(*) Foto: www.allboysdeprimera.com.ar
La sensación tras el empate en Santa Fe, escenario difícil pese a la racha adversa que arrastra el local, es de mesura ante una nueva igualdad. Dos presentaciones en las cuales Al Boys no jugó como pudo hacerlo, sufrió los partidos y dejó como dato positivo la tranquilidad de evitar la derrota, a esta altura incómoda para afrontar con otro espíritu y otras expectativas una temporada donde el cuadro de José Romero no debería olvidar su objetivo principal: engrosar su promedio, reestructuraciones infames de campeonato al margen. Los resultados hasta aquí, justamente, revisten un costado interesante con solo repasar el desarrollo de ambos encuentros, cuyas coincidencias aluden a que All Boys quedó en desventaja. Recordemos que en la 2010/2011 apenas 3 veces sobre un total de 38 juegos el conjunto de Floresta logró nivelar el marcador (Tigre y Godoy Cruz, en el Apertura; Independiente en el Clausura), lo cual no es un dato para minimizar en esta categoría compleja y exigente, que demanda contar con planes alternativos y diversidad de recursos frente a contratiempos varios, esquemas fallidos y, desde luego, imprevistos derivados del azar.
Ante Colón, en tal sentido, Romero introdujo modificaciones pensando en las calidades del rival (un mediocampo sólido, buena técnica), con la novedad de la reaparición de Perea en el equipo titular. Decisión razonable, cabe decir, si bien el gol tempranero de Colón pareció desbaratar la idea inicial y, peor aún, tornar más complicado un partido ya de por sí muy difícil. Sin embargo, y a diferencia del torneo anterior, contar con Pérez García constituye un plus y un arma de desequilibrio latente para intentar, cuanto menos, una respuesta. Y el salteño resultó clave dado que a partir de su movilidad y su gambeta All Boys pudo sostenerse en el partido, más allá de la imprecisión de sus compañeros. Claro que no fue el único responsable: Cambiasso, determinante para que el Sabalero estirase la ventaja, y Torassa, otro bajito capaz de romper el tedio a partir de su atrevimiento, aportaron a conseguir una igualdad que, al cabo, no le quedó mal a un partido bastante atractivo y, por momentos, bien jugado.
Hacia adelante, de todos modos, quedan aspectos a modificar o corregir, especialmente el sector derecho de la defensa que ocupan Vella y Quiroga, zona fértil muchas veces para embestidas rivales, al quedar los defensores desacomodados o presos de errores evitables. También Stefanatto y Juan Pablo Rodríguez no pasan por un momento feliz: el primero, comprensiblemente, padece la falta de fútbol luego de su trunca experiencia en Estudiantes, mientras que el uruguayo parece empecinado en no levantar la cabeza, impreciso en los centros, además de exponerse con conductas lindantes con la expulsión. Son apuntes menores habida cuenta de que, lo más trascendente de la excursión a Santa Fe, fue la tenacidad para emparejar el encuentro, especialmente en el segundo tiempo donde All Boys dominó las acciones con presencia en campo rival e intensidad en el juego. Si se agrega que enfrente estaba un adversario entonado, ansioso de redimirse ante su gente y con futbolistas de jerarquía, el balance deviene auspicioso de cara a una seguidilla de partidos que figuran entre la más engorrosa del torneo.
Se sabía que era así, y por eso conviene ser cautos, valorar cada minuto en esta divisional y soñar con nuevas epopeyas, sensaciones que no significan obsecuencia inconducente ni ciego fanatismo. Por el contrario, expresan la exigencia sana de mejorar desde la critica y la revisión interna, características adheridas a los siempre cambiantes humores tribuneros.
P.P.
viernes, agosto 19, 2011
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