lunes, septiembre 06, 2010

ALL BOYS // Floresta siempre estuvo cerca


No caben dudas de que jugar en Floresta tiene un valor adicional para All Boys en este tiempo de bonanza: se revela confiado y sólido, logró habituarse a los distintos humores de su hinchada, e incomoda a ciertos rivales, que no es el caso de Olimpo, vale aclarar, respecto de las dimensiones del campo de juego, pero sí en lo relativo a padecer la condición de visitante no deseado. Los duelos con Vélez y Boca, derrota y victoria en Floresta y Parque Patricios -respectivamente-, parecerían configurar devenires posibles de un deporte sin lógica, sometido a diversas influencias. All Boys, de local y siempre en líneas generales, exhibe un rostro más auténtico, se conecta con su identidad de club barrial y muy singular, imposible de ser afirmarda en la lejanía y el extrañamiento del destierro. En consecuencia, es un plus a favor, y es también un escollo para el adversario.

Decíamos en la última crónica que el encuentro ante los bahienses revestía características de encuentro trascendente pese a tratarse de la fecha 5 de un cronograma con 38 jornadas. Sucede que de no haber superado el examen ante Olimpo, un viejo conocido en los especiales corrillos del ascenso, implicaba automáticamente replantear objetivos, estrategias y perspectivas en la máxima categoría al quedar en zona de descenso directo y al fallar en su primer enfrentamiento donde partía como favorito. Sin embargo el cuadro de José Romero planificó el duelo con seriedad, consciente de su importancia en materia de números y del tenor de cada partido en la A donde se impone la fuerza para prevalacer en la fricción, el ritmo de juego sostenido y la inteligencia tendiente a usufructuar/defender una ventaja transitoria como ocurrió tras el gol de Matías Pérez García. En ese sentido, es pertinente agregarle otra característica a un dato oportunamente señalado: este equipo de Pepe Romero, en la última temporada en la B Nacional, no sobresalió por revertir resultados (apenas 2 veces). Tampoco por conservar un score a favor, ya que en 8 ocasiones le empataron un partido, si bien hay matices en el registro: no es una cifra alta, 3 de esos partidos los terminó ganando (Cai, Sportivo Italiano y Tiro Federal) y uno lo fortaleció para la revancha en la promoción con Rosario Central.

Estadísticas aparte, el rendimiento del cuadro de Floresta conformó al público debido a la concentración y a la predispoción grupal ya mencionada, aunque resta mejorar el ítem referido a saber cerrar cotejos con olor a victoria anticipada. De hecho, malogró varias chances claras ante los bahienses y pudo sufrir en el desenlace si el paraguayo Néstor Barreiro acertaba en la jugada del final. Tema a trabajar y a resolver, indudablemente, teniendo en cuenta futuros oponentes de mayor complejidad y lo riguroso de un torneo que no admite despilfarros o beneficiencias de ninguna índole. Eso sí: díficilmente pueda corregirlo Romero incluyendo a Fabbiani en los tramos finales, un buque lento y cargado de zonceras, que anuncia dos tipos de hundimientos si persiste en autodenominarse futbolista profesional con 108 kilos, avalado por un buen técnico y mejor tipo como el técnico de All Boys: el individual y el colectivo.


Por lo demás, entre los puntos altos del conjunto blanco y negro, se destacó el buen funcionamiento de la zona de contención, especialmente Lucas Rimoldi, quien lució mejor ubicado que en el encuentro ante Vélez, y Emanuel Perea, entrenado en un ida y vuelta constante pero más decidido para generar ataques por la banda derecha, y un trío ofensivo que entregó señales auspiciosas en su segundo partido juntos desde el arranque: el reclamado Pérez García, un nueve calificado que ya se metió en el corazón del hincha, Mauro Matos, y el movedizo y desequilibrante Sebastián Ereros, acaso la mejor incorporación para el ejercicio 2010/2011.


 
De cara a otro partido con un grado alto de dificultad debido a su envestidura de club grande del interior y a su floja performance en Santa Fe (perdió en sus dos primeras presentaciones), a priori All Boys dispone de atendibles argumentos para hacer un buen partido ante Colón. Entre otros motivos porque recupera a Fernando Sánchez y Carlos Soto, dos puntales, enfrenta a un equipo que presenta grietas defensivas para aprovechar y, quizás lo más importante, llega con renovado aire según transcurre cada encuentro en Primera y advierte que puede dar batalla asentado en el esfuerzo conjunto y crecientes chispazos del estilo futbolístico que distingue a este grupo desde 2007.

El reto, de todos modos, es consolidar los progresos de visitante, donde computa dos caídas en dos juegos. Esta vez, en un escenario conocido dado que en el último enfrentamiento ante Colón, en 1995, un All Boys combativo y lujoso dejó una gran imagen en la primera fase de aquel octogonal que acreditaba un boleto a la A. Empató cero a cero y no le alcanzó, aunque dio la talla durante los noventa minutos al abstraerse de la presión que suele ejercer el público local y a buscar la necesaria victoria con fruición y dignidad. Dieciseis años después, el antecedente no debería pasar desapercibido en este prominente momento deportivo e institucional.

Pablo Provitilo

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