiliano Zbrun y Nicolás Ballestero y el trío ofensivo que conforman Mauro Fernández, Diego Gimenéz y Juan Manuel Tevez, quienes computan 44 goles convertidos si se suman sus anotaciones.

Sorpresivamente, entonces, el club cuyo nombre se inspirara en un marino de Puerto Madryn en los años '40, el ahora recordado Almirante Guillermo, y apodan La Banda por el modelo de camiseta similar a River (aunque de color celeste), se acerca a la B Nacional, generosa en cupos y bienvenidas a los paisajes tan lejanos y atractivos como cargados de extrañezas y novedades.

P.P.

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