Apertura 2006 - Boletín 16

Resumen: Pablo

RESULTADOS *

PABLO 9 ACIERTOS
ERNESTO 7 ACIERTOS
JORGE 6 ACIERTOS

TABLA GENERAL

ERNESTO 124 ACIERTOS
JORGE 104 ACIERTOS
PABLO 94 ACIERTOS

MEJOR EQUIPO DE LA FECHA: COLÓN Y ARGENTINOS

PEOR EQUIPO DE LA FECHA: GELP

JUGADOR DE LA FECHA: PIATTI (ESTUDIANTES DE LA PLATA)

PEOR JUGADOR DE LA FECHA: Gustavo Semino ( GELP)

EL DATO: Boca podría marcar un récord en torneos cortos si gana los próximos tres juegos

TECNICO EN LA CUERDA FLOJA: Esteban Pogany

SAFARIAN DE LA FECHA: Da para un picnic, pero insisto con el periodista que lleva el nombre de la sección.

PARTIDO SUSPENDIDO: RACING-SAN LORENZO. Y casi se concreta el pedido-ruego de Ernesto 'queremos dos por fecha'. Estuvimos a punto de que fueran 6. La próxima

EL BOCHORNO: EL FÚTBOL ARGENTINO, LOS DIRIGENTES DE BOCA, RIVER,SAN LORENZO E INDEPENDIENTE, AGREMIADOS, EL MONOPOLIO TELEVISIVO, EL DIARIO PERFIL

HIT DE LA FECHA: "Paren de robar" (Lobo Jujeno, 43' ST, Tacita de Plata-Argentina)

EL COMENTARIO
Pensé antes de redactar la columna: ¿hablo del juego o de la mugre que salpica a todos los estamentos del fútbol?. Todos, eh. Incluidos algunos medios de comunicación que ahora parecen darsele vuelta al jefe-mafia que les otorgó todas las prebendas. El mismo que el domingo -desde su estancia- dijo sin rubores: "están hablando con el vicepresidente del mundo".
Primera lectura: no se puede hablar del juego en un campeonato tamizado por la corrupción. Más cuando observamos que, de acuerdo al semanario Perfil, Grondona elige "a dedo" a los árbitros. Ergo: ¿adivinen quién dirigió Jujuy-Boca? Sí, Pe$$otta. Claro que el testimonio es de Ducatenzeiler y la palabra tiene menos legitimidad que la que profesa hoy Mariano Grondona (3.5 según la consultora Ibope)
Segunda lectura: qué hacemos con Vélez y Lanús, ejemplos de transparencia y honestidad. Ambos ganaron sus partidos con pibes, apostando al futuro, dando una lección de cómo promover una cultura en la que el fútbol se disfrute como lo que es: una fiesta sin dramatismos ni estridencias. Y lejos, muy lejos, del discurso televisivo que hoy se le volvió definitivamente en contra a los medios del poder. Porque las evidencias -y esto me parece importante- hablan por sí solas: las reponsabilidades compartidas tienen un centro que remiten, invariablamente, a la influencia mediática. De hecho: la tevé fue el actor central en las jornadas del viernes y domingo cubriendo un conflicto que iba muñequeando a los tumbos, al cabo, operando desde algunos sectores para que la huelga no prosperara. Su contracara: el punto de inflexión partió de un diario que forma parte del establishment deportivo y que marca agenda como ninguno otro medio (televisivo, radial o gráfico). Posiblemente, para llevarse una mejor tajada de la torta.
La violencia, por tanto, no puede prescindir del papel que juegan en la actualidad los medios de comunicación; a favor o en contra. Y que también se ligan a otras cuestiones que vienen de más atrás pero que explotaron ahora: periodistas que fomentaron por largos años mensajes siniestros como "ganar o ganar"-, la eliminación del otro, la banalización de contenidos y la cultura del aguante en detrimento de una cultura de la fiesta. ¿Qué es el aguante, por otro lado?
Finalmente, se abre una oportunidad para los futboleros de ley. Antes de que el fútbol negocio se recomponga como ya lo hizo muchas veces, como presumiblemente lo hará para provocar nuevos daños. Pero un daño que puede ser irreparable si no se remueven estructuras anquilosadas, intereses económicos y se da lugar a medios idóneos. Elegir, por caso, ver los goles en el canal público, escuchar voces que han sido silenciadas -el recuerdo de Fútbol Prohibido no se borrará jamás- o programas menos frívolos y más auténticos.
Como propuesta, entonces, y asumiendo que existen los hinchas televisivos (yo lo soy), sería beneficioso que los medios de difusión antes que pontificar a los mal llamados barrabravas, violentos, inadaptados sociales, divulgen estudios para saber cómo es un hincha hoy en Argentina. De ese modo, quizás puedan aplicarse políticas públicas y democráticas en favor de un juego más honesto y, sobre todo, menos impuro en el que valga la pena volver a la cancha.
P.